Conoces muy bien el de Segovia, pero este acueducto romano te sorprenderá aún más
- Fue uno de los proyectos más colosales de la antigua Roma
- Con 52 kilómetros, el impresionante acueducto de Nimes, trasportaba 36 millones de litros diarios
Aquí en España, hablar de acueductos es hablar de la obra maestra de la ingeniería romana que luce en Segovia. Una impresionante construcción en el corazón de la ciudad que se ha convertido en una de las mejores convervadas del mundo. Sin embargo, existe otro acueducto, con una mayor longitud, cuyo diseño es sin lugar a dudas la mayor hazaña del Imperio Romano en este tipo de obras. Estamos hablando del acueducto de Nîmes, al que el programa Ingeniería Romana ha dedicado su último programa.
Este colosal acueducto romano atraviesa 52 kilómetros por el sur de Francia, en la zona de Montpellier. Su agua procede de uno de los manantiales de agua más limpia, y preciado por los romanos, de Europa, en Uzès y era trasladada a la colonia romana de Nemausus. Su construcción sigue el principio de Plinio, un famoso escritor y militar romano que decía aquello de "son las aguas las que hacen la ciudad". Y es así, antes de determinar dónde iban a situarse los asentamientos urbanos, los romanos determinaban de dónde procedería el agua, dado que para que este llegase hasta las ciudades, estás debían estar a menos altura que los manantiales.
Uno de los acueductos más largos del mundo
El trazado de este largo acueducto -el de Segovia tiene 35 kilómetros menos- sortea una geografía salpicada por gruesos relieves de montañas y valles agrestes que suponían un auténtico reto. La precisión con la que fue proyectado deja atónitos a los ingenieros modernos. Un canal hábilmente diseñado para aguantar el paso del agua y del tiempo que tiene como clave principal de su éxito el ligero desnivel con el que fue construido, apenas 10 cm, lo suficiente para provocar el descenso y movimiento del agua, pero lo justo para que la velocidad del trasvase no erosionase y destruyese la estructura. El agua tardaba 12 horas en recorrer sus 52 kilómetros y, a diarío, se trasportaban 36 millones de litros cúbicos.
¿Por qué lo construyeron para que entrasen personas dentro?
En todos los trazados de acueductos y canales, hay parte tuneladas. Necesariamente tenían que abrirse paso a través de montañas, perforando enormes túneles bajo tierra. Pero para poder realizar un mantenimiento adecuado, tenían que abrirse paso a través de ellos, para retirar sedimentos o solucionar otros problemas. Esta es la razón por la que los túneles estaban diseñados con una altura sufiente para que dentro entrase una persona de pie.
Las arquerías: el puente de Gard
Como ocurre en el acueducto de Segovia, la parte más impresionante de su recorrido coincide con una de sus arquerías. En el caso del de Nimes, está se sitúa a unos 20 kilómetros de la ciudad. El Puente del Gard es el monumento antiguo más visitado de Francia y simboliza, por su excepcionalidad, el genio arquitectónico romano. Con más de 2000 años de antiguedad, data del siglo I, y destaca tanto por sus grandes dimensiones como por su arquitectura poco usual. Puedes descubrir más detalles y curiosidades en el programa completo Acueductos de Ingeniería Romana.
Con 49 metros de altura, convierte al de Nimes en el acueducto más alto del mundo. También tiene casi 400 metros de largo y fue una de los mayores retos de toda al construcción. Con más 11.000 bloques de piedra, de unas 6 toneladas cada uno, cuenta con 16 plantas, y supone una de las visitas más imponentes de todo Francia. Recorrerlo a pie es todo un privilegio. Puedes descubrir más detalles y curiosidades de su construcción en el programa Acueductos de Ingeniería Romana.