Después de llevar 23 años trabajando como diseñador gráfico y vivir por medio mundo, Gonzalo decidió hace seis meses convertirse en profesor de bikram yoga, lo que le llevó a mudarse a Dubai. Además es vicepresidente de la ONG 'Diseño para el Desarrollo', en la que ayudan a mujeres a insertarse en el mundo laboral.
Felizmente casado desde hace seis años con su marido, Gonzalo se define como divertido, seguro de sí mismo, maniático, escrupuloso y ordenado hasta el extremo.
Ahora quiere dedicarse a su pasión, la cocina, que ha dejado relegada durante muchos años por su ajetreada vida.
Fruto de sus múltiples viajes ha desarrollado una cocina muy variopinta. Alegre y divertida, sin punto medio, tal y como él asegura “o la amas o la odias”. Le vuelven loco las mezclas de sabores imposibles, las especias y el picante.
Gonzalo ha aparcado su vida en los Emiratos Árabes por entrar en Masterchef y está convencido de ser el próximo ganador de esta segunda edición.