La veterana Miralles es, sin duda, la mejor policía de la comisaría. Sabe preguntar, escuchar y deducir, por lo que logra entender las motivaciones de hasta el peor de los delincuentes. Miralles viene de tiempos difíciles en el gremio, en los que se rechazaba de pleno la presencia de mujeres en la policía. Aunque el comisario Bremón tiene los galones y el despacho, Claudia Miralles es la máxima autoridad moral de la comisaría, la "Jefa" de verdad.

A pesar de su arrojo y valentía, Miralles es una persona sensible y sentimental. Dentro de la comisaría, tiene una especial relación de amistad con el conflictivo y siempre criticado policía Elías Guevara. Está casada con Antonio Torres, uno de los médicos del Centro de Salud del barrio y tienen una hija, Olga, que actualmente se encuentra estudiando un curso de cocina en el extranjero. Toda la comisaría siente respeto y admiración por la gran Claudia Miralles.

Tras cumplir con su periodo de prácticas, llega destinada a Distrito Sur donde tendrá de compañera y mentora a Alicia Ocaña. A diferencia de ésta, proviene de clase media y no ha conseguido unas calificaciones brillantes. Policía vocacional con un innegable olfato para la investigación y un fuerte sentido de la justicia.

Tras la marcha de Alicia Ocaña, Silvia Orestes se convierte en la mano derecha de Claudia Miralles de quien aprenderá todo lo necesario, al tiempo que tratará de poner en orden sus conflictos sentimentales, ya que está enamorada de Álvaro, alguien que tiene muchos problemas con la ley.

Inteligente, eficiente, atractivo y con don de gentes. El comisario Emilio Bremón encarna la imagen ideal de lo que, a priori, debe ser un policía español en pleno siglo XXI. Pero lo cierto es que Bremón no es policía por vocación, ni mucho menos. De hecho, es más un político que un policía, y su fuerte es ofrecer resultados con brillantes estadísticas y discursos.

Eficaz administrador, allí por donde pasa consigue mejorar siempre las estadísticas de criminalidad, de denuncias a policías, de atención al ciudadano, de imagen pública del Cuerpo... y no solo lo consigue, sino que también se encarga de que trascienda a la prensa.

Recientemente viudo, en la comisaría de Distrito Sur se ha encontrado a sí mismo y es plenamente feliz en su trabajo.

Veterano policía, de la "vieja escuela". Nunca ha querido ser jefe ni tener despacho. No concibe el trabajo policial sin pisar la calle pues siempre ha sido un tipo de acción. Haber visto "de todo" le da un bagaje enorme y eso le convierte en un gran interrogador, aunque su poca paciencia le acarrea problemas disciplinarios con más frecuencia de lo deseable.

Aunque hastiado y quemado, Guevara se resiste a retirarse puesto que desde que su mujer y su hijo lo abandonaron hace más de 10 años el trabajo es lo único que ocupe su vida. La marcha de su mujer y su hijo agrió el carácter ya de por sí conflictivo de Elías, que aumentó considerablemente su afición por el alcohol. Fue Miralles, su mejor amiga, la que lo salvó del abismo y, en la actualidad, Elías no prueba una gota de alcohol. Entre Miralles y Elías existe una hermosa complicidad.

Una vez hechas las paces con su hijo Israel, Guevara es un hombre nuevo y más sensible. Además, intenta abrirse emocionalmente, sobre todo con María, la camarera de La Parra, por la que siente algo.

Espe es la alegría de la comisaría. Extrovertida y simpática, representaba la primera imagen que el ciudadano veía nada más entrar en la comisaría, ya que se encontraba en Atención al Ciudadano.

Posteriormente, logró ascender, hasta encargarse de UFAM, lidiando con diferentes delitos relacionados con la violencia de género.

En el amor, tuvo una relación con Karim, antiguo inspector de la UIT que finalmente fue destinado a la Haya y una relación muy especial con Fede, compañero de piso y policía, que fue asesinado, durante la investigación del caso del estrangulador de Distrito Sur. Un caso que tocó muy de cerca a Espe, y le afectó durante un buen tiempo.

Nacida en Colombia, vino a España con quince años, a vivir a casa de su abuela, tras la muerte, en trágicas circunstancias, de sus padres. Al ser nieta de una española, adquirió la nacionalidad de forma rápida. Aunque su abuela, en España, la rodeó de todo el cariño posible, Nacha desarrolló un carácter duro que tuvo que canalizar a través del ejercicio físico y los deportes de contacto.

Nacha ha conseguido reconducir toda esa energía a su trabajo como policía. Es lesbiana y al principio chocaba frontalmente con su compañero de patrulla, el veterano Elías Guevara. En el aspecto profesional, Nacha es una valerosa agente que no se amilana ante nada. Esa valentía llama la atención de sus compañeros y también le servirá para ganarse el respeto de Elías.

Oficial que llega a la comisaría de Distrito Sur para ocupar el puesto de la ODAC ante el ascenso de Espe. De primeras se muestra como alguien cortante en su trato. En realidad, acaba de sufrir un importante desengaño, motivado por su marido, que le ha pedido el divorcio.

En Distrito Sur, no solamente se encontrará a si mismo, sino que vivirá un bonito romance con el comisario.

Nuevo agente que llega para realizar sus prácticas como policía. Se convierte en el benjamín contestón de la comisaría. Pero bajo esa careta Miralles sabe que se esconde un chico valiente y decidido que necesita una oportunidad. En el plano sentimental se interpondrá sin quererlo en la amistad entre Olga y Paty.

Inspectora de policía transexual, destinada en la UIT de Distrito Sur. Comenzó como policía siendo Ángel, diez años atrás, hasta que tomó la decisión de transicionar, para ser la mujer que siempre se sintió. Así, pidió traslado a Barcelona y excedencia para someterse a ese largo y complejo proceso.

Ahora, Ángela se siente una persona completamente realizada y adora su trabajo, con lo que no teme echarle las horas que haga falta ante el ordenador para cazar a los ciberdelincuentes.

Atractiva agente de policía de carácter alegre y desenfadado. Su espontaneidad y desparpajo la convierten en una de las sensaciones de la comisaría de Distrito Sur. Es seleccionada como responsable de prensa de la comisaría y trabajará en la ODAC. Sus habilidades como influencer la llevan a grabar numerosos reportajes de gran repercusión. Es la persona perfecta para lavar la imagen de la policía tras el enfrentamiento Miralles/Soler. Se declara abiertamente bisexual, lo que avivará el fuego del filtreo en comisaría.

Chica independiente cuya máxima aspiración en la vida fue la de convertirse en agente de policía. Sus padres Mateo y Verónica siempre quisieron que fuese a la Universidad, aunque el temple obtenido por ser hija única le ha permitido luchar por su sueño. El mayor regalo para esta aspirante a policía ha sido acabar en Distrito Sur, donde compartirá mucho más tiempo con su admirado tío, Emilio Bremón. No sólo aprenderá en su faceta como policía, sino que deberá estar preparada cuando el amor llame a su puerta.

En el barrio, cualquiera que tenga un problema sabe a quién recurrir: a Fernando Quintero. Transportes Quintero, su empresa, es una institución en la zona que da trabajo a muchos vecinos y que lo mismo patrocina el equipo de fútbol local que pone fondos para inaugurar la nueva biblioteca o el Centro Cívico. Pero Quintero no siempre fue el ciudadano respetado que es ahora.

De joven, cuando arrancaba su negocio, Fernando Quintero fue encarcelado por transportar en una de sus camionetas un alijo de hachís. El propio Quintero no oculta ese pasado y dice asumirlo como una equivocación de juventud. Sin embargo, en el barrio no falta quien cree que Quintero sigue metido en actividades criminales.

La realidad es que Quintero ha sido durante mucho tiempo un importante narcotraficante que controlaba toda la ruta del Sur. Sin embargo, su enfrentamiento con el narco Colombiano Somoza, la traumática muerte de su mano derecha Jairo, y el descubrimiento de que Alicia Ocaña era su hija biológica, le hicieron replantearse su vida.

Quintero decide dejar atrás su pasado mafioso y colabora con el CNI para atrapar a Somoza. Tras redimirse, se convierte en el empresario honrado y respetado que siempre aparentó ser, y rehace su vida junto a Maica.

Sin embargo, la traumática muerte de Maica hará que se derrumben todos los pilares sobre los que Quintero había construido su nueva vida. Destruido, Quintero corre el peligro de repetir los errores del pasado.

Es la dueña de La Parra, el bar pegado a la comisaría. Los policías frecuentan su local y la tienen en gran estima. De hecho, algunas veces, María se convierte en discreta consejera sentimental de los agentes más jóvenes que ven en ella, a una buena y sabia amiga. María es una mujer emprendedora que llegó hace 12 años a Madrid desde un pueblo de provincias, dejando atrás un matrimonio desgraciado.

Tras ejercer de camarera en distintos locales, acabó convirtiéndose en propietaria del bar La Parra cuando el anterior dueño decidió jubilarse y le vendió el bar. Así, María consiguió su sueño de convertirse en su propia jefa. Por la simpatía y buen hacer de la mujer, "La Parra" vive uno de sus mejores momentos comercialmente hablando.

Tras muchas tiras y aflojas con Elías, María y él consiguen estabilizar su relación. Paty, que ahora le ayuda en La Parra, es su gran confidente.

El mediano de los hijos de Elvira. Tras su fachada de tipo duro y sus aires de donjuán subyace un hombre noble y atento, pero también muy independiente. Con una gran habilidad para la mecánica, conseguirá montar un taller propio. Pese a que es el único de los Soler que siempre ha querido mantenerse al margen de las actividades criminales de su familia, no puede evitar verse implicado constantemente en ellas para sacarles de sus líos. Esto no solo le creará problemas de conciencia, sino que también afectará en su relación con Silvia. Una inspectora de policía y un hermano de criminales pertenecen a mundos demasiado diferentes y, cuando hay que elegir, para Álvaro la familia siempre es lo primero.

Madre de Luis, Álvaro y Ricky, se instala en Distrito Sur tras haber pasado cinco años en la cárcel. Es una gran matriarca. Cuando llega al barrio, la situación económica de sus hijos es delicada. Tendrá que tomar las riendas de la economía familiar y lo hará dentro del mundo que conoce: el de la delincuencia.

Mujeriego, caradura y egoísta, así es el hermano pequeño del Comisario Bremón. Recién llegado a Distrito Sur, este extrovertido cirujano plástico amplía su empresa de estética y monta una clínica en el barrio. A pesar de plasmar la imagen de éxito, se siente frustrado tras no cumplir su sueño de ser médico. Mateo está casado con Verónica y a pesar de ese retrato del matrimonio perfecto colecciona aventuras extraconyugales. Su hija Paula se traslada a Madrid con ellos, donde trabajará como policía en prácticas en la comisaría de Distrito Sur, bajo el mando de su hermano Emilio.

Mateo luchará por mantener a las dos mujeres de su vida, aunque no le será fácil debido a su pasión por los líos de faldas.

Mujer idealista, de vida acomodada y con altas pretensiones laborales en su juventud Su carrera como abogada se vio truncada por su absorbente función como madre y ama de casa. Casada con cirujano Mateo Bremón ha vivido sus constantes infidelidades lo que provocó un cisma en su matrimonio. En su día pensó en divorciarse, pero declinó esta decisión para proteger a su hija Paula.

La llegada de la familia a Distrito Sur provoca un antes y un después en la vida de Verónica. Con la apertura del Centro Cívico del barrio apuesta por ayudar a los más necesitados demostrándose a sí misma ser una mujer válida y autosuficiente.

Hombre de negocios en toda regla. Su habilidad directiva provocó que el padre de Verónica le pusiese al frente de la clínica que lleva con su socio y amigo, Mateo Bremón. Andrés logra expandir su empresa a Madrid y con ello se destapa el principal objetivo: Verónica Figueres. La amistad con Mateo está envuelta en una envidia corrosiva hacia el habilidoso cirujano. No dudará en sacar amoríos y trapos sucios de su socio a cambio de alzarse con el amor de Verónica?

Educado, servicial y bastante reservado. Su labor en el Centro Cívico de Distrito Sur despierta todo tipo de halagos hacia este misterioso hombre. Sus acciones altruistas tapan el verdadero pasado de Miguel: Fue un ex boina verde destinado en África conocido como ?Caimán?. Sus duras misiones le hicieron caer en una espiral de depresión y alcoholismo. Sin embargo, sus funciones humanitarias en el barrio tratan de hacerle olvidar su trayectoria como mercenario. Lo que no sabe es que Distrito Sur puede convertirse en su auténtica pesadilla.

Esposo de Claudia Miralles. Médico de familia del Centro de Salud del barrio. Antonio conoce a sus vecinos tan bien como Claudia. En un sentido, les conoce mejor, ya que su consulta se convierte muy a menudo en un confesionario. Si Antonio se hubiera dedicado a la medicina privada, habría ganado más dinero, pero él es un médico de vocación. Siente que su labor es importante en el barrio y nunca se ha planteado ni irse a otro lugar, ni jubilarse. Tanto Claudia como él aman sus profesiones, pero eso no ha supuesto nunca un obstáculo en su relación de pareja.

La hija de Max, a sus 18 años, es una chica divertida, despreocupada y llena de pájaros en la cabeza. Ha sido criada principalmente por su madre, quien toda su vida se ha encargado de retratar a Max ante sus hijos como un vividor, un juerguista y un irresponsable. Una descripción que, en realidad, obedece bastante a la verdad. Por eso al cumplir los 18, Paty, que apenas conoce a su padre de encuentros ocasiones, decide que quiere conocer a su padre sin intermediarios, por lo que irá a vivir con él. Aunque chocarán de entrada, ambos verán que en realidad tienen mucho en común. Tras su marcha a Barcelona regresa a Distrito Sur y es contratada en La Parra para ayudar a María.

La llegada de Toni pondrá en jaque su amistad con Olga, ya que las dos descubren que les gusta el joven policía. Toni y Paty empiezan a salir? hasta que él le pone los cuernos con su mejor amiga. Tras este duro golpe, Paty es capaz de perdonar a ambos y retoma su relación con Toni. Sin embargo, por el carácter impulsivo de ambos va a ser una relación que no deja de encontrar baches en su camino.

Es la atractiva camarera del pub MoonLight. En los diez años que lleva en la profesión ha aprendido a vérselas con borrachos, camorristas y moscones que se acercan a la barra para intentar ligar con ella. Tras algún fracaso amoroso, tiene claro que busca un chico formal y serio, y cree haberlo encontrado en Álvaro Soler. Pero Sara sufre un desengaño al darse cuenta de que Álvaro solo tiene ojos para Silvia. El revés final con los Soler lo tiene cuando descubre que la familia oculta una doble vida como delincuentes. Decide abandonar el pub y empezar a trabajar con Quintero.

Sin embargo, pese a todas esas decepciones, Sara descubrió en el Moonlight su verdadera vocación: la música. Demuestra una habilidad natural sobre los escenarios y, pese a sus inseguridades iniciales, logra ser fichada por una prestigiosa discográfica. Ahora se encuentra en Barcelona intentando hacer despegar su carrera musical.

Bielorrusa de origen, Olga se crio en un orfanato. De madre desconocida llegó al orfanato siendo bebé. Afortunadamente para Olga, Claudia y Antonio se fijaron en ella cuando tenía 2 años. Decidieron adoptarla, a pesar de saber que podría tener secuelas por las consecuencias del desastre de Chernóbil. Con todo, los estudios de Olga son el menor de los problemas de Antonio y Claudia. Si todo adolescente es rebelde, en el caso de Olga la rebeldía es una guerra abierta.