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Tratamientos psiquiátricos desterrados: Por qué se eliminaron y cuáles los sustituyeron

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Psicología con Laura Morán: Los tratamientos psiquiátricos

¿Cómo han evolucionado los tratamientos psiquiátricos en los últimos siglos? ¿Cómo ha cambiado la percepción sobre la salud y/o problemas mentales?

El Hospital de los Inocentes fue el primer hospital psiquiátrico de Occidente y fue construido en 1410. Lo fundó un fraile valenciano, Fray Juan Gilabert, y fue revolucionario por “dar asilo” a las personas que tenían problemas de salud mental, en vez de recluir y “contener”.

El médico árabe Avicena escribió ‘El canon de la medicina’ en el año 1025, donde ya planteaba que la mente puede enfermar

Es decir, como explica la psicóloga Laura Morán en Órbita Laika -programa disponible en RTVE Play- fue revolucionario por considerarlos “pacientes”. Y esta es una de las primeras claves, la propia consideración de las personas que tenían problemas de salud mental.

'El padre Jofre defendiendo a un ciego', cuadro de Joaquín Sorolla

'El padre Jofre defendiendo a un ciego', cuadro de Joaquín Sorolla

Los primeros tratamientos psiquiátricos

En el Hospital de los Inocentes, además de atención humanitaria, se daba a los pacientes atención médica orientada a calmar sus síntomas, como baños de agua caliente o remedios hechos con absenta.

Aunque los métodos eran muy rudimentarios y poco eficaces, lo fundamental fue reconocer que era necesario un trato especializado y humano.

Lamentablemente, ese trato delicado y humano no se mantuvo. Podría decirse que todo lo contrario, como comprobamos al estudiar épocas que nos tocan mucho más de cerca.

Se aplicaron métodos revolucionarios, sí, pero en el peor sentido del término, como las lobotomías y el electroshock.

António Egas Moniz, padre de la lobotomía

António Egas Moniz, padre de la lobotomía

La lobotomía

La técnica original de la lobotomía, conocida como leucotomía, fue desarrollada en 1935 por el neurocirujano portugués Antonio Egas Moniz, quien recibió el Premio Nobel de Medicina en 1949 por esto.

Él creía que el origen de muchos problemas eran las conexiones anormales entre el lóbulo frontal y otras partes del cerebro, así que perforaba el cráneo del paciente para poder introducir el “leucotomo” e ir cortando trocitos de materia blanca.

La última lobotomía legal se practicó en 1967. Con esta operación se pretendía curar la esquizofrenia, la depresión o la hiperactividad

Efectivamente, se reducía la intensidad y frecuencia de los síntomas, pero también se sacrificaba parte de la capacidad intelectual, rasgos de personalidad, capacidad de razonamiento y control de la conducta, etc.

Aplicación de Terapia Electroconvulsiva (TEC): paciente con electrodos en la frente conectado a un dispositivo que muestra una onda en pantalla.

El electroshock

La terapia electroconvulsiva fue desarrollada en 1938 por dos italianos, Ugo Cerletti y Lucio Bini, neurólogo y psiquiatra respectivamente.

La inspiración les llegó al ver cómo en el matadero se aturdía a los cerdos con descargas antes de sacrificarlos.

Su hipótesis era que las descargas podrían “limpiar” las mentes de las personas enfermas, “poner el contador a cero”, de forma que pudieran desarrollar una personalidad nueva desde cero. Pero, tal y como pasaba con las lobotomías, los resultados no fueron buenos.

Además, como las descargas se aplicaban sin anestesia ni relajantes musculares, producían fracturas óseas, luxaciones, lesiones dentales, dolores musculares y pérdidas de memoria que podían llegar a ser permanentes.

Psicofármacos

Psicofármacos

Estos métodos dejaron de emplearse para tratar la salud mental en los años 50-60 del siglo XX, cuando aparecieron los primeros psicofármacos, que tenían mejores resultados y una aplicación más sencilla.

Los psicofármacos son medicamentos que influyen en el sistema nervioso y cambian el comportamiento de las neuronas. Lo que se espera de ellos es que, al influir en cómo funcionan las neuronas, cambien los “procesos mentales” que se supone que producen las enfermedades mentales.

El bienestar psicológico

Sin embargo, como explica la psicóloga Laura Morán, desde hace unos años hay un debate muy interesante sobre cómo abordar la salud mental.

En todas las técnicas mencionadas se da por sentado que el cerebro es el causante principal de problemas como la ansiedad o la depresión, asumiendo que son el resultado de alteraciones en su funcionamiento y por eso se convierte en el foco de las intervenciones terapéuticas.

Sin embargo, no se ha encontrado evidencia consistente de que haya marcadores biológicos específicos que expliquen estas problemáticas. De hecho, la Organización Mundial de la Salud resalta que nuestras condiciones de vida y el contexto con el que interactuamos tienen una gran influencia en nuestro bienestar psicológico.

Las dificultades emocionales y psicológicas no suelen surgir de una disfunción cerebral aislada, sino que muchas veces son respuestas adaptativas a circunstancias adversas de nuestra vida.

Para entenderlo mejor, pensemos en cómo reaccionábamos cuando oíamos un ruido en el arbusto hace miles de años. Era muy interesante de cara a la supervivencia pensar que podía ser un tigre, aunque al final resultara ser un lindo gatito.

Ahora bien, vivir constantemente imaginando futuros alternativos y dramáticos ya no es útil, y es lo que llamamos ansiedad.

Algo similar pasa con la depresión: se pensaba que era causada por un desequilibrio en la serotonina, pero parece que estos cambios neuroquímicos son más una consecuencia que una causa de la depresión.

La seratonina es conocida como ‘la hormona de la felicidad’ pero en realidad no es una hormona, es un neurotransmisor

No tengo depresión porque mi serotonina esté mal, sino que mi serotonina está mal porque estoy deprimido.

En definitiva, como subraya Laura Morán, en un mundo que ha interiorizado tanto que el cerebro es el origen de todo, es importante concebir el bienestar emocional de una manera mucho más amplia.

Más psicología y más bienestar emocional en Órbita Laika, los martes a las 22:00h en La2 y siempre disponible en RTVE Play.