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Quién le iba a decir al pintor sevillano Diego Velázquez que tanto tiempo después gente llegada del lejano Oriente iba a admirar uno de sus retratos ecuestres en una especie de clase de gimnasia, todo por ver cómo debían verse estos retratos en el siglo XVII, cuando se colgaba encima del marco de una puerta, bien alto. Este jueves, el pintor cumple 425 años, y sus obras son conocidas en todo el mundo.

Foto: TVE

Han pasado 40 años desde la restauración de Las Meninas. El cuadro más famoso y contemplado del Museo del Prado fue restaurado en 1984 por John Brailey, un profesional que recibió muchas críticas por no ser español. La pintura estaba cubierta por un barniz que la había convertido en amarillenta y, en algunos puntos, los colores se habían disuelto. Los restauradores del museo lograron devolverle el aspecto que en algún momento tuvo tras ser pintada por Diego de Velázquez.

FOTO: Borja Sánchez-Trillo / EFE

Visitamos el Museo del Prado en este comienzo de 2024 para emprender el viaje expositivo singular que nos propone nuestra gran pinacoteca nacional: contemplar la otra realidad de los cuadros, la cara oculta de las obras de arte, su reverso. Así es como se ha titulado la muestra: "Reversos". Junto a obras de la colección del Prado, se exponen préstamos de instituciones nacionales e internacionales, casi un centenar de obras. Y todo ello partiendo de la contemplación de Las Meninas, la gran pintura de Velázquez.

Hacemos un balance de las actividades del Museo del Prado con su director de comunicación, Carlos Chaguaceda, en la última entrega de nuestra sección El contador de historias. Hoy conversamos sobre la importancia de su cuadro por excelencia, Las Meninas, cuadro que El Prano no presta porque "si alguien fuera al Museo y no estuviera, nos acusaría de fraude". Esta pintura no sale de la sala 012 donde reside. Además, también, hablamos con David. G. Cueto, comisario de la exposición de Guido Reni, una de las más importantes de 2023.

En el Museo Nacional del Prado visitamos la pintura española de The Frick Collection, considerada una de las mejores colecciones de arte del mundo. Nueve obras emblemáticas de Velázquez, el Greco, Murillo y Goya que fueron adquiridas por el industrial y filántropo Henry Clay Frick (1849-1919) y que habitualmente solo se pueden ver en Nueva York.

Soledad de Rojas fue una feligresa sevillana con profundas convicciones religiosas que falleció en 2020, y antes de morir donó a su parroquia de el cuadro que había tenido toda su vida sobre el cabecero de su cama. La obra comenzó a restaurarse en 2021 y ahora se han dado cuenta de que es un Velazquez. El coordinador del proyecto ha explicado enHablando Claro, que aunque en un primer momento se le atribuyó a Pachecho, han estudiado tanto la materialidad del bien, como los componentes pictóricos, técnica de ejecución y los recursos artísticos, formales y estilísticos de la obra. Por su parte, el párroco de la iglesia ha destacado que Soledad resaltaba que el cuadro estaba el día que vino a este mundo y también tenía que estar a su muerte. En cuanto a lo que puede hacer la Iglesia con el cuadro, el abogado experto en herencias Oscar Gil ha explicado que lo primero que deben hacer es poner la obra en conocimiento de Patrimonio.

Miramos con nuestro ojo a Diego Velázquez gracias a Federico García Serrano. Su libro 'Velázquez en 30 claves' publicado por Larousse nos descubre quién de verdad fue el genuino pintor sevillano. Martín Llade nos adelanta curiosidades del célebre concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena que se celebrará el próximo 1 de enero. Y con Laura Martín Pérez, lingüista computacional, hablamos sobre inteligencia artificial, la palabra del año elegida por la Fundéu.

Diego Velázquez nunca ha dejado de sorprender, considerado por muchos uno de los grandes maestros del arte de todos los tiempos. Federico García Serrano lleva mucho tiempo investigándole. Charlamos con él, sobre su libro 'Velázquez en 30 claves' donde muestra el porque del genio y de la admiración que sigue despertando su obra. 

Un grupo de médicos e historiadores han analizado más de 16.000 cuadros del Museo del Prado y han descubierto algunas de las enfermedades que tenían su protagonistas, como el cáncer de mama que sufría la modelo de la derecha de Las tres gracias, de Rubens. María Luisa de Parma, que fue retratada por Goya, sufría cefaleas. La Gioconda tenía el colesterol alto. La prueba es su lagrimal izquierdo amarillo. Durero en 1500 fue el precursosr de la telemedicina: envió a su médico su autorretrato para mostrarle un bulto. Y un último ejemplo de enfermedades retratadas: la rosácea en la cara de los borrachos de Velázquez.

FOTO: Las tres gracias de Rubens, Museo del Prado.

Hoy en la sección "La Historia más real", la académica de la Real Academia de Historia, Carmen Sanz Ayán, nos descubre la importancia que tuvo Margarita Teresa de Austria, hija de Mariana de Austria, de la que hablamos el jueves pasado en Por tres razones. Conocida por ser la niña del centro de las meninas, a la que agasajan sus acompañantes, la historia de esta monarca resalta por su relevancia en la relación de España y Viena en la segunda mitad del s. XVII.

La próxima temporada de exposiciones en el Meadows Museum de Dallas llevará a la ciudad tejana obras de Velázquez, Dalí, Tàpies o Chillida en varias colaboraciones con la Frick Collection de Nueva York, el Rijksmuseum de Ámsterdam, el Teatro-Museo Dalí de Figueres y el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca.

Informa Íñigo Picabea

Los cuadros también tienen “postizos”, añadidos posteriores que agrandan su tamaño, amplían su paisaje plástico o, incluso, varían la historia que cuenta. Es lo que ocurrió con Las hilanderas, de Velázquez. El Museo del Prado muestra desde hoy cómo era originalmente el cuadro, pero sin perder cómo acabó siendo. Un marco movible oculta los añadidos que se hicieron al cuadro en el siglo XVIII. Les ha llevado 4 años de trabajo poder hacerlo. Informa Ana Gil.

'El cuadro Las hilanderas, una de las grandes obras maestras de la pintura europea, puede contemplarse desde este lunes en el Museo del Prado tal y como Velázquez quiso que se viera, al recuperar su tamaño original a través de un marco movible que oculta los añadidos que se hicieron en el siglo XVIII.

Diego Velázquez pintó Las hilanderas entre 1655 y 1660, una obra de 167 centímetros por 250 centímetros, a la que en el siglo XVIII se añadieron una ancha banda superior y tres más pequeñas en la inferior y los extremos derecho e izquierdo que ampliaron el cuadro hasta las medidas de 220 por 289 centímetros, tal y como se han visto hasta ahora.

Después de casi tres meses de oscuridad por la emergencia sanitaria derivada del COVID-19, el Museo del Prado ha abierto sus puertas. Lo ha hecho con un aforo reducido al 30% y un protocolo de seguridad adaptado a las circunstancias que ha transformado en gran medida la experiencia de visitar una pinacoteca y contemplar sus obras de arte.

El Museo Del Prado condensa las obras maestras de su colección en una exposición única, el “Reencuentro”: las 250 obras más importantes de sus fondos concentradas en la Galería Central y salas adyacentes, que destilan lo mejor de la pinacoteca, con obras de Goya, El Greco, Velázquez, Rubens o Tiziano. La reordenación temporal del museo, que abre el sábado solo una cuarta parte de su espacio y con un 30 % del aforo, ha permitido licencias y guiños que de otro modo hubieran sido difíciles. “Las Hilanderas” y “Las Meninas” se reúnen en la misma sala por primera vez desde 1929, y los dos “Saturno devorando a su hijo”, de Goya o Rubens están juntos por primera vez, también los cuadros que retratan los sucesos del 2 y el 3 de mayo de 1808 en Madrid de Goya.

A sus 76 años, Rosa Pérez Valero ha tenido muchas vidas. A finales de los años 60 del siglo XX, recién salida de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde estudió Bellas Artes, un amigo de la familia le pidió que le hiciese una copia de uno de los bufones de Velázquez en el Museo del Prado. Su relación con la institución sigue viva a día de hoy.

Las Meninas han vuelto a tomar Madrid. Se trata de una serie de figuras gigantes inspiradas en el famoso cuadro de Velázquez que están repartidas por diferentes puntos de la capital, cada una de ellas decorada de manera diferente. Nuestra compañera Eva Cordón se acerca hasta la plaza de Santa Anta de Madrid para ver a la menina rockera y charlar con su autor, Miguel Ángel Craviotto.

La obra favorita, con quién visitar el Museo, el artista preferido o las sensaciones al estar delante de una obra. Todo esto se recoge en el estudio que ha hecho el Prado para tratar de esbozar un retrato robot del visitante español del museo. El 70 por ciento de los preguntados en la investigación se sienten orgullosos del Prado.

Las Meninas y Velázquez son el pintor más recordado y la obra preferida. Le sigue Goya y su Maja desnuda, pero cuidado que el de Fuedetodos también se cuela en el tercer puesto con Los fusilamientos.