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El presidente de EEUU, Barack Obama, se ha reunido este lunes con el presidente birmano, Thein Sein, y la líder de la oposición democrática, Aung San Suu Kyi, en una visita histórica a Birmania (Myanmar) para alentar las reformas democráticas.

Obama, que ha llegado a Rangún procedente de Bangkok, se ha entrevistado primero con el exgeneral Thein Sein, el impulsor del proceso de reformas de orientación democrática que lleva a cabo el país asiático desde 2011.

Aunque la conversación ha sido a puerta cerrada, se esperaba que el mandatario estadounidense animase a su homólogo a continuar con las reformas y señalase que queda mucho por hacer, a pesar de los avances logrados.

Su figura fragil, de sonrisa amplia, esconde la voluntad de acero que uno de los regímenes más represivos del mundo no ha logrado doblegar.

Aung San Suu Kyi, de 67 años, nación en Ragún, en un entorno íntimamente relacionado con la historia política del país. Su padre, el general Aung San, fué uno de los artífices de la independencia de Birmania respecto al Reino Unido, y murió asesinado seis meses antes de ver cumplido su sueño.

Suu Kyi se formó en la Universidad británica de Oxford, y allí conoció a su esposo, Michael Aris, con quién tuvo dos hijos. En 1988, a su regreso a Birmania, emergió como símbolo nacional tras las manifestaciones estudiantiles del 8 de agosto. Ha permanecido 21 años bajo arresto domiciliario, alejada de su familia, hasta su puesta en libertad en 2010. En las elecciones del pasado mes de abril, ganó un escaño en el Parlamento. La amplitud del poder que ejercerá realmente, está aún por determinar.

Con su característica resolución, Aung San Suu Kyi ha esquivado siempre hablar de su sufrimiento. "Yo misma - suele decir - tomé la decisión" (25/07/12).