La Moderna: así ha sido el encuentro entre Pietro y su nieto
- Pietro conoce a su nieto, Pedrito
- Antonia descubre la verdadera historia entre Silvia y Giancarlo
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Pietro es, sin duda, uno de los personajes más queridos de La Moderna, y, por eso, ha sido muy difícil verle sufrir día tras días en los últimos meses. El pastelero del salón de té más famoso de los años 30, ha hecho frente a una enfermedad, un secuestro y a la pérdida de su único hijo, con todo esto parecería normal pensar que Pietro se iba a dar por vencido, pero en el último momento ha encontrado un motivo para sonreír: su nieto.
El origen de Pedrito
Mientras Pietro estaba secuestrada, Giancarlo le contó a Antonia que hubo un tiempo en el que mantuvo una relación con una mujer española. Los dos se conocieron en Italia, pero su romance siguió más allá. Aunque el hijo de Pietro no le dio muchos detalles a Antonia, ella fue consciente de que aquella mujer había sido alguien muy importante para su hijastro.
Giancarlo tenía planeado recuperar a esa mujer cuando liberase a su padre de los secuestradores, pero sus planes se truncaron cuando Calcaterra, el secuestrador de Pietro, intentó asesinar a Pietro con un disparo que acabó alcanzando a Giancarlo. El hijo del italiano murió solo unos minutos después y sus planes de futuro se tiñeron de negro para siempre.
Más tarde, Pietro y Antonia encontraron una carta entre las pertenencias de Giancarlo. Era una carta de su antigua novia, Silvia, una mujer que vivía en Galicia y que aseguraba que había seguido adelante con su vida. En la carta, ella confesaba que había tenido un hijo fruto de su relación con Giancarlo, pero que el niño había sigo adoptado por su actual marido como su propio hijo. La gallega también le pedía que no los buscase y que les diese la oportunidad de continuar con su vida como hasta ahora, y, aunque Giancarlo, quizás hubiese seguido el deseo de Silvia, Pietro no pensaba hacer lo mismo.
Pietro conoce a su nieto, Pedro
Pedro lleva su nombre en honor a su abuelo, Pietro, el hombre al que tanto quería Giancarlo. Y, hoy, por fin, se han podido conocer. Después de que Pietro y Antonia conociesen la noticia, se afanaron en encontrar a Silvia y a su nieto. Los dos vivían en Moaña, un pueblo de Galicia, y hasta allí se fueron el pastelero y la dependienta sin siquiera conseguir el permiso de don Fermín.
El matrimonio decidió irse asumiendo las posibles consecuencias, pero para Pietro ya nada era igual. Tras perder a su hijo, necesitaba recuperar la ilusión y encontrar a su nieto es lo único que podría devolvérsela.
Aunque inicialmente Silvia rechazó que Pietro conociese a Pedrito, más tarde cambió de opinión. Estaba segura de que ese encuentro le haría bien a su hijo y que sería lo que Giancarlo hubiese querido. Solo ha querido hacer una petición, no deben decirle a Pedro que su padre ha muerto recientemente, para el niño, Giancarlo murió antes de que él naciera y así debe seguir siendo. Pietro y Antonia han asegurado mantener el secreto y el pastelero ha podido conocer por fin a su nieto.
La verdadera historia de Giancarlo y Silvia
Antonia sabía por Giancarlo la historia de amor con Silvia, y para ella, después de conocerse en Florencia y vivir un romance apasionado, Giancarlo y Silvia se separaron cuando él tuvo que regresar a Italia. A pesar de la distancia y el tiempo, Giancarlo nunca olvidó a Silvia y, años después, la buscó y la encontró. Sin embargo, Silvia había seguido adelante con su vida, casándose con Florencio, quien había criado a su hijo como propio. La aparición de Giancarlo reavivó viejos sentimientos, pero Silvia sabía que su lealtad y amor estaban con su familia actual.
Sin embargo, la historia es un poco diferente según la versión de Silvia, que no se ha hecho de rogar y se ha sincerado con Antonia. Después de lo de Florencia, Giancarlo no tardó en visitarla de nuevo y ambos decidieron iniciar un noviazgo en Vigo. Silvia sabía que Giancarlo tenía su vida en Italia y que, el fuerte vínculo que tenía con su país, le haría pasar malos momentos viéndole marchar y esperando su regreso de Italia, pero estaba dispuesta a arriesgarse.
Los primeros años fueron muy apasionados, pero también muy angustiosos. Cuando Giancarlo zarpaba hacia Italia, Silvia nunca sabía cuándo volvería a verle. Hasta que un día comprendió que jamás volvería a verle desembarcar en el puerto de Vigo.
Poco después descubrió que se había quedado embarazada y habló con todos los marineros que llegaban a puerto intentando conseguir información de su amado. Fue gracias a uno de ellos como supo que Giancarlo la había abandonado definitivamente por la política. Fue un duro golpe para Silvia, pero no tenía tiempo de llorar su abandono, estaba embarazada y ahora tenía que luchar por sacar adelante a su hijo.
Un día, Giancarlo volvió y Silvia recibió la noticia por una vecina. Le comentaron que un italiano había estado buscándola y ella supo inmediatamente que se trataba de Giancarlo. “Tuve que contenerme para no salir corriendo a abrazarle. Y fue lo mejor. Soy una mujer casada con un buen hombre que ha criado a nuestro hijo como suyo. Había pasado demasiado tiempo… No era justo que exigiera que arriesgara todo solo por conocer al niño”, le ha confesado Silvia a Antonia. La mujer de Pietro le ha querido hacer saber a Silvia que Giancarlo se había arrepentido y quería enmendar sus errores, un consuelo muy pobre para Silvia, que, sin ser del todo consciente, ha vuelto a perder a su gran amor.