Rebelde, transgresor, revolucionario y furioso. Así fue Francisco Nieva, el amante del teatro
- 'Imprescindibles' celebra su legado en el centenario de su nacimiento
Dramaturgo, escenógrafo, figurinista y director. Francisco Nieva escribió con furia su nombre en la historia del teatro español. Arrancó su carrera, y su leyenda, en 1964, año en el que debutó como escenógrafo con El rey se muere y a lo largo de cinco décadas trabajó intensamente para envolver el teatro en vanguardia, rompiendo en muchas ocasiones lo establecido.
Nació el 29 de diciembre de 1924 en Valdepeñas, Castilla-La Mancha, y pronto se trasladó a Madrid. Vivió en París y Venecia, donde se empapó de las nuevas corrientes artísticas y las vanguardias contraculturales. Se codeó con Samuel Beckett, Eugene Ionesco, Ezra Pound y Pier Paolo Pasolini y, con la mochila cargada de ideas, transgresoras y revolucionarias, regresó a una España en ebullición creativa. Eran los años 60 y entró en el teatro como un elefante en una cacharrería, arrasando con todo.
Trabajó como escenógrafo y figurinista, volcando todo lo aprendido en Francia e Italia, y más tarde saltó a la dirección de escena y la dramaturgia. Este viaje personal y profesional se recorre en el documental, que nos regala momentos fascinantes: uno de ellos se produce al entrar en el Museo Nacional de Teatro de Almagro para ver la maqueta que hizo en 1968 para la escenografía de la obra Marat/Sade, de Adolfo Marsillach. (En el documental se muestra el cortometraje que rodó Gerardo Malla en 1969, una pieza que muchos descubrirán ahora).
Nieva, un artista polémico
Fue celebrado y censurado. En el documental se repasan los años en los que la censura impidió que estrenara sus textos, que tuvo que guardar bajo llave hasta la llegada de la Democracia. Hoy se le considera un creador único, y ha recibido el reconocimiento de sus compañeros y las instituciones: en 1990 ingresó en la RAE y en 1992 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.
El documental se ha rodado en lugares tan especiales como el piso en Madrid donde vivió el dramaturgo, en el que plasmó su personalidad, y templos del arte como el Museo del Prado y el Reina Sofía. Además, se recorren los míticos platós de Televisión Española en Prado del Rey y se viaja a su tierra, Castilla-La Mancha, para buscar sus huellas en Valdepeñas, y en Almagro.
Francisco Nieva, respetado por sus compañeros
Desde aquella primera obra estrenada en 1964, El rey se muere, hasta la última, Salvator Rosa o el artista, estrenada en 2015, hay un importante arco vital y artístico, que se pone en valor en este trabajo realizado por Marcos Hernández y Juanma Jiménez, que recogen y ordenan los testimonios del marido de Nieva, el actor y ayudante de dirección José Pedreira, y gentes del teatro tan respetadas como Antonio López, Josep Maria Pou, José Luis Gómez, Nancho Novo, Manuel de Blas, Juan Meseguer y Juan Carlos Pérez de la Fuente.
Todos comparten su experiencia de trabajar con Nieva, a la vez que rinden homenaje a esta figura esencial del teatro español. ¿Pero qué era el teatro para Francisco Nieva? Así lo describió él:
"El teatro es vida alucinada e intensa. No es el mundo, ni manifestación a la luz del sol, ni comunicación a voces de la realidad práctica. Es una ceremonia ilegal, un crimen gustoso e impune. Es alteración y disfraz: Actores y público llevan antifaces, maquillajes, llevan distintos trajes... o van desnudos. Nadie se conoce, todos son distintos, todos son 'los otros', todos son intérpretes del aquelarre. El teatro es tentación siempre renovada, cántico, lloro, arrepentimiento, complacencia y martirio. Es el gran cercado orgiástico y sin evasión; es el otro mundo, la otra vida, el más allá de nuestra conciencia. Es medicina secreta, hechicería, alquimia del espíritu, jubiloso furor sin tregua".
Francisco Nieva, el dramaturgo furioso llega a RTVE Play, junto a otros documentales como Yo soy Mari Trini, El loco: los silencios de Quintero, La última noche de Sonia Martínez, SAC: en la mente criminal...