MaxRamsés
Max es el agente secreto perfecto: tiene una resistencia de hierro, capacidad para pasar desapercibido en cualquier situación y un olfato implacable. Incluso tiene nombre en clave de espía: el agente Q. En definitiva, tiene todo lo que se espera de un agente secreto, e incluso más. En concreto, dos patas más, cola y hocico, porque Max es un perro Jack Russell que consiguió sus habilidades gracias a unos experimentos genéticos.
Pero Max ya se está haciendo viejo para esta vida de 007, sobre todo después de enterarse de que sus jefes quieren hacerle una ?jubilación forzosa?. Por tanto, ahora su único objetivo es dejarlo todo y disfrutar de su vida de perro en Sudamérica: pasarse el día comiendo, durmiendo y oliendo culos. Sin embargo, sus dueños no están dispuestos a dejar que el mundo descubra lo que han sido capaces de crear, por lo que no se lo van a poner nada fácil.
En plena huida, Max se topa con Alberto. El segundo le puede ocultar hasta que consiga los medios para huir, y Max puede ayudarle a convertirse en detective. Sería un plan perfecto, si no fuera porque un perro que tiene que ocultar su identidad y habilidades parlantes, no es capaz de mantener la boca cerrada ni un minuto. Alberto descubrirá poco a poco que esta actitud prepotente es solo una coraza, y que detrás de todo ese pelo, Max esconde también su corazoncito. Alberto, Marta y sus hijos son las primeras personas a las que podrá llamar una familia.