Cristóbal ha crecido en las cocinas. Su padre lleva toda la vida regentando su propio restaurante, en el que él trabaja como camarero. Empezó a los nueve años como ayudante y desde entonces no ha soñado con otra cosa que ser un cocinero de prestigio. Con sobrepeso desde la infancia, a los 19 años decidió empezar a cuidarse y adelgazó 40 kilos aprendiendo a comer de manera saludable.
Hace dos años perdió a su madre, el mismo día en el que Cristóbal cumplía 30. Pero salió adelante apoyado por su padre y su hermana, a los que les debe este amor hacia la gastronomía, y a su mujer, a la que considera el amor de su vida y con la que lleva casado 10 años.
Hablador y entusiasta hasta el extremo, Cristóbal se considera una persona inquieta, extrovertida y alegre. Siempre ha servido tras la barra y ahora quiere dar un paso adelante y poder llegar a hacer sus propios platos.
Cristóbal viene a Masterchef dispuesto a demostrar que su cocina, basada en la tradición, puede convertirle en el ganador de la segunda temporada de Masterchef.