Cae la tarde, pero el frío no ahuyenta a los cientos de manifestantes que se han congregado en la escalinata de la Asamblea Nacional, el escenario en el que los diputados y la ciudadanía han parado los pies al presidente Yoon Suk Yeol. No lo quieren un día más en el poder.
La declaración de ley marcial les pilló por sorpresa. Aun así, el Parlamento la vetó en dos horas y el propio Yoo tuvo que levantarla en seis.
Las protestas están transcurriendo de forma pacífica frente a la Asamblea Nacional, donde los manifestantes están pidiendo la dimisión del presidente Yoon Suk Yeol, después de una noche de caos que ha conmocionado al país.
Esta mañana, eran los afiliados del mayor sindicato de Corea del Sur. Han declarado una huelga indefinida hasta que Yoon Suk Yeol dimita. Y no sólo la sociedad civil, la clase política también movía ficha.
"Acabamos de presentar una moción de censura", anunciaba el Partido Democrático, que lidera la oposición. Se votará el viernes o el sábado. La oposición tiene mayoría parlamentaria, pero no los dos tercios necesarios. Para que prospere, diputados del partido gobernante tendrían que volver a votar contra su presidente.
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