Crónica de una guerra, por el periodista Jon Lee Anderson
- El periodista californiano Jon Lee Anderson es uno de los más destacados reporteros de guerra de la actualidad
- He decidido hacerme marxista reúne cinco décadas de crónicas sobre Asia, Oriente Medio, África y Latinoamérica
Ser joven en la California de los años setenta marcó la vida del periodista Jon Lee Anderson. Aquellos años contraculturales, hippies, libres, prolíficos para la música y el cine, con una naturaleza exuberante —árboles de pimienta y eucaliptos, sol, surf— y una economía todavía asequible para los bohemios que se querían instalar en San Francisco, Santa Rosa o Concord.
De aquella época idealizada surge el breve ensayo de juventud Aventuras de un joven vagabundo por los muelles (Cuadernos Anagrama), en el que Jon Lee Anderson narra su camino de convertirse en periodista de guerra. El joven viaja desde Exeter hasta Togo, en África. Lleva el pelo largo, una barba desaliñada y unos pantalones blancos de campana pintarrajeados. Con su compañero John y doscientos dólares parten a la aventura en autostop.
Guerras en Asia, Oriente Medio, África y Latinoamérica
A partir de los años ochenta, las crónicas de Jon Lee Anderson empezaron a aparecer en medios como The New York Times, The Guardian, Le Monde, Clarín, El País o Financial Times, entre otros. Actualmente forma parte de la plantilla de The New Yorker. Una selección de esos reportajes se ha reunido ahora en He decidido declararme marxista (Debate), un ensayo en el que el autor es testigo de excepción de los principales conflictos geopolíticos del siglo XX.
La crítica literaria le considera el heredero natural de Ryszard Kapuciski. Los reportajes de Anderson tienen una dimensión literaria y un compromiso insobornable con la verdad. Para entender las guerrillas de El Salvador o Birmania, la guerra de Afganistán, la caída de Bagdad o la herencia colonial de África es necesario leer sus crónicas. Para su célebre biografía sobre el Che Guevara, por ejemplo, el periodista se fue a vivir a Cuba con su familia de 1992 a 1995.
«Una tarde fui a conocer al dictador Charles Taylor. Gobernaba Liberia y era un asesino en serie con el disfraz de un presidente. (…) La televisión exhibía las imágenes de sus guerreros adolescentes, vestidos con batas de ama de casa, envueltos en una orgía de sangre que iba a exterminar a por lo menos doscientos mil liberianos en los siguientes siete años.» Aun siendo testigo del terrible estado del mundo, Anderson nunca pierde la fe en el ser humano. Observa, pregunta, pasea y coteja todas las fuentes sin hacerse amigo de ninguna.
“Mi carrera ha sido una búsqueda para comprender el poder“
El equipo de 'Página Dos' pregunta al periodista sobre su vocación. «Hoy día el periodismo es más importante que nunca. Desde muy pequeño me di cuenta de que la guerra es una constante en la historia del ser humano, y quise entender el porqué. Siento que siempre se puede aprender de lo desconocido», responde Jon Lee Anderson. «Mi carrera ha sido una búsqueda para comprender la violencia política y el ejercicio del poder», concluye.