Consejos para asumir que no caes bien a todo el mundo
- La psicóloga Patricia Ramírez ofrece 5 consejos en 'Para Todos La 2' para gestionar el no gustar a todo el mundo
- No podemos permitirnos el gustar a la gente a cualquier precio, todo tiene un límite
Vivimos en una sociedad en que el reconocimiento por parte de otros es la base de nuestra autoestima. Hay personas que incluso ponen su vida en riesgo para agradar a la gente. Las personas convivimos con la necesidad de reconocimiento desde pequeños, y tiene su parte positiva: nos ayuda a regularnos, a ser prudentes, reflexivos y a no herir a los otros. Gustar forma parte de nuestra supervivencia y facilita tener relaciones basadas en la amabilidad, el respeto y los buenos modales.
Sin embargo, todo tiene un límite. No podemos permitirnos el gustar a la gente a cualquier precio. No debemos caer en dejar de ser nosotros mismos, en renunciar a nuestros valores, en nuestro estilo de vida o en nuestra forma de pensar. Tenemos derecho a caer mal y no gustarle a todo el mundo, en especial a aquellas personas que no comparten tu forma de ser o con quienes distamos en valores. Nuestro amor propio no puede depender de que agrade al mundo o no. Es por ello que la psicóloga Patricia Ramírez ofrece en 'Para Todos La 2' una serie de consejos para que la necesidad de aprobación de los demás no nos amargue la vida.
1. No debes nada a nadie
Recuerda que no estás en deuda con nadie. Que alguien te ayude o te facilite la vida no significa que tú tengas que deberle algo. Las relaciones personales, en especial las familiares y de amistad, deberían ser relaciones desinteresadas. Así que, si te sientes en deuda con alguien, puede que te esté manipulando o haciendo chantaje emocional.
2. No dependas de valoraciones ajenas
Trabaja tu autoestima y amor propio para que no dependan de lo que opinen los demás. Tienes derecho a vestir como te dé la gana, a escoger tus aficiones, a pensar tus propias ideas, a tomar tus propias decisiones y, en definitiva, a tener gustos distintos. Siempre y cuando no perjudiques a nadie, eres libre de ser tú.
3. Ojo con las críticas
Ten cuidado con las críticas que recibes. Muchas de ellas son fruto de la envidia, de la comodidad de otras personas o de la ira que sufren otros. No tomes las críticas como verdades, escúchalas si vienen desde el respeto y decide si las debes tener en cuenta o ignorarlas.
4. Acepta que no puedes caer bien a todos
No puedes gustarle a todo el mundo y es algo que debes de asumir. No por ello eres mala persona o egoísta, las personas somos muy distintas en muchas facetas, por lo que es complicado que alguien encaje con nosotros, le caigamos bien y nos valore positivamente.
5. Autoexígete menos
Baja tu nivel de exigencia tanto contigo mismo como con los demás. El resto de la gente tampoco está obligada a complacerte. Viviríamos todos mucho más tranquilos si permitiésemos y respetásemos que cada uno fuese tal y como es.