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Joël Dicker publica su novela más insólita, 'La muy catastrófica visita al zoo', una oda a la infancia, a la diversidad y al poder de la imaginación

  • El escritor suizo ha presentado el libro en No es un día cualquiera
  • Un homenaje a los niños que fuimos y que aún llevamos dentro

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Joël Dicker, en los estudios de RNE.
Joël Dicker, en los estudios de RNE. RNE

En su nueva novela, La muy catastrófica visita al zoo, publicada por Alfaguara, el escritor suizo Joël Dicker deja a un lado los crímenes y misterios que lo convirtieron en un fenómeno global para sumergirse en el universo de los niños. Con más de 22 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, Dicker explora ahora nuevas formas de narrar, en un libro que como él mismo explica, está "pensado para lectores de 7 a 120 años".

Es una obra cargada de humor, ternura y preguntas profundas sobre el sentido de la normalidad, la educación y la democracia: "Es un libro distinto a los demás. Está dirigido a adultos y a niños. Lo hice porque me gusta recordar que la lectura es una de las cosas que nos puede unir a todos, como el fútbol, la música o el cine", comenta Dicker.

No es un día cualquiera - Joël Dicker presenta "La catastrófica visita al zoo"

Una aventura infantil que es también una reflexión adulta

La historia comienza con una catástrofe, ya que en la escuela de un pequeño grupo de niños considerados "especiales" se inunda, y ellos liderados por la curiosa Josephine, deciden investigar qué ha pasado. La narración, que mezcla humor, ternura y observación social, da voz a un grupo de seis niños muy distintos entre sí, pero unidos por su deseo de entender el mundo. Cada uno aporta su singular forma de mirar y a través de su investigación se despliega una crítica sutil al sistema educativo, a los prejuicios de los adultos y a los conceptos de normalidad y diferencia: "Necesitaba una clase pequeña. Seis era el número justo. Y luego pensé, seis es algo distinto, especial. Eso me divirtió porque realmente… ¿Qué es especial? ¿Qué es normal?", se pregunta el autor.

A través de la historia de estos niños, el autor pone en cuestión los prejuicios que arrastramos desde la infancia: "Los estudiantes se llevan bien, juegan juntos, sin pensar si son diferentes. El problema lo tienen los adultos. Los padres piensan: ¡Qué horror, estos niños especiales con los nuestros! Y eso es lo que me interesa mostrar, que la normalidad es una construcción adulta", asegura el autor.

De la risa a la reflexión: literatura para imaginar y pensar

Dicker se muestra preocupado por el desinterés de las nuevas generaciones por la lectura, pero también esperanzado: "Tengo la impresión de que algunos jóvenes aún no saben que les gusta leer. Y yo quiero que todo el mundo lea. Mi ambición es recordar que leer es un placer".

En ese sentido, la radio y la literatura le parecen fundamentales: "Son las dos cosas que siguen haciendo trabajar la imaginación". De ahí que, en su novela, los personajes sean apenas descritos: "No describo mucho el físico de los personajes para que cada lector cree su propio universo. Lo que han imaginado es real, porque es su realidad".

Foto de dos personas de mediana edad en un estudio de radio. Ella, con cabello rubio y bufanda; él, con cabello castaño y jersey azul.  Reloj digital marcando las 12:32.

Joël Dicker junto a Pepa Fernández en "No es un día cualquiera"

Esa apuesta por la imaginación activa no es casual. Dicker insiste en que el aburrimiento también es necesario para el desarrollo creativo, sobre todo en la infancia: "Una de las peores cosas que hay es llenar los viajes en coche con pantallas. Si los niños se aburren, inventan. Si no les damos imágenes, las crean. Y esa es la semilla de la lectura: imaginar lo que no está". En palabras del autor, leer no es solo un pasatiempo, es una gimnasia para la mente y el alma.

Un homenaje al niño que fue

Joël Dicker nació en Ginebra en 1985, en el seno de una familia de vocación literaria, su madre era librera y su padre profesor de francés. Desde muy joven mostró interés por la escritura y con solo diez años fundó la revista La Gazette des Animaux, siendo reconocido como el redactor jefe más joven de Suiza. Aunque estudió Derecho, su consagración literaria llegó en 2012 con La verdad sobre el caso Harry Quebert, traducida a 33 idiomas y galardonada con el "Gran premio de Novela de la Academia Francesa".

A sus casi 40 años, Dicker sigue escribiendo con la misma emoción que sentía de niño cuando creó su primera revista: "Cuando empiezo un libro, siento una emoción infantil, en el mejor sentido de la palabra. Lo que me estimula es dar lo mejor de mí mismo, explorar nuevas formas, nuevos temas. Esta vez he hablado de democracia, de diversidad, de responsabilidad", explica el autor.

Portada de libro infantil con ilustración de niña en vestido rojo entre animales (jirafa, tigre, gorila). Traducción de María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego.

"La catastrófica visita al zoo" de Joël Dicker

La novela está llena de guiños autobiográficos, se puede ver reflejado en los personajes como Otto, el denominado diccionario con patas o la entrañable abuela de Giovanni, inspirada en la suya propia, amante de las series policiacas: "Cada uno de los personajes tiene un poco de mí. Josephine es curiosa como yo. Giovanni tiene una abuela que es como la mía", relata Dicker.

Niños que cuestionan el poder y adultos que olvidan ser niños

Uno de los temas centrales del libro es la mirada crítica que los niños lanzan sobre el mundo adulto: "Cuestionan al director del colegio. No entienden qué hace. Los profesores tienen clase, el conserje trabaja… pero el director solo se pasea. Los niños lo entienden todo antes de lo que creemos. Son supervivientes. Son esponjas. Y muchas veces comprenden mejor que nosotros”, cuenta Dicker.

También hay espacio para la reflexión política: "La democracia es la palabra más importante de nuestra vida, pero a veces no la cuidamos. No vamos a votar, no ejercemos nuestra responsabilidad. Tal vez deberíamos explicarla con palabras de niño. Volver a la esencia", narra el autor.

Entrevista o charla con Eduardo Casanova, actor y director, quien gesticula con un micrófono de diadema mientras está sentado en un sofá junto a una mujer.
Joël Dicker

Joël Dicker en "Fundación Telefónica" de Madrid en una presentación Fundación Telefónica

La novela recuerda que los niños no solo observan, sino que también interpretan y formulan su propio pensamiento crítico. A través del humor y el lenguaje sencillo, el autor muestra cómo los pequeños protagonistas ponen en duda el poder o las jerarquías: "Los niños preguntan lo que los mayores prefieren callar", dice Dicker.

Una invitación a leer juntos

La muy catastrófica visita al zoo no es solo una novela infantil, es una obra que puede leerse en familia, entre risas y reflexiones: "Este libro es un canto a la diversidad, a la tolerancia, a la bondad", cuenta el autor. Es una novela que nos invita a recuperar mirar el mundo como si fuéramos niños: "Josephine quiere ser inventora de palabrotas cuando crezca. Y tiene razón. Es una profesión con mucho futuro. Porque las palabrotas no se pueden reemplazar con tecnología", concluye Dicker.

Este libro es una celebración de la lectura compartida y de recuperar al niño que fuimos. Porque leer no solo es imaginar mundos nuevos, también es volver a encontrarnos. Y no hay mejor lugar para hacerlo que dentro de las páginas de una buena historia.