La receta de chocolate a la taza de María Lo que te endulzará el invierno
- La ganadora de Masterchef 10 desvela en Podría ser peor los secretos para lograr un chocolate caliente excelente
- Además, nos descubre cómo saber qué variedad de chocolate elegir en cada receta
Cuando el frío aprieta nada reconforta más que una buena taza de chocolate caliente. Más denso o más líquido, más dulce o más amargo, este clásico que conquista por igual a mayores y pequeños, sigue siendo el secreto mejor guardado para endulzar el invierno. Con solo un sorbo, un día gris se transforma en puro placer.
Pero si quieres llevar todo esto al siguiente nivel, no te pierdas los trucos que la ganadora de Masterchef 10, María Lo, ha dejado en el programa Podría ser peor de RNE, que presenta Ángela Fernández. ¿Sabías, por ejemplo, que poniendo un pelín de café descafeinado a tu chocolate lograrás pasar de una taza corriente a un manjar digno de los dioses mayas y aztecas? ¡Dale al play y sorpréndete!
Desde que los olmecas empezaran a cultivar el árbol del cacao en la Mesoamérica del 1.500 a.C., su valor no ha prado de crecer. Su sabor y sus propiedades han sido capaces de conquistar a todo tipo de culturas de todos los periodos históricos. Después de los olmecas, que usaban el cacao para preparar una bebida amarga empleada en rituales, les llegó el turno a los mayas, a los aztecas y a los europeos.
"Los mayas que, perfeccionaron el uso del cacao, lo consideraban un regalo de los dioses. De hecho –agrega la cocinera–, lo bebían en celebraciones y rituales religiosos mientras que, más tarde, los aztecas lo consideraban tan valioso que lo usaban como moneda".
Y a los europeos, cuando llegaron a América en el siglo XV, tampoco les pasó desapercibido su sabor. "Se trajo a Europa, se comenzó a modificar añadiéndole azúcares y especias como canela, y el resto es historia: la pasión por el chocolate se extendió por todo el mundo ", narra María Lo.
Ingredientes | Preparación |
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Chocolates diferentes según la ocasión
Aunque el chocolate a la taza está exquisito en todas sus variedades, como sucede con cualquier otra receta la calidad de los ingredientes que se utilicen marcan la diferencia, para bien y para mal. Según qué variedad escojamos, el sabor será uno u otro. Y pueden ser totalmente opuestos.
Por ejemplo, si lo que queremos es un gusto fuerte, la opción ideal sería siempre la de optar por aquellos chocolates negros. "Tienen, aproximadamente, entre un 50 y un 70% de cacao pudiendo llegar a veces hasta el 99%", explica María Lo. Y esto, unido al hecho de que no llevan leche añadida, le aporta un sabor “más a amargo e intenso". "Es más parecido a la manera en la que se comía en los orígenes", añade la cocinera.
Por el contrario, si lo que buscamos es algo más azucarado y ligero, María Lo aboga por el chocolate con leche: "Contiene entre un 20 y 40% de cacao que se mezcla con leche en polvo, manteca de cacao y azúcar lo que hace que sea muchísimo más suave, dulce y cremoso que el negro".
Aunque si realmente nos apetece saciar un antojo dulzón, el chocolate blanco es, con diferencia, una apuesta segura.
Al no tener "sólido de cacao y llevar solo manteca de cacao, leche y azúcar" es "mega dulce, cremoso" lo que lo convierte, según la chef gaditana, en el ingrediente estrella de "una receta de cookies americanas con macadamia y chocolate". Eso sí, las mismas propiedades que le dan ese dulzor, son las mismas que hacen que se encuentre en el centro de críticas y polémicas. "Para los más chocolateros es un insulto regalarles un chocolate blanco", señala María Lo.
Y, finalmente, si lo tuyo es innovar en lo que a repostería se refiere, el chocolate de cobertura será tu mejor amigo. "Es mucho más fácil de manejar porque se funde más rápido y es más cómodo de manipular", explica Lo, quien, concretamente, recomienda "el modelo que suele venderse de manera individual, en formas de moneditas ya que se derrite muy bien y rápido".
¿Cómo evitar que el chocolate se queme cuando lo fundimos?
No obstante, e independientemente de que el chocolate de cobertura sea ideal para fundir, no hay que descuidarse en el proceso porque si no, lo más probable, es que se nos termine quemando. "El chocolate en sí es un alimento muy delicado por lo que si le metemos temperaturas muy extremas nos lo cargaremos", advierte María Lo. Afortunadamente, añade, "existen dos formas rápidas para fundirlo sin arruinarlo".
Se puede optar por el microondas o por la versión más tradicional: el baño María.
En caso de que nos decantemos por el electrodoméstico, tan solo habrá que "picar mucho el chocolate, meterlo en un recipiente apto para microondas, ponerlo a mínima temperatura e ir sacándolo cada 30 segundos para removerlo con una lengua hasta que esté totalmente derretido", explica la chef recordando también los pasos a dar si usamos el baño María: "en un cacito con agua ponemos un bol con el chocolate picado y, poco a poco y continuamente, removemos con una lengua".