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Así suena la última canción de Antonio Vega

  • Basilio Martí, pianista de Antonio Vega, interpreta en directo en Las mañanas de RNE "Sin palabras", la última obra del exmiembro de Nacha Pop
  • Martí, que tiene una larga trayectoria musical, le acompañó al piano durante sus 20 años de carrera en solitario

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Antonio Vega, en blanco y negro, toca la guitarra con expresión concentrada; camisa oscura, fondo negro, micrófono visible.
Basilio Martí grabó "Sin palabras", una canción instrumental que estaba componiendo con Antonio Vega cuando falleció.

Han pasado 16 años desde su adiós, pero Antonio Vega sigue aquí. Nunca se fue del todo. Su esencia permanece en cada acorde, en cada verso y en cada nueva versión que mantiene con vida sus canciones, tan inmortales como su propio talento. Hoy, en 2025, su música vuelve a sorprendernos con un regalo inesperado: una obra desconocida, rescatada por su inseparable pianista y amigo, Basilio Martí, quien la ha interpretado por primera vez en directo en Las mañanas de RNE con Mamen Asencio. Porque hay artistas cuya luz nunca se apaga.

Las Mañanas de RNE - Mamen Asencio - Escuchamos la última melodía de Antonio Vega

Han surgido nuevas generaciones, han cambiado los estilos, los gustos e incluso la manera de hacer y consumir música. Desde aquel fatídico 12 de mayo de 2009 hasta hoy, el mundo ha cambiado. Es muy diferente y, sin embargo, también muy similar.

Mientras la "Lucha de gigantes" (1987) continúa, sin mirar "Atrás" (1982) ni a "Trabajos forzados" (2001), aunque solo sea por "Una décima de segundo" (1984), nos afanamos por encontrar un refugio. Es necesario, lo necesitamos. Todos buscamos "El sitio de mi recreo" (1992), ese lugar donde descansar física y espiritualmente. Y Antonio Vega fue el primero en hacerlo.

"Todos sabemos cuál es nuestro sitio de recreo y esta canción lo que hace es llevarte de viaje inmediatamente a ese lugar", cuenta Basilio Martí. El de Antonio, por ejemplo, era su hogar. "Donde más feliz estaba era en su casa, con su guitarra y sus gatos, componiendo su música", desvela quien quizá mejor conoció al intérprete de "La chica de ayer".

"Hasta 1990 yo era músico aficionado. Trabajaba de periodista en el ABC cuando Antonio vino a verme al periódico y me pidió que le acompañara en su gira. Ese mismo día empezó una historia de 20 años. Nos hicimos amigos y estuve con él hasta que falleció", recuerda Martí.

Fueron dos décadas juntos en las que no solo pasó la vida, sino que también sucedió la música. Porque en el caso de Vega y de Martí, una no se entiende sin la otra. La música es vida, y la vida es música. Y tal vez, apunta el pianista, fue precisamente esa manera tan personal, íntima y profunda de sentir el arte cantado lo que elevó sus melodías y letras a la categoría de himnos. "Cuando la música pura sale del corazón y de la mente de un genio como él, con apenas cuatro notas haces algo perfecto".

Las muertes prematuras a menudo forjan mitos, pero solo las verdaderas leyendas resisten al cruel e inexpugnable paso del tiempo.

Varios artistas rinden un homenaje al legado del cantautor Antonio Vega en Madrid

Así lo demuestran los numerosos homenajes que, desde 2009, se han ido realizado casi ininterrumpidamente. Algunos han sido en forma de covers, otros a través de conciertos o, incluso, concursos de canto. También ha habido libros, documentales , artículos y columnas de opinión o cartas. Muchos han procedido de voces anónimas, y otros tantos reconocimientos han tenido el sello de artistas ya consagrados. Los más recientes, por ejemplo, han venido de Nacho Campillo, Rebeca Jiménez, David Summers, Ricardo Marín, Andrés Suárez, Josemi Carmona y Alba Molina, entre otros.

"Pensaba que Antonio iba a caer un poco más en el olvido cuando nos dejó", confiesa Martí, sorprendido pero feliz de que haya sucedido justo lo contario: "La gente joven está loca por sus canciones. Todo el mundo graba sus versiones y quiere participar en sus tributos".

Porque los notas y acordes de Antonio Vega fueron, son y seguirán siendo una banda sonora compartida de muchas vidas.

Muy pocos músicos nacionales han creado piezas tan bellas y sutiles, tan técnicamente impecables como el cantante madrileño. Muy pocos artistas ostentan un lugar tan especial y tan preferente en la historia artística de España. "Escuchar sus canciones es una maravilla, y cantarlas y tocarlas, una pasada", afirma el pianista.

"Sin palabras", un recuerdo instrumental

Y es que desnudar de su voz las letras de Antonio Vega es otra forma de llegar a él y redescubrir su magia. Una magia inagotable, como bien sabe su amigo Basilio. "He estudiado muy profundamente las canciones de Antonio para seguir rebuscando en sus notas y en sus acordes, porque sigue saliendo música nueva", asegura.

Antonio Vega odiaba "La chica de ayer"porque para él significaba lo más básico de su música. No soportaba las cosas evidentes. Buscaba siempre segundas respuestas a todo

Una de esas piezas ocultas es "Sin palabras", la última canción que ambos amigos compartieron pero nunca pudieron disfrutar juntos. "Nadie la conoce. La estábamos creando cuando Antonio falleció y simplemente me había tarareado la melodía", recuerda el pianista quien, a pesar del desafío, encontró en esas notas sueltas una forma de sanar las heridas: "Después del impacto inicial, intenté recordar esa melodía y la fui componiendo como un puzle. Algunas mañanas me despertaba con una nota en la cabeza, luego otra, y otra… Al final las junté y compuse "Sin palabras", que grabé en mi disco instrumental llamado Lapsus".

Un tema que, a pesar de ser instrumental, "encierra la última idea musical de Antonio". Una idea que poco o nada tenía que ver con uno de sus mayores éxitos, "La chica de ayer"."Odiaba ese tema porque para él significaba lo más básico de su música. No soportaba las cosas evidentes. Buscaba siempre segundas respuestas a todo", revela Martí. ¿Quién mejor que su inseparable compañero de viaje para rescatar los últimos acordes del gran Antonio Vega?

Porque Antonio Vega se fue demasiado pronto, a los 51 años, pero su música sigue sonando con la misma verdad con la que fue escrita. "Sin palabras" es su último susurro, su despedida inacabada. Y quizá, en esa última melodía, sin necesidad de letra, Antonio nos dejó el mensaje más claro de todos: la música trasciende el tiempo, y su voz, aunque en silencio, nunca dejará de acompañarnos.