Un pueblo al noroeste de Gran Canaria con un paisaje -mezcla de la exuberante vegetación de su valle y la grandeza del Océano Atlántico- que lo convierte en único. Famoso por el "dedo de Dios", una formación rocosa que se levanta frente a la costa, Agaete puede presumir además de su tradición pesquera y cafetera, así como de la alegría y hospitalidad de sus gentes.
53 años | Pescador
Para mi el mar es como la sangre en las venas, no puedo vivir sin él. Mi familia es de tradición pescadora y ahora mi hijo, de 25 años, también continúa en este oficio, que yo vivo con mucha pasión. Soy patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Agaete y hace poco recibí el premio de “Sabio del mar” a mi trayectoria. Este lugar es mi hogar y no podría vivir lejos de él.
37 años | Productor de café
Nací en Agaete, de donde es toda mi familia. Mi padre es agricultor y de él me viene la profesión. Me licencié en Marketing y Comercio Exterior en Las Palmas de Gran Canarias y después estuve viviendo fuera en Francia e Inglaterra. Me vuelve loco mi pueblo. Cuando uno pasa meses fuera lo echa mucho de menos. Me gustan sus campos, lo cerca que está el mar, sus playas. Como se dice aquí “más vale un entierro en Agaete que una verbena en Guía” (el pueblo vecino).
38 años | Locutor de radio
Nací en Agaete y después me marché a trabajar en el Sáhara, pero regresé. Me encanta la vida de un pueblo, la familiaridad y la afectividad con que nos tratamos. Me gustan las tradiciones y el reciclaje y por eso cada tarde imparto entre varios grupos de niños un taller de “papahuevos”, una especie de gigantes y cabezudos muy poplares en canarias y que elaboramos con material de segunda mano.
45 y 42 años | Profesora de teatro y alumno
Aunque trabajo como administrativa en la Jefatura de tráfico, mi gran vocación es el teatro. Me gusta desde niña, influenciada por mi padre que trabajaba poniendo películas en el cine de Agaete. Después mi marido me dió el empujón final y me matriculó en una escuela. Hace unos años creé una compañía de teatro sin ánimo de lucro y en ella representamos obras clásicas y algunas escritas por mi. Así conocí a Agonay, que aunque es invidente se desenvuelve sobre el escenario maravillosamente y con el que he establecido una amistad muy especial.