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Maniqueísmo: la religión que pasó de conquistar imperios al olvido histórico

  • En Preguntas a la Historia conocemos la historia del maniqueísmo, una religión surgida en el siglo III d.C que se extendió por varios imperios de la época
  • ¿Cómo pasó de ser una religión practicada en medio mundo a estar casi olvidada?

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Tres velas iluminan un libro abierto en un ambiente oscuro, creando una atmósfera de recogimiento y serenidad. La luz cálida de las velas resalta el texto del libro.
El maniqueísmo fue una religión fundada en el siglo III e.c. por el sabio babilonio Mani. ISTOCK

Pasado, presente y futuro: las religiones no solo han dado forma a la humanidad, sino que han sido el espejo y reflejo de sus distintas sociedades. La fe ha guiado nuestros miedos, esperanzas, identidades y conflictos. Las creencias han traspasado al individuo para convertirse en el motor de la historia, tanto para quienes creen como para quienes no.

En este vasto entramado, en el siglo III d. C emergió una religión, el maniqueísmo, que aunque, fugazmente, marcó una época. Con la promesa de revelar la verdad universal a través de una eterna lucha entre el bien y el mal esta fe conquistó imperios, cruzó continentes y desafío dogmas solo para ser relegada, siglos después, al olvido. ¿Qué le ocurrió entonces a esta religión tan poderosas para que haya sido casi borrada de la historia? En el programa Preguntas con la Historia, el profesor de Historia Antigua en la UNED, Fernando Bermejo Rubio nos da las respuestas.

¿Dónde, cuándo y cómo surgió el maniqueísmo?

Para entender la situación actual del maniqueísmo, debemos conocer primero su origen. Hay que viajar atrás en el tiempo. Concretamente tenemos que irnos al año III de la era común.

Allí, en una Mesopotamia sometida al dominio persa del imperio sasánida y en un contexto caracterizado por la multitud de creencias y postulados, nacería y se abriría paso el maniqueísmo. "Esta religión se extendió por el oeste hasta los confines de la Europa occidental, el norte de África y Egipto, y por el este, a través de las rutas de la seda hasta las costas de China, donde sobrevivió al menos hasta el siglo XVII", explica el profesor Fernando Bermejo.

Aunque no es posible confirmar al 100% los motivos de su potente y rápida difusión, es probable que su carácter "supra regional y universalista" jugara un papel determinante. "El maniqueísmo no fue concebido como una religión étnica, es decir, circunscrita a una etnia o un pueblo determinado".

Rivalizó además con atrás fes, entre las que destacaron el zoroastrismo, el budismo, el cristianismo y el Islam. De todas ellas, sin embargo, aprendió algo llegando incluso a introducir o adaptar a sus prácticas determinadas cuestiones particulares. "En los conflictos e intercambios con estas religiones se produjeron numerosos fenómenos de fusión cultural", recuerda el profesor de la UNED.

De hecho, el propio fundador del maniqueísmo, el sabio Mani, quien afirmaba ser el último profeta enviado por Dios a la humanidad, bebió en gran medida de la diversidad dogmática. "Procedente de Babilonia, Mani fue una persona de naturaleza intensamente religiosa influenciado por el cristianismo y el zoroastrismo", apunta Bermejo.

Así, a lo largo de su vida, que se sitúa aproximadamente entre el 216 y el 276 d.C, viajó por el mundo conocido con el objeto de predicar los fundamentos del maniqueísmo tanto de forma oral como escrita.

Una aventura que, parece, pudo realizar en un primer momento de manera bastante 'cómoda'. Según establecen los expertos, Mani tuvo una buena relación con "el sasánida Sapor I".

Sin embargo, con el ascenso al poder los sucesores de Sapor I, la relativa facilidad de la que gozó para difundir su religión fue desapareciendo. Tanto que el creador del maniqueísmo se convirtió en el blanco de una persecución incesante encabezada por el clero zoroastriano, hasta que murió bajo el reinado del Bahram I, alrededor del año 276.

¿Cuáles son las creencias del maniqueísmo?

El maniqueísmo es una representación paradigmática de un dualismo radical. Esto significa que "postula la existencia de dos principios completamente originarios que existen en la eternidad como entidades separadas" y que están en constante lucha. Son el bien o la luz y el mal o la tiniebla. El primero es el principio positivo, mientras que el segundo sería el negativo.

No obstante, a pesar de haber dos entidades, solo se venera al principio luminoso. "La tiniebla no es concebida como divina y digna de adoración, sino precisamente como todo lo contrario, como una realidad demoníaca", apercibe el experto.

¿Cuál fue la primera legislación contra los maniqueos?

Estas ideas y creencias calaron con fuerza en las sociedades de la época. Como hemos visto, el maniqueísmo fue capaz de cruzar fronteras y hacerse fuerte en varios imperios y reinos. Sin embargo, lo que para muchos se convirtió en ley de vida, para otros no era más que una gran amenaza.

El emperador pagano Diocleciano fue uno de los primeros en 'temer' al dogma creado por Mani. El mandatario trató de frenar esta religión a golpe de rescripto allá por el año 302.

"El rescripto de Diocleciano es la respuesta a un informe que le presentó el procónsul de África, Amnio Anicio Juliano sobre las actividades de los maniqueos en áreas de su jurisdicción con ocasión de la visita que este emperador realizó a Alejandría, probablemente en el año 302", explica el profesor Bermejo.

Y estos textos anti maniqueos no pudieron ser más claros y directos. No solo atestiguaban la expansión del maniqueísmo en Egipto, sino que ambos advertían también, con numerosas referencias a Persia, que "se intentaba convertir la religión maniquea en una especie de amenaza política".

¿Qué fuentes hay para su conocimiento?

Pese a los intentos de 'borrar' el maniqueísmo de los anales de la historia, lo cierto es que hoy en día disponemos de un "buen número de fuentes para estudiarlo gracias a los descubrimientos de manuscritos que han tenido lugar a lo largo de todo el siglo XX".

Existen, además, tanto fuentes maniqueas como no maniqueas de distinta naturaleza. Según enumera el profesor Bermejo, "las hay cristianas, de filósofos paganos, fuentes islámicas zoroastrianas, del Imperio chino y del Imperio Romano".