La bandera ondea a media asta en la Sede de la Conferencia Episcopal tras la muerte del papa Francisco. El presidente de los obispos, Luis Argüello, dice que "la Iglesia mira con lágrimas en los ojos pero con alegría, agradecimiento y esperanza en el corazón". Por su parte, el portavoz episcopal, César García Magán, confiesa la sorpresa porque "parecía que estaba recuperándose". Los obispos espales han destacado de los 13 años de pontificado del primer papa latinoamericano y jesuita, "su compromiso con los excluidos y su atención a los lugares más remotos". En cuanto al futuro papa, Argüello está convencido de que "el cónclave seguramente nos dé alguna sorpresa".
Son siete los obispos españoles que participarán en el cónclave, uno de ellos, Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, está en sintonía con el mensaje que deja Francisco, aunque, ha dicho, no se ve como papa. A partir de mañana, la nunciatura apostólica abrirá sus puertas durante varios días para que los fieles puedan firmar un libro de condolencias. Ya se han celebrado varias misas en recuerdo por el papa Francisco. Y esta tarde habrá una en la catedral de la Almudena de Madrid presidida por el cardenal José Cobo.