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El Polo Norte se derrite a una velocidad sin precedentes. Según un estudio de Nature Communications, podríamos tener ya antes de 2030 el primer verano con hielo por debajo del umbral mínimo; este ocupará menos de un millón de kilómetros cuadrados. Esto tendría consecuencias desastrosas para la Tierra. Para poder revertir la situación, los expertos indican que es indispensable reducir la emisión de CO2.

El deshielo y la guerra en Ucrania ha convertido al Ártico en un nuevo foco de disputas geopolíticas. Se estima que para 2035 será posible la navegación por sus aguas durante todo el año. Ello provocará la unificación del Océano Pacífico y Atlántico, así como también consecuencias a nivel de seguridad, sobre todo debido al amplio número de bases militares así como yacimientos petrolíferos y a la ruptura de negociaciones entre los miembros del Consejo Ártico a raíz de la guerra en Ucrania.

  • El deshielo representa la oportunidad para abrir nuevas vías comerciales marítimas
  • La UE se ha sumado al interés por la minería y el turismo en los territorios árticos

Las regiones polares del planeta han despertado siempre un interés científico pero hoy están en el punto de mira por su valor económico y geoestratégico. El deshielo del Ártico abre nuevas rutas navegables y la posibilidad de hacer prospecciones mineras en tierra y submarinas. La Antártida se ha convertido en los últimos años en un reclamo turístico, pero su frágil ecosistema no tiene capacidad asumir los cada vez mayores flujos de turistas que demandan actividades más diversas. Hablamos con el profesor de Economía de la Universidad de Nuuk, Javier Arnaut y con Antonio Quesada, secretario técnico del Comité Polar Español. 

Más allá de una preparación física fuera de serie y una equipación material a la altura del desafío, alcanzar el Polo Norte geográfico requiere una enorme fortaleza mental. El paisaje en la banquisa ártica es mortalmente monótono, sin más referencias que una llanura blanca interminable, un infierno de hielo en torno al punto teórico atravesado por el eje de rotación terrestre. Un destino invisible e inasible, pues lejos de ser tierra firme es un trozo de hielo a la deriva. Pese a los innumerables peligros y lo ruinoso de la empresa, cientos de expediciones intentaron conquistarlo entre los siglos XIX y XX. Ningún humano consiguió llegar (pese a las falsas reclamaciones de Frederick Cook y Robert Peary) hasta que el noruego Roald Amundsen y el italiano Umberto Nobile lo sobrevolaron en dirigible en 1926. El físico e investigador de la historia de la exploración polar Javier Cacho nos ayuda a comprender las características de este medio tan hostil como fascinante, en cuya exploración se han perdido miles de vidas a lo largo de cinco siglos. El geógrafo Eduardo Martínez de Pisón y el divulgador científico Javier Peláez completan el retrato de este destino anhelado y extremo. Además revivimos las sensaciones y emociones de la ambiciosa expedición organizada en 1999 por el programa de Televisión Española 'Al filo de lo imposible' en colaboración con las Fuerzas Armadas; el teniente general Curro Gan y el director del espacio, Sebastián Álvaro, nos acompañan en una arriesgada travesía de más de mil kilómetros desde Siberia hasta los 90 grados de latitud norte. Una región que está acusando, con preocupante intensidad, los efectos del calentamiento global: las investigadoras del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC Carolina Gabarró y Vanessa Balagué nos permiten perfilar la magnitud del problema.

Los hielos árticos conforman el paisaje más desolado e inhóspito del planeta, pero al mismo tiempo atraen poderosamente a científicos y aventureros desde hace siglos. El Polo Norte, esta vasta región de mar congelado ha sido escenario de gestas y dramas en la época heroica de la exploración polar. Cientos de barcos y miles de navegantes se perdieron en el empeño de abrir nuevas rutas para conquistar el inasible punto atravesado por el eje de rotación terrestre.

La expedición del británico John Franklin, engullida por el hielo en su intento de descubrir el paso del Noroeste, impulsó decenas de misiones de rescate, que acabaron tornando en una carrera por plantar la bandera respectiva en el Polo Norte. Se atacó la banquisa por diversas rutas, pero fue cuando el noruego Fridtjof Nansen ideó un buque, el Fram, capaz de superar el invierno ártico sin ser aplastado por el hielo marino, cuando empezaron a mejorar las posibilidades de éxito. La prensa jugó un destacado papel, tanto emocionando al público como en calidad de patrocinadora de exploradores, aunque la ética no siempre primó sobre los intereses comerciales. Fue el caso de los estadounidenses Robert Peary y Frederick Cook, que nunca llegaron al polo pese a proclamar haberlo conseguido en 1909 y 1908 respectivamente; sus falsas gestas fueron defendidas y difundidas por los periódicos que las financiaron.

Los primeros humanos que sobrevolaron sin sombra de duda el punto de latitud 90º norte fueron los tripulantes del dirigible Norge, en una travesía ideada por el noruego Roald Amundsen y pilotada por el italiano Umberto Nobile en 1926. Hubo que esperar hasta 1948 para que el explorador soviético Aleksandr Kuznetsov lo pisara físicamente.

En las últimas décadas el interés científico ha aumentado de forma proporcional a la pérdida de hielo como consecuencia del cambio climático. La aceleración del proceso es muy preocupante; pronto tendremos veranos con el océano Glacial Ártico completamente líquido, un escenario que agravará la perturbación de las corrientes marinas y la fauna subacuática, así como el calentamiento global. Paradójicamente, el drama ambiental beneficiará a potencias como Rusia y China por la apertura de nuevas rutas de navegación.

El documental de Álvaro Soto Polo Norte, la llamada del extremo recorre la apasionante historia de su exploración con la ayuda del catedrático de geografía de la Universidad Autónoma de Madrid Eduardo Martínez de Pisón, el físico y explorador Javier Cacho y el divulgador Javier Peláez. Además, pone el foco sobre la única expedición española que ha alcanzado el polo boreal desde Siberia, organizada por el programa de Televisión Española Al filo de lo imposible en 1999 en colaboración con el Grupo Militar de Alta Montaña. La recuerdan el creador y director del espacio, Sebastián Álvaro, y el líder de aquel histórico desafío, el teniente general Curro Gan. Intervienen también en el documental dos científicas del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC: la delegada del comité Internacional de Ciencias del Ártico Carolina Gabarró y la ecóloga microbiana Vanessa Balagué.

María Blasco, directora del CNIO (Centro Nacional de Investigacioines Oncológicas), rememora en su firma en Las mañanas de RNE su viaje al Ártico, un lugar "con una naturaleza virgen, un paraíso" y denuncia la situación que atraviesa en la actualidad: "El Ártico se está descongelando (...), lo de este paraíso es un auténtico desastre para la humanidad".

Recoge, además, una reivindicación de la cantante Björk en recuerdo a las palabras de la activista Greta Thunberg: "Nosotros también debemos actuar y al parecer ya no vale con plantar un trillón de árboles... cada vez más ciudadanos y ciudadanas reclaman el derecho a un planeta habitable".
 

Entrevistamos a Abel Romero, Capitán de Navío y analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos y con Antonio Quesada, Secretario Técnico del Comité Polar Español. Ambos participan en el curso 'Tendencias Geopolíticas: los efectos de la guerra en Ucrania' organizado por el CESEDEN, el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional dentro de los cursos de verano del Escorial. Hablamos sobre los intereses estratégicos en el Ártico y los retos para su conservación.

María Blasco, directora del CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas), pone su mirada en las islas de bienestar térmico: "Nos estamos olvidando de uno de los termostatos naturales de nuestro planeta, el ecosistema ártico".