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Rosa Montero: "Vivimos en un mundo deslizante, amenazador y roto"

  • Rosa Montero cierra la saga de Bruna Husky presentando en El ojo crítico su novela Animales difíciles
  • Es el cuarto libro de protagonizado por la replicante, tras Lágrimas en la lluvia, El peso del corazón y Los tiempos del odio

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Retrato de Rosa Montero con blusa verde, collar con corazón rojo y expresión serena. Pelo corto y castaño oscuro. Fondo oscuro.
La escritora Rosa Montero reflexiona en 'Animales difíciles' sobre el futuro de la identidad y los peligros de la inteligencia artifical sin control. EFE/ SEIX BARRAL

Puede parecer lejano, pero el año 2111 ya está aquí. El siglo XXII es una realidad. Al menos así lo cree y así lo refleja la escritora y periodista Rosa Montero en su última novela, Animales difíciles. Porque en el cuarto y último libro del universo protagonizado por la androide detective Bruna Husky, el futuro se encuentra en un presente que resulta peligrosamente familiar.

Con el pretexto de investigar un, aparentemente, "inocente" atentado terrorista en las instalaciones de una gran empresa tecnológica, Bruna Husky y su colega, el inspector Lizard, irán viéndose atrapados en un enigma cada vez más sombrío diseñado por una mente criminal aterradora. Una mente en donde la Inteligencia Artificial pinta demasiado y la "humana", con su identidad, casi nada.

“Las novelas de Bruna Husky son las más realistas que he escrito. No son distopías ni catastrofismos, sino que es un mundo real e, incluso, mejor que el nuestro”, explica la escritora en los micrófonos de El ojo crítico con Laura Barrachina.

La identidad, el sentido de la humanidad y de la vida, la memoria colectiva, la violencia, o los peligros derivados del uso incontrolado y abusivo de la Inteligencia Artificial. Estos temas, que bien podrían ser las propios de las noticias de cualquier informativo en 2025, son los mismos que amenazan a Bruna Husky en esa Madrid de 2111. Y es que el ser humano parece estar empeñado en no aprender.

"De los 300.000 años que lleva nuestra especie en el planeta, solo en los últimos 75 años, nos hemos puesto en riesgo de extinción tres veces. En la primera ocasión por la energía nuclear, en la segunda a causa del calentamiento global y, ahora, con la Inteligencia Artificial”, indica Rosa Montero para quien, no hay duda, si seguimos en esta línea nos acabaremos cayendo por el precipicio.

Animales difíciles es, por tanto, un libro angustioso por su cercanía y franqueza. Sin embargo, y pese a no escatimar en autocrítica y advertencias de las catastróficas consecuencias hacia las que parece encaminarse irremediablemente la humanidad, mantiene encendida la llama de la esperanza. Aún, opina Rosa Montero, hay tiempo para el cambio.

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La importancia de la memoria en la construcción de la identidad

Puede que el presente no exista, que estemos ya de alguna manera inmersos en el futuro, en ese siglo XXII tan tecnológico e inteligente como peligroso e inconsciente en el que Bruna ha aprendido a vivir. Pero lo que sí es real es el pasado. Es innegable. Las experiencias, individuales y compartidas, crean la memoria, y de esos momentos se forjan las vidas.

"Vivimos en un mundo tan deslizante, tan amenazador y tan roto que falta mucho entorno para decirnos quiénes somos. Dependemos de la mirada de los otros, y esa mirada es la que te construye o te destruye", asegura Rosa Montero.

Por suerte, a Bruna le sucedió lo primero. "Termina sabiendo quién es gracias a los demás", apunta su creadora. No obstante, no ha sido sencillo, ni por los dilemas perceptibles e imperceptibles que ha enfrentado, ni por los "compañeros de viaje" con los que ha ido coincidiendo. "En las primeras novelas era una misántropa absoluta que odiaba a la humanidad, que se odiaba a sí misma y a los otros replicantes inhumanos", recuerda Montero. Todo y todos la han ayudado a encontrarse.

Y entre ellos, entre esos 'culpables', se encuentra la propia Montero. A pesar de la "cercanía" y complicidad que han desarrollado en estos "casi 20 años de relación", este cuarto libro tenía que ser el final. "Bruna no muere en Animales difíciles, pero para mí está claro que es su última novela porque es un final muy armónico, que cierra todo y que la deja en un lugar vital estupendo" –asegura la periodista–. Sería absurdo seguir escribiéndolo".

Aunque el punto en la historia de la replicante está escrito, todavía queda por ver si se trata de un punto y aparte o de un punto final. "Si la echo mucho de menos, puedo volver a ella con un libro de cuentos sobre el mundo de Bruna", confiesa su creadora.

Y si bien la puerta no se cierra con llave, por el momento, Rosa Montero la mantiene bloqueada, para dejar entrar su próximo proyecto: una saga fantástica con tres novelas.