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Quién es Raimunda, la nueva criada que ha llegado a 'Valle Salvaje' con un secreto del pasado

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Inma Sancho interpreta a Raimunda, la nueva infiltrada en la Casa Pequeña
Inma Sancho interpreta a Raimunda, la nueva infiltrada en la Casa Pequeña RTVE
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Un impresionante baile de máscaras, dos pedidas de matrimonio, un ataque a la Casa Pequeña y la llegada de nuevos rostros a 'Valle Salvaje' han sido los protagonistas del inicio de la segunda temporada. La diaria de La 1 promete tambalear los cimientos de todo lo que conocíamos hasta el momento. Para seguir el hilo quizás necesitas que te refresquemos la memoria: ¡así que sigue leyendo!

La que tendría que haber sido la gran noche para Bárbara, con una segunda pedida de matrimonio organizada al dedillo por Leonardo e Irene, terminó arruinada con la llegada de María, la verdadera prometida del hijo del marqués de la Cruz de los Infantes de la Villa. Sin embargo, no es el único personaje que llega para instalarse en la rutina del valle. Un rostro del pasado al que ya habíamos visto en la serie ha venido para quedarse.

La llegada de Raimunda a la Casa Pequeña

Raimunda (Inma Sancho), la madre de Atanasio, aparece en las puertas de la Casa Pequeña cuando el palacio todavía se recupera del ataque a Gaspar, que continúa gravemente herido. “Por fin aparece, desde ayer la esperábamos, Raimunda. ¿Ha ocurrido algo que explique el retraso?” la recibe Isabel. ¡Se nota que no conoce a la señora de la casa!

“Los amos de la casa en la que servía, que no me dejaron salir hasta que no terminé la jornada” responde Raimunda, que la noche anterior había pernoctado en la posada del pueblo. Su llegada a la Casa Pequeña, además, despierta el desprecio y la indiferencia de Victoria, que no duda en cuestionar su presencia: “¿Quién es esta mujer y qué hace en mi casa?”.

La historia de Raimunda

La última vez que vimos a Raimunda fue en su huerto, cuando le confesaba a Atanasio la verdad sobre su padre: “Antonio Galvéz de Aguirre fue tu padre, el ser más despreciable que haya conocido nunca. Tramposo, mentiroso y manipulador; aunque me dio la más útil de las lecciones: no te puedes fiar de nadie”.

Atanasio escucha ojiplático los recuerdos de su madre: “Yo solo era una muchacha cuando lo conocí, y me enamoré perdidamente de él. Era muy apuesto y todo un conde. Todo el mundo sabía que le gustaban las faldas, pero todo el tiempo que estuvo conmigo me hizo sentir que era la única. Hasta me prometió que dejaría a su mujer por mí, que lo dejaría todo”. 

“Yo ya me imaginaba viviendo con él en un palacio, rodeada de criados y con vestidos bonitos. Un día llegó un muchacho que decía ser hijo suyo, José Luis, y me amenazó: me dijo que o dejaba de ver a su padre o me mataría con sus propias manos. Y ahí acabó nuestra historia”.

El resto es historia: Atanasio, que en su día presenció la muerte de su padre a manos de Adriana, regresa a Valle Salvaje convertido en galeno con la intención de acercarse al duque, su hermano, y acaba de ser nombrado su secretario. La llegada de su madre, sin embargo, promete levantar viejas heridas y poner a José Luis en jaque.