Oliver Ressler: la memoria audiovisual de tres décadas de concienciación y protesta social
Noticia Metrópolis
- En 2023 LABoral Centro de Arte presentó ‘Barricadas en los hielos’, el gran proyecto dedicado por Oliver Ressler al activismo por la justicia climática
- ‘Metrópolis’ recorre la trayectoria del artista austríaco en un programa monográfico que se emite el lunes 13 de enero a partir de la 01.00h en La 2
‘Metrópolis’ ofrece un recorrido por la trayectoria del artista y cineasta Oliver Ressler, conocido por su trabajo en el marco de una serie de movimientos sociales, que han ido surgiendo desde los años 90, primero en contextos locales y, a partir de las protestas de Seattle, a escala global.
Nacido en 1970 en la ciudad austríaca de Knittelfeld, estudió pintura, pero pronto encontró, en la fotografía, el texto y el video, herramientas más aptas para reflejar y expresar su interés en temas sociopolíticos. A finales de los años 90 se incorporó al movimiento alterglobalización utilizando su cámara para dar voz y visibilidad a los activistas. Desde entonces, ha realizado más de 40 películas y numerosas instalaciones que, en años recientes, se han centrado en el movimiento por la justicia climática.
Activismo local y movimiento alterglobalización
En el contexto de su país natal, Oliver Ressler se dio a conocer a mediados de los años 90 con una serie de intervenciones en el espacio público, realizadas en colaboración con Martin Krenn y enfocadas en el auge de la nueva derecha y el racismo institucional, que se estaba materializando en la creación de centros de detención para migrantes a la espera de su deportación.
En noviembre de 1999, la “batalla de Seattle” supuso el estallido y la difusión del movimiento antiglobalización a nivel mundial. A esta primera contracumbre le siguieron movilizaciones ante las reuniones de las instituciones financieras y estados más poderosos en otras ciudades de todo el mundo. En 2001, el artista participó en las protestas contra el Foro Económico Mundial en Salzburgo, reflejando el punto de vista de los activistas, divergente de la cobertura mediática, en la pieza ‘This Is what democracy looks like’ (2002). A partir de allí profundizó en los pilares conceptuales del movimiento, reuniendo a sus teóricos y portavoces más destacados en la instalación ‘Alternative Economics, Alternative Societies‘ (2003-2006), que fue presentada en numerosas instituciones internacionales, entre ellas MediaLabMadrid (2004) y la 2ª Bienal de Arte Contemporánea de Sevilla (2006/07).
Posteriormente, en el video 'What Would It Mean To Win?’ (2008), realizado en colaboración con la artista australiana Zanny Begg, recogió el ímpetu y optimismo que el movimiento recuperó en Heiligendamm, después de años de haberse visto debilitado por las extremas medidas de seguridad implementadas después de la contracumbre de Génova y el 11S.
Crisis económica y toma del espacio público
En 2008 estalló una crisis financiera seguida, poco después, por una crisis económica a nivel mundial, cuyas causas fueron expuestas por Oliver Ressler y Zanny Begg en otro trabajo conjunto titulado ‘The Bull Laid Bear’ (2012). Como consecuencia de esta crisis, y especialmente en protesta contra los rescates bancarios sufragados por los contribuyentes, surgió un movimiento popular de ocupación de plazas públicas en numerosas ciudades del globo, que el artista retrató en la instalación ‘Take The Square’ (2012), donde yuxtapone las reflexiones de participantes en las ocupaciones de la Puerta del Sol en Madrid, la plaza Sintagma en Atenas y Wall Street en Nueva York.
La defensa del medio ambiente
La problemática medioambiental ya estuvo en el punto de mira de Oliver Ressler en su primera exposición personal institucional titulada ‘100 Years of Greenhouse Effect’ (1996), en la que conmemoró, en el Salzburger Kunstverein, el primer texto sobre el efecto invernadero, publicado en 1896 por Svante Arrhenius. En 2008 entró en contacto con el activismo climático en Reino Unido, donde realizó ‘For a Completely Different Climate’ (2008), un proyecto sobre una de las primeras cumbres climáticas y uno de los primeros campamentos por el clima, celebrados en Kingsnorth contra la construcción de nuevas centrales eléctricas de carbón.
La videoinstalación ‘Everything’s coming together while everything’s falling apart’ (2016-2020) se compone de seis películas que documentan distintas acciones de desobediencia civil, llevadas a cabo para bloquear infraestructuras nocivas para el clima. Uno de los éxitos más duraderos es el recogido en el video ‘The ZAD’ (2017), que relata las hazañas de los campesinos y activistas que, en 2012, lograron paralizar el proyecto de un nuevo aeropuerto cerca de Nantes en un territorio que desde entonces se denomina ‘zona a defender’y en el que viven, en la actualidad, unas 250 personas de 60 colectivos.
La movilización por la justicia climática
Desde 2019, Oliver Ressler ha estado trabajando en ‘Barricading the Ice Sheets’, un proyecto de investigación y exposición itinerante, que en 2023 fue presentado en LABoral Centro de Arte de Gijón bajo el título ‘Barricadas en los hielos. Reproponer la industria, recuperar el planeta’. En el marco de este proyecto el artista ha ido registrando y analizando el trabajo de los movimientos por la justicia climática surgidos en todo el mundo ante a la inacción de los políticos frente al colapso climático. Así, la película ‘Not Sinking, Swarming’ (2021) documenta una asamblea de delegados de varios grupos ecologistas, celebrada en 2019 en Madrid para organizar el bloqueo del paso elevado de una autopista muy transitada cerca de Nuevos Ministerios.
‘Barricade Cultures of the Future’ (2021) analiza el papel desempeñado por artistas y productores culturales en el seno de estos movimientos, donde diseñan no solo posters, carteles, pancartas o páginas web, sino también intervenciones artísticas y estrategias de acción.
El programa se cierra con un fragmento de la película ‘The path is never the same’ (2022), en la que el artista retrata, de forma sumamente poética, uno de los bosques más antiguos de Alemania y la vida cotidiana de los activistas que, desde 2012, viven en las copas de sus árboles para protestar contra la extracción de lignito en una mina cercana y prevenir su la extensión al territorio ocupado por el bosque y sus protectores.