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Ursula Biemann: arte por la salvación del planeta mediante el diálogo entre saberes

Noticia  Metrópolis

  • El Museumsquartier de Viena reúne en la muestra ‘Devenir tierra’ cinco proyectos de Ursula Biemann
  • ‘Metrópolis’ recorre la trayectoria de la artista suiza el lunes 6 de enero a partir de la 01.00 h en La 2

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Acoustic Ocean (Ursula Biemann, 2018)
Acoustic Ocean (Ursula Biemann, 2018)

En su primera emisión de 2025, ‘Metrópolis’ ofrece un recorrido por la trayectoria de Ursula Biemann, artista conocida por sus poéticas videoinstalaciones en las que, a lo largo de la pasada década, ha expresado su interés por la naturaleza, la emergencia climática y los saberes ancestrales.

‘Devenir tierra’ (Museumsquartier de Viena)

‘Devenir tierra’ (Museumsquartier de Viena)

Nacida en 1955 en Küsnacht, a orillas de lago de Zúrich, Ursula Biemann cruzó el Atlántico en 1980 para estudiar artes visuales en Boston, Ciudad de México y Nueva York. A finales de los años 90 encontró en el videoensayo el formato idóneo para su transdisciplinaria práctica artística, en la que combina teoría y estética, poesía y ciencia, documental y ficción, o epistemologías indígenas y occidentales.

En la frontera: mano de obra femenina y globalización

Para su primer trabajo en video, en 1998 Ursula Biemann viajó a Ciudad Juárez, donde en una anterior visita en 1988, había observado el empleo de mano de obra barata mayoritariamente femenina en las maquiladoras instaladas allí por empresas estadounidenses de alta tecnología.En el videoensayo ‘Performing the Border/La frontera performativa’ (1999), la artista creó un espacio discursivo para reunir y relacionar reflexiones subjetivas sobre la migración, la división internacional y por género del trabajo, y la sexualización del cuerpo femenino en la economía global.

En ‘Europlex’ (2003) su cámara enfocó los movimientos que se producen en la frontera hispano-marroquí en Ceuta. En esta ocasión, su interés se centró en las mujeres que cruzan la frontera para dedicarse al contrabando o para realizar labores domésticas y de cuidados en las casas españolas, donde su trabajo constituye una importante aportación al espacio cultural y económico existente entre África y Europa.

Al borde del abismo: ecosistemas en peligro

Después de haber tematizado ya en dos ocasiones y por separado las políticas del petróleo y el agua, en ‘Deep Weather/Tiempo profundo’ (2013) la artista conectó ambas en una relación de causa y efecto a escala global: yuxtaponiendo imágenes de la explotación de las arenas petrolíferas en el norte de Canáda y de personas protegiéndose de las continuas inundaciones en el Delta del Ganges, la artista expone las repercusiones de las políticas extractivistas en la química atmosférica, a la vez que evidencia los extremos contrastes existentes entre Norte y Sur, entre el progreso tecnológico y las tecnologías más rudimentarias, y entre beneficio y supervivencia.

Por otra parte, ‘Subatlantic’ (2015) proyecta, en forma de relato de ciencia ficción, el futuro del Océano Atlántico: narra la experiencia de una científica que investiga las repercusiones de derretimiento glacial mientras su laboratorio se va sumergiendo bajo el agua. Con imágenes de las Islas Shetland, Groenlandia o una pequeña isla del Caribe, lugares geográficos muy distanciados, pero conectados por corrientes oceánicas, la artista llama la atención sobre las profundas dinámicas invisibles para nuestros ojos.

Prácticamente imperceptibles para el ser humano son también los sonidos emitidos por ballenas y otras especies marinas registradas en las Islas Lofoten por la bióloga marina creada para protagonizar ‘Acoustic Ocean/Océano acústico’ (2018). Ataviada con un traje de neopreno naranja y una capucha de reno que remite a su ascendencia sami, y combinando sus saberes ancestrales con tecnología acústica actual y la transmisión de los sonidos grabados por radio, la científica indígena se convierte en mediadora entre distintas especies, sistemas de conocimiento y mundos.

En la selva: la naturaleza soberana

El giro hacia la proyección de un mundo basado en el diálogo y la cooperación que se ha producido, en años recientes, en el trabajo de Ursula Biemann, tiene su origen en las cosmologías de los pueblos originarios de la Selva Amazónica, que conoció durante la grabación de ‘Forest Law/Selva jurídica’ (2014).

Acompañada por el arquitecto y activista brasileño Paulo Tavares, la artista había viajado a Ecuador para investigar una serie de demandas interpuestas al gobierno por vulnerar los derechos de la naturaleza, anclados en la Constitución de 2008. Allí descubrió tanto los daños infligidos por las políticas extractivistas al ecosistema de la selva como la cosmovisión de pueblos como los Sarayaku, que comprenden la selva como un ser viviente del que ellos, inseparablemente, forman parte. Desde esa experiencia, se ha dedicado a explorar y difundir esas formas de conocimiento diametralmente opuestas a la epistemología occidental, y a establecer un diálogo entre ambas.

La instalación multicanal ‘Forest Mind/Mente Forestal’ (2021), basada en un trabajo de campo en territorio inga en el sur de Colombia, ahonda en las distintas prácticas de conocimiento y en las imágenes que, a partir de ellas, conforman la visión del mundo: a las imágenes transmitidas por los chamanes amazónicos basados en su comunicación directa con la naturaleza, facilitada por la planta psicoactiva ayahuasca, la artista yuxtapone las imágenes generadas tecnológicamente al secuenciar el ADN de la selva, cuyo descubrimiento, por otro lado, acercó ambas epistemologías de modo insospechado.

Forest Mind/Mente Forestal’ (Ursula Biemann, 2021)

Forest Mind/Mente Forestal’ (Ursula Biemann, 2021)

Esta pieza fue realizada en paralelo a la colaboración de la artista en la creación de una universidad indígena mediante la realización de una serie de trabajos audiovisuales reunidos bajo el título Devenir universidad (2019-2023). Apoyado por la Dirección de Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de Colombia, el proyecto liderado por Hernando Chindoy responde a la necesidad de recolectar y salvaguardar los conocimientos de la comunidad inga, cuya memoria peligra no solo por la colonización centenaria y la imposición de la ciencia moderna, sino también por la dispersión de la comunidad debida al reciente conflicto político armado. Basada en el paradigma biocultural, el cual reconoce la interdependencia y evolución conjunta de la diversidad biológica, cultural y epistémica, esta universidad promueve el aprendizaje en y mediante el territorio, entendido este como una unidad viva fuertemente vinculada con el conocimiento, la sabiduría, la percepción y el cuidado, a la vez que aspira a un diálogo productivo con la ciencia occidental.