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El cuerpo humano, una pequeña central eléctrica

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Curioseando - Las placas Peltier

En las últimas décadas, el cambio climático se ha convertido en el problema más grave al que se enfrenta el planeta. Es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo y sus efectos nos afectan a todos, por ello casi 200 países de todo el mundo se han puesto de acuerdo para establecer un plan de acción, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Su objetivo es actuar para hacer frente a la emergencia climática que pone en riesgo nuestro futuro.

Pero más allá de las grandes estrategias internacionales, hay pequeños gestos, climáticamente hablando, que contribuyen a dejar un mundo mejor a las siguientes generaciones. La educación, la formación y la sensibilización ante el cambio climático son fundamentales. Pero también hay curiosas herramientas que nos ayudan a mitigar nuestra huella en el clima y las tenemos mucho más a mano de lo que crees…

Una máquina perfecta

El cuerpo humano puede resultar una máquina generadora de energía. Para ello, hay que remontarse a un hallazgo crucial que tiene más de dos siglos y que debemos al físico francés Jean Charles Peltier. Este científico descubrió un principio termoeléctrico basado en la generación de energía a través de los cambios de temperatura como los que se producen en el organismo de las personas.

Peltier diseñó unas placas que pueden resultar, a día de hoy, una de las piezas clave de la sostenibilidad. Tal y como explica el médico y divulgador científico Ignacio Crespo, “aunque parezcan algo muy novedoso, las placas Peltier llevan desde 1821 transformando la diferencia de temperatura en electricidad”. Con un increíble y divertido experimento, en 'Curioseando' demuestra cómo la diferencia de temperatura entre una mano, a unos 36ºC, y el hielo, a 0ºC, sirven para accionar un pequeño motor.

Energía natural e ilimitada

Las investigaciones de Peltier fueron perfeccionadas y puestas en práctica, también a comienzos del siglo XIX, por otro científico: el alemán Thomas Johann Seebeck, considerado otro de los genios de la termoelectricidad. Su hallazgo pasó a la Historia como el efecto Seebeck, y demostró que al unir dos metales diferentes y aplicar calor a una de las uniones, se generaba una corriente eléctrica detectable en el circuito. ¿En qué se tradujo esto? En la conversión directa del calor en energía y electricidad.

Experimento del efecto Seebeck en 'Curioseando'

Experimento del efecto Seebeck para comprobar cómo la diferencia de temperatura se convierte en electricidad

La unión de estos dos grandes descubrimientos científicos, el de Peltier y el de Seebeck, han marcado un antes y un después en la historia de la humanidad y, por ende, en nuestra vida diaria. Unos principios científicos que, a día de hoy, se aplican en un sinfín de aparatos y dispositivos que hacen más fácil nuestro día a día. Por ejemplo, en linternas que se iluminan con la temperatura de la mano, en sistemas de calefacción o ventilación que funcionan si se ocupa un determinado espacio o en grandes chimeneas industriales.

Si quieres saber cómo contribuir a la lucha contra el cambio climático, no te pierdas ‘Curioseando’ todos los martes a las 23.45 h en La 2 y en RTVE Play.