Un viaje por la historia de la costa española: 'Laberinto mar', de Noemí Sabugal
- La escritora leonesa Noemí Sabugal publica Laberinto mar, un ensayo sobre la importancia social del mar en España
- Del antiguo Mediterráneo de fenicios, griegos y romanos hasta las rutas migratorias actuales o el turismo desbocado
La idea era muy ambiciosa: retratar España a través de sus costas, de la relación de sus habitantes con el mar. La escritora Noemí Sabugal (Santa Lucía de Gordón, 1979) necesitó tres años para completar la investigación que dio como fruto Laberinto mar (Alfaguara). La insularidad ha marcado el carácter y la historia de la península. En este libro —que es una mezcla de memoria, ensayo y crónica—, Sabugal recorre el país para hablar con personas cuya vida está ligada al mar.
Al norte, familias que viven de la pesca y siguen jugándose la vida en el mar cada día. En el sur, costas que vieron partir a descubridores de nuevos mundos. Migración desfallecida y turismo desaforado. Mitos fenicios, griegos y romanos bajo las aguas antiguas del Mediterráneo, repletas hoy de microplásticos. Un mar que ha inspirado a incontables artistas: Sorolla, Rosalía de Castro, Carmen Conde, Alberti, Josep Pla, Càstor Pérez, Serrat.
La autora comparte con el lector sus propios recuerdos de infancia: «Cuando era pequeña, mi abuelo José me decía que le echara agua de mar a las heridas porque así curaban mejor. (...) Algo tiene el mar que ayuda a curar las heridas. Nos sumergimos en él y se produce una suspensión del pensamiento. Las preocupaciones parecen menores, más remotas. Hay un alejamiento físico mayor que el de la distancia. Y eso es porque el mar no admite competidores por su atención».
El Mediterráneo más literario
Escritores de diferentes géneros han incluido el Mediterráneo en alguna de sus novelas. La Ilíada y La Odisea de Homero. En El conde de Montecristo de Alexandre Dumas aparecen Marsella y la isla de Elba. Gerald Durrell retrató una Grecia hoy desaparecida en su trilogía de Corfú. En Me llamo Rojo, del premio Nobel Orhan Pamuk, Istanbul aparece dividida entre las costumbres occidentales y orientales. Buenos días, tristeza, de François Sagan, es el mar más hedonista, el de la Riviera Francesa en verano. También le han dedicado libros Mary Beard, Elif Shafak, Fernand Braudel, Jan Morris, David Abulafia, Italo Calvino o Paul Theroux.
Algunas cifras aportadas por Noemí Sabugal arrojan luz sobre las dimensiones del mar en relación a España. La superficie marina del país se acerca al millón de kilómetros cuadrados. La Ley de Costas hace constar que el litoral del país mide más de diez mil kilómetros, aunque se debe tener en cuenta sus continuos cambios. En los municipios marítimos vive un cuarenta por ciento de la población total. Son sólo tres datos que muestran la importancia que el mar, los mares, tienen en un país que es casi una isla.
¿Cómo se inspira una escritora de interior —de León— a dedicar tres años de su vida al mar? En 'Página Dos' Óscar López hace esa pregunta, con humor, a Noemí Sabugal en su relación con el océano. «En esta península en la que vivimos creo que nadie es ajeno al mar. Mi abuelo, cuando se jubiló, como muchos otros mineros, se fue a vivir a Gijón. Mi mar de la infancia es el Cantábrico», contesta la autora. «Mi pareja es de Galicia, y tengo familia allí. Los puertos gallegos fueron unos de los más migratorios. Tiene esa parte legendaria, con la Costa da Morte», añade.
Si una de las mejores cosas de la vida es sentarse delante del océano, cerrar los ojos y oír romper las olas, es lógico que en este Laberinto Mar haya sido tan importante la escucha. «En el libro hay una marea de voces. (...) Biólogos marinos, geólogos e historiadores, neskatillas, bateeiras y percebeiros, almadraberos, salineros, carpinteros de ribera...», cuenta Sabugal. Todos retratan España a través de sus costas.