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Tu perro se alegra al verte y sabe poner cara de pena…. y tiene una explicación científica

Por
Biología, Ricardo Moure: De lobos salvajes a perros domésticos

Hace unos 30.000 años, los lobos y los humanos teníamos mucho en común.

Éramos dos especies cazadoras que seguían a las manadas de herbívoros en sus migraciones y que cazaban presas más grandes que ellos utilizando técnicas de caza coordinadas. Esto era posible gracias a que vivíamos en manadas y grupos familiares con jerarquías y relaciones emocionales complejas.

Los humanos y los lobos éramos competidores directos. Aquello podría haber acabado muy mal pero, en vez de eso, como explica el biólogo Ricardo Moure en Órbita Laika -programa disponible en RTVE Play-, los domesticamos, estableciendo la simbiosis más exitosa que se haya dado entre especies de mamíferos.

La casi extinción de los lobos salvajes

Aunque no se sabe con exactitud cuándo ni dónde se domesticó a los primeros lobos, sabemos que fue hace 30.000-40.000 años en Eurasia. Y lo que indica el actual ADN canino es que probablemente fuera en el este, en Siberia o China.

Pero eso no es lo único que nos cuenta el ADN, también que hace 30.000 años hubo un tremendo declive de los lobos y casi toda la diversidad de razas que existían por aquel entonces, desapareció.

Los lobos son uno de los mamíferos que más rápidamente se adaptan a distintos tipos de hábitat

No se saben los motivos al 100% pero, como apunta el biólogo Ricardo Moure, no sería extraño que la acción humana tuviera algo que ver. Afortunadamente, unos pocos sobrevivieron y repoblaron el continente. Desafortunadamente, se acabó la diversidad.

Fotograma de la película 'Entre lobos'

Fotograma de la película 'Entre lobos'

¿Cómo se consiguió domesticar a estos lobos?

Hay dos grandes hipótesis sobre cómo se consiguió domesticar a estos lobos salvajes:

La primera es la “hipótesis del carroñero comensal”, que defiende que algunos lobos empezaron a acercarse a los campamentos humanos para comerse sus desperdicios.

Con el paso de las generaciones, los lobos menos agresivos, más simpáticos y más atrevidos se habrían ido acercando cada vez más a los humanos para obtener más comida. Cuanto más sociables fueran con los humanos, más comida obtendrían y eso habría generado un camino evolutivo hacia la domesticación.

Esta teoría tiene muchas críticas. No parece muy probable que nuestros antepasados cazadores recolectores vivieran en la abundancia ni tuvieran muchas sobras. Y, además, es bastante difícil pensar que permitieran tener alrededor de sus asentamientos un montón de lobos.

Incluso a día de hoy, la mayor parte de los ataques de animales salvajes a humanos son de aquellos animales que están acostumbrados a ellos y les pierden el miedo.

La otra hipótesis es la de la “adopción entre especies”, que considera que el camino a la domesticación pudo venir de la crianza de cachorros en entornos humanos.

De hecho, a día de hoy, siguen existiendo pueblos cazadores recolectores en los que la adopción de cachorros de animales salvajes y su integración en la familia es habitual.

El periodo crítico de socialización

Aunque esta teoría parece más verosímil, también debió presentar sus propias dificultades. Para que un lobo pudiera integrarse más o menos en la comunidad, tendría que ser adoptado durante el “periodo sensible” o “periodo crítico de socialización”.

El periodo crítico de socialización es un periodo que tenemos todos los mamíferos sociales en el que aprendemos las bases de las relaciones, de la socialización. En los perros ese periodo va desde que tienen unas 3 semanas hasta las 14 semanas. Si no socializan bien en esa etapa, aprenden a rehuir, esconderse o incluso a interpretar situaciones sociales como de agresión.

En los lobeznos este periodo es mucho más corto. Sólo va desde la semana 1 hasta la 3, cuando todavía son lactantes. Por eso, algunos investigadores creen que pudieron ser amamantados por mujeres, ya que en esa época no estaban domesticadas las vacas o las cabras.

Las migraciones han dado lugar a una gran variedad en las razas de perros.

Las migraciones han dado lugar a una gran variedad en las razas de perros. NIH Dog Genome Project

Cerebro infantilizado

Con el paso de los años, al hacer cría selectiva para que sean mansos, sociables y obedientes, sin querer, hemos ido seleccionando aquellos perros cuyo cerebro era más inmaduro.

Gracias a que su cerebro se ha desarrollado menos y es más infantil, los perros son más dóciles, menos agresivos y cuestionan mucho menos el liderazgo. Pero además se les han quedado algunos comportamientos propios de los lobeznos.

Los perros tienen cráneos más redondeados que los lobos. Esta característica se asocia con la infantilización

Por ejemplo, cuando un perro te persigue y te corta el paso, está reproduciendo un comportamiento típico de los lobeznos de 6 meses, cuando empiezan a tener instinto cazador pero no saben gestionarlo. De hecho, en eso se basa el pastoreo de algunas razas de perro.

Los perros desprenden oxitocina cuando nos miran a los ojos según un estudio

Los perros desprenden oxitocina cuando nos miran a los ojos según un estudio

La oxitocina, la hormona del apego

La unión entre los perros y los humanos es tan fuerte, que hasta estamos unidos por la química, por la oxitocina.

La oxitocina es la hormona que induce las contracciones en el parto y que también estimula la lactancia. Las madres, los padres y los bebés producen mucha oxitocina cuando interaccionan y se considera clave para crear el vínculo paterno-filial.

También participa en el vínculo del amor romántico. Y ahora también sabemos que está involucrada en el amor a los perros. La producimos cuando estamos con ellos y ellos también la producen cuando están con nosotros.

Otro ejemplo de cómo han evolucionado los perros para que ‘los queramos más’ es el músculo ‘levator anguli oculi medialis’, un músculo que está en la zona de las cejas, que les permite levantarlas y hacer que los ojos parezcan más grandes y puedan poner esa ‘cara de pena’.

Sin embargo, los lobos no presentan estas características, ni producen oxitocina ni poseen el músculo levator anguli oculi medialis, es algo propio de los perros que desarrollarían durante el proceso de domesticación.

Con la cría selectiva, hemos seleccionado a los animales con un cerebro más inmaduro, sí, pero un cerebro más infantil también es un cerebro más flexible, más plástico y que aprende toda la vida. Esto nos permite usar sus sentidos privilegiados para actividades humanas, como es el caso de los perros pastores, los lazarillos o los de rescate.

Disfruta de la visita del biólogo Ricardo Moure a las unidades de adiestramiento y rescate de la Policía Nacional en el capítulo de Órbita Laika dedicado a ‘Nuestro mejor amigo’. Órbita Laika, los martes a las 22:00h en La2 y siempre disponible en RTVE Play.