El Gobierno ruso ha condenado el ataque de EE.UU. contra una base de Bachar al Asad y lo ha calificado como una agresión a un país soberano. El Kremlin ha pedido una reunión al Consejo de Seguridad de la ONU y advierte de que habrá consecuencias negativas.
La capital de la república de Kazajistán, Astaná, acoge mañana una nueva ronda de negociaciones, de dos días, entre el Gobierno del presidente sirio Bachar al Asad y distintas facciones armadas, bajo el auspicio de Rusia, garante del bloque gubernamental y Turquía, valedora de la oposición.
La batalla en el valle del río Barada es clave, porque está en juego el suministro de agua de la capital, mermado después de que los rebeldes hicieran explotar los acuíferos.
Rusia y Turquía han auspiciado el nuevo alto el fuego en Siria, que ha entrado en vigor esta medianoche.
Bajo el fuego, los civiles intentan salir de Alepo. En estas condiciones, familias con niños tratan de llegar a los autobuses que los sacan de la ciudad. Pero hoy por segundo día no ha habido evacuaciones. En la zona rebelde todavía hay más de 40.000 civiles, y entre 1.000 y 1.500 combatientes con sus familias.. sin apenas comida, ni agua y con temperaturas que rondan los 6 grados bajo cero.
