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En mayo entraron en vigor las nuevas normas de la Iglesia para calificar los fenómenos sobrenaturales, y los casos de Garabandal y El Escorial pasan de ser "non constat", a llevar la etiqueta de "curator", es decir, cuidado. Puedes ir a rezar en privado, pero no habrá culto público y se pide que no se fomente. La iglesia trata así de proteger a sus fieles de los engaños que pueden acompañar a las supuestas visiones.

La iglesia, sin embargo, ha respaldado el fenómeno creciente de Bosnia, las apariciones de Medjugorje. Las avala y permitirá el culto y las peregrinaciones aunque no se pronuncian sobre si son sobrenaturales o no. Eso sí, recuerdan que las apariciones de Bosnia no son dogma de fe. Como ninguna aparición, incluidas las de Fátima o Lourdes.

El expresidente estadounidense Donald Trump ha sido declarado culpable de 34 cargos por delitos graves de falsificación de registros comerciales relacionados con el pago de una actriz porno para proteger su carrera presidencial. Vamos a saber más sobre la decisión de que Ucrania pueda usar armamento cedido por los socios europeos para atacar suelo ruso. En nuestro bloque electoral hoy conoceremos a fondo otros tres países, Suecia, Finlandia y Dinamarca y también profundizaremos en la realidad de Bosnia, uno de los aspirantes a entrar en la UE. Además, vamos a estar en México a dos días de las elecciones con una entrevista sobre las dos candidatas principales con María del Carmen Alanís Figueroa, jurista y experta en la materia electoral y derechos humanos de las mujeres e indígenas.

Este 23 de mayo se espera que la Asamblea General de la ONU vote una resolución para la creación de un Día Internacional de Recuerdo de las víctimas de la masacre de Srebrenica, acaecida en 1995, cuando se estima que cerca de 8.000 musulmanes fueron asesinados por las tropas serbobosnias. La posible aprobación de la resolución propuesta en Naciones Unidas está generando polémica porque hay quien argumenta que fue elaborada y enfocada primordialmente sobre una forma de ver el conflicto. Magdalena Garrido Caballero es Directora del Seminario Permanente Historia y Memorias de la Universidad de Murcia.

Tras la desintegración de Yugoslavia, los Balcanes se convirtieron en un escenario de cruentas guerras atizadas por nacionalismos y diferencias étnicas y religiosas. De todas ellas la más sangrienta fue la que estalló en Bosnia-Herzegovina entre 1992 y 1995, que enfrentó a serbios, croatas y bosnios, ante la inacción o la ineficacia de la comunidad internacional, y que produjo cien mil muertos, millón y medio de refugiados y las mayores limpiezas étnicas en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

La Misión del Ejército Español en Bosnia será la primera participación en el exterior desde 1975 y supuso un punto de inflexión. Nuestro ejército salía de años de aislamiento durante el franquismo y su imagen estaba lastrada socialmente. Esta participación permitió su integración internacional y contribuyó a mejorar su imagen.

La misión se desarrolló bajo bandera de Naciones Unidas, dentro de la llamada UNPROFOR; una fuerza de paz, con cascos azules de diversos países, destinada a apoyar la distribución de ayuda humanitaria, pero terminó protegiendo a la población civil y actuando como fuerza de interposición entre los contendientes.

El despliegue se organizó en las llamadas agrupaciones tácticas, que se relevaban cada seis meses. La primera fue la Málaga, que llegó a Bosnia en noviembre de 1992. Sin embargo, la fase más complicada de la guerra le correspondió a las dos siguientes: la Canarias, que tuvo diez bajas, y la Madrid.

Con Mostar (capital de Herzegovina) como epicentro de su actuación, los soldados españoles fueron testigos del odio levantado entre comunidades hasta entonces en paz; sufrieron las limitaciones del mandato que les amparaba; padecieron la angustia y el miedo; ayudaron a la población, aunque también recibieron críticas por quienes consideraban que podían haber hecho más. Y, al final, acabaron generando una estrecha relación con la gente de la ciudad.

Tras la paz firmada en la base norteamericana de Dayton en noviembre de 1995, la Misión Española en Bosnia se prolongó 15 años, primero bajo mandato de la OTAN y luego, desde 2004, de la Unión Europea. La misión pasó a ser de estabilización de la precaria paz que se había conseguido, ayudando en labores de reconstrucción del país y de adiestramiento de las tropas locales.

Este documental, con guion de Luis Zaragoza, cuenta con los testimonios de Norberto Ruiz Lima, militar y periodista, autor del libro Misión Bosnia: la ruta de los españoles, y que estuvo en diversas ocasiones en aquel país, en la época de estabilización de la paz; con Edin Kapic, que actualmente vive en Barcelona y que sufrió la guerra siendo adolescente en Mostar, la ciudad más ligada a la misión española; con el historiador José Ángel Ruiz Jiménez, autor del libro Y llegó la barbarie: nacionalismo y juegos de poder en la destrucción de Yugoslavia; y con Miguel Molleda, uno de los periodistas que cubrió las guerra de los Balcanes para Radio Nacional de España, y guionista de Documentos RNE hasta 2023. Además de múltiples testimonios de soldados y oficiales recogidos en esa época por RNE y TVE.

Documentos RNE se emite los viernes, de 23 a 24 horas, por Radio Nacional.

Analizamos la visita de Joe Biden a Kiev y su reunión con Volodimir Zelenski. Conectamos con nuestros enviados especiales a Ucrania, Fran Sevilla y Aurora Moreno. Situación de la salud de los ucranianos tras un año de conflicto. Entrevistamos a Marina Vidal, coordinadora de Médicos del Mundo para la emergencia en Ucrania, que nos atiende desde Dnipro.Nuevas protestas en Israel contra la reforma judicial que pretende llevar a cabo el gobierno de Benjamin Netanyahu. Secuestro de un militar en Colombia que asume la guerrilla del ELN. Entrevistamos a Juan Gautier, director de un documental, " Shooting for Mirza", acerca de la vida del jugador de baloncesto bosnio Mirza Delibašić, una figura que trasciende la faceta deportiva.

El puente otomano que cruza el caudaloso Neretva, alma y orgullo de Mostar desde el siglo XVI, fue una de las víctimas materiales de la Guerra de Bosnia. Tras una larga y meticulosa obra de restauración, el Stari Most –origen del nombre de la ciudad– pudo ser reinaugurado en 2004. Las autoridades intentaron escenificar con ello el reencuentro entre las dos orillas de Mostar, enfrentadas hace casi treinta años pero aún lejos de la reconciliación entre bosniacos musulmanes y croatas católicos. Y aunque la herida de la guerra civil tardará en cerrarse, esta hermosa y reconstruida urbe del sur de Bosnia-Herzegovina recibe a los viajeros con los brazos abiertos. El título de Patrimonio de la Humanidad otorgado por la Unesco al conjunto del puente y el casco viejo ha contribuido a llenar de turistas las calles del bazar, las mezquitas, iglesias y casas de época turca. Un paseo por la historia que no puede obviar la más reciente, palpable en los impactos de mortero que todavía se aprecian en ciertas fachadas. O en la resignificación de lugares como la colina de Hum, desde donde la artillería croata castigaba los barrios musulmanes del este. Especial emoción produce la Plaza de España, donde un monumento recuerda a los militares españoles fallecidos en Mostar durante la misión de paz de Naciones Unidas. Nos guía en la visita a la ciudad el informático mostarcense Edin Kapić, testigo directo de sus años más duros. Contamos también con el escritor y traductor Marc Casals, autor de 'La piedra permanece. Historias de Bosnia-Herzegovina'. El retrato lo completan Javor Sliško y otras dos naturales de Mostar: las profesoras universitarias Emina Junuz y Edvina Hanic. Con esta última seguimos viaje hacia el sur para conocer Blagaj, Počitelj y la cascada de Kravica.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha mostrado en Sarajevo su "absoluto respaldo" a las aspiraciones de Bosnia Herzegovina de ser candidato a formar parte de la Unión Europea y ha pedido para ello a sus líderes que reduzcan "tensiones internas". Además, Sánchez ha realizado una ofrenda floral ante el monolito que recuerda en Mostar a los militares españoles fallecidos en Bosnia.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acompañado por el alcalde de Mostar, Mario Kordic (EFE/EPA/JASMIN BRUTUS)

Segundo día de la gira del presidente del Gobierno por los Balcanes Occidentales. Sánchez ha llegado hace unos minutos a Sarajevo, capital de Bosnia y Herzegovina. Lo ha hecho después de haber visitado Belgrado. Sánchez ha respaldado la aspiración de Serbia y Bosnia y Herzegovina, y de otros países balcánicos de adherirse a la Unión Europea. En Sarajevo, el jefe del Ejecutivo ha pedido a los líderes políticos que reduzcan la tensión y que apuesten por el diálogo.

FOTO: Pedro Sánchez saluda a Milorad Dodik, miembro de la presidencia tripartita de Bosnia-Herzegovina, a su llegada a Sarajevo. AP Photo/Armin Durgut

Abordamos la situación en los Balcanes Occidentales con Miguel Roán, politólogo y confundador de "Balcanismos", y con Fermín Córdoba, Asesor  Político del Representante Especial de la Unión Europea en Bosnia Herzegovina, que participan en un coloquio sobre esta región organizado por el Movimiento por la Paz.

La Alianza Atlántica presume de su política de puertas abiertas. "Es bueno tener amigos", dice el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. Sin embargo, hay países que llaman a las puertas de la Alianza y esperan en el descansillo durante años. Es el caso de Bosnia-Herzegovina, que lo lleva intentando desde 2010. Para empezar, solo pueden aspirar a entrar países europeos, que respeten los principios democráticos y que puedan contribuir a la seguridad del resto de los aliados. Si cumplen estos requisitos, pueden solicitar su adhesión, tal y como han hecho Finlandia y Suecia, tras la respectiva aprobación por parte de sus parlamentos. Después, necesitan una invitación formal que la OTAN solamente da si todos los miembros están de acuerdo, y esa es la clave para todo el proceso: la unanimidad. Los trámites pasan por negociar y negociar hasta que todos dan el visto bueno.

Foto: MARCOU / AFP

Charlamos con Marc Casals sobre Bosnia-Herzegovina, un país en el que vivió durante una década y en el que ha conocido historias personales de una sociedad marcada por la guerra.

Con Guillaume Bontoux hablamos de la novela "Plegaria en el asedio", de Damir Ovcina (Sarajevo, 1973), y que acaba de publicar en España Automática Editorial. Cuenta en primera persona cómo vivió el asedio de la ciudad durante la guerra de Bosnia y cómo se vio enrolado en un batallón de trabajadores, a disposición de los soldados serbobosnios para llevar a cabo tareas como cavar trincheras, reforzar los puestos de guardia, o enterrar cadáveres.

Hablamos con José Ángel Ruiz Jiménez, Profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Granada y autor del libro 'Y llegó la barbarie' sobre los nacionalismos y los juegos de poder en la desintegración de la antigua Yugoslavia.
 

Analizamos con María Carou, enviada especial a Eslovenia, la cumbre entre la Unión Europea y los seis países balcánicos que aspiran a entrar en la UE. Con Sara Alonso, corresponsal en Londres, repasamos el discurso del primer ministro, Boris Johnson, en la última jornada del congreso de los "Tories" en Manchester. Con el fotógrafo de Médicos Sin Fronteras Juan Carlos Tomasi charlamos sobre el libro "La memoria del olvido", una recopilación de relatos y de 140 imágenes del fotógrafo a lo largo de las últimas décadas. También hablamos con nuestros compañeros de "En Portada" de TVE sobre su cobertura de la toma talibán del poder en Afganistán.