La expulsión del último programa de 'Bake Off' termina en celebración
- Yurena sufre un ataque de ansiedad en Bake Off: famosos al horno
- Vuelve a ver el cuarto programa de Bake Off: famosos al horno, ya disponible en RTVE Play
Del amor al odio hay un paso y así lo han podido vivir en sus carnes los concursantes de 'Bake Off: famosos al horno' durante el último programa. Dos caras de una misma moneda, representadas por cada una de las pruebas de la jornada, que han tenido como resultado algo nunca visto en esta edición: tras las valoraciones finales del jurado, no se ha producido ninguna expulsión. Eso sí, la próxima semana diremos adiós a dos concursantes.
La semana empezaba con los nervios a flor de piel con una Yurena que se veía obligada a abandonar la prueba por recomendación médica: tras haber sufrido un ataque de ansiedad durante el programa anterior en pleno cocinado, la cantante llegaba con la tensión por las nubes y una gran sensación de malestar en el estómago. Motivos suficientes para recomendar su ausencia y garantizar su descanso.
Cocinar y cantar, todo es empezar
Una vez pasado el susto, ha dado comienzo la prueba técnica de la semana, donde las celebrities se han enfrentado al reto de reproducir una de las tartas más famosas de Europa desde hace casi 200 años: la tarta Sacher.
Este postre típico de la gastronomía austriaca (compuesto por un doble bizcocho de chocolate, ensamblado con mermelada de albaricoque y recubierto por un glaseado de chocolate) ha tenido doble dificultad. Y es que los concursantes han tenido que parar sus elaboraciones para cantar en un karaoke improvisado algunas de las baladas de amor más famosas de la historia: Rocío Jurado, Rocío Durcal, Raphael o Celine Dion también han sido los protagonistas del día.
Concluido el tiempo de cocinado, ha comenzado la cata a ciegas, donde los jueces han situado en el último lugar a Pol Espargaró (que había presumido ante sus compañeros de tener el delantal de pastelero estrella) y han colocado en el podio a Nagore, Mario Marzo y Lidia Torrent, con una nueva victoria para la presentadora catalana.
Acabada la prueba, ha dado comienzo la presentación de la prueba fantasía, donde Yurena ha podido volver a incorporarse a la competición mucho más tranquila. Antes de comenzar, sin embargo, hemos conocido la ventaja del motociclista como pastelero estrella. Pol ha tenido como ayudantes de honor a dos de los rostros de la primera edición del talent: Blas Cantó y Toñi Salazar.
Presentaciones hechas, la prueba dedicada al odio ha consistido en la elaboración de un tiramisú con un ingrediente odiado por cada uno de los aspirantes. El higo de Lidia Torrent, la canela de Pol, el arroz con leche de Benita, el mazapán de Cristina Tárrega, los cítricos de Víctor Sandoval, el chocolate blanco de Nagore o el cabello de ángel de Carmen Morales han sido algunos de los sabores que los jueces han podido saborear durante la cata.
Toda una prueba donde hemos podido ser testigos de las primeras estrategias de los aspirantes, con una Cristina Tárrega que ha cogido sin querer el tiramisú de Mario Marzo, desmoronado en el abatidor, que ha podido salvarse gracias a la intervención de Damián Betular. "Yo no voy a hacer show" ha comentado la presentadora valenciana.
Nueva pastelera estrella y... ¿nueva expulsión?
En la segunda cata han destacado los postres de Isabel Gemio, que ha conquistado a los jueces con la incorporación del clavo en su tiramisú, y el de Nagore Robles, que ha conseguido el delantal de pastelera estrella por su constancia a lo largo de estas primeras semanas y el nivel de profesionalidad en todos sus platos.
La guinda del pastel ha llegado con el final del programa, cuando el momento más amargo de la jornada se ha transformado en el más dulce: Yurena, Cristina Tárrega y Mark Vanderloo se han salvado de la eliminación al haberse producido abandonos médicos y desequilibrios en las pruebas que habrían sido injustos en cualquiera de las opciones elegidas. Así, la semana que viene seremos testigos de la expulsión de dos aspirantes en esta carrera de fondo. Esta, sin embargo, podemos seguir bailando.