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Ha sido todo un símbolo en Francia por su total entrega a los más pobres desde que en 1949 fundó los "Traperos de Emaus", y construyó los primeros albergues para los que duermen en la calle. Tan emblemático, querido y admirado que Francia le despidió con casi un funeral de Estado en Notre Dame. Pero 17 años después de su muerte, ha salido a la luz otra cara del Abbé Pierre, del Abad Pedro. Seis décadas de abusos sexuales que el religioso habría cometido con al menos, y por el momento, 33 mujeres.

Rachel, que prefiere no mostrar su rostro, es una de ellas. "Tenía ocho años, y mi padrastro me ofreció al Abbé Pierre, que me sentó en su regazo, me tocó el pecho, puso su otra mano en mis partes íntimas y me metió la lengua en la boca", cuenta.

"La Iglesia tuvo la información entre 1950 y 2007 y nunca denunció nada. Y ahora nos enteramos que el Abbé Pierre fue expulsado de Estados Unidos, Canadá y Suecia por hechos parecidos", dice Arnaud Gallais que no duda de que podría haber más casos y en otros países.

Desde diferentes asociaciones se insta a estas mujeres a denunciar también en los tribunales. Al abad Pedro ya no pueden juzgarle, dicen, pero quizá en una investigación judicial se descubra a otras personas que con su silencio fueron cómplices.

Foto: Georges Bendrihem/AFP/dpa

El gran manto verde de la Amazonía disminuye por momentos. Un grupo de mujeres de Colombia ha viajado a Bruselas para concienciar sobre este problema, después de que la Unión Europea aplazara un año más la ley contra la deforestación.

Trabajan en varias organizaciones de mujeres en la región de Caquetá y quieren que se conozcan mejor las consecuencias de la deforestación. "Necesitamos inversión, necesitamos ver avances", cuenta Olga Patricia Arenas, que pide a Bruselas que actúe: "La Amazonía necesita el apoyo de la UE".

Pero la Unión Europea hace equilibrios entre la regulación y las presiones económicas, y las mujeres del Amazonas denuncian que el retraso en la ley contra la deforestación será muy nocivo para el territorio.

El esposo de Marina, Nikolai Statkiévich, es un conocido disidente bielorruso que cumple una condena de 14 años. Cuenta que le detuvieron, como a otros miles, en las protestas masivas contra Lukashenko de 2020, el año de las anteriores presidenciales. Según el recuento oficial, el que lleva siendo presidente desde 1994 ganó con más del 80%, todo un fraude según la oposición y Occidente. Desde el 9 de febrero de 2023 no tiene ninguna noticia de su marido se lamenta Marina. Son casi dos años sin visitas, ni llamadas ni siquiera cartas. Tampoco le entregan los paquetes que le manda con objetos básicos, como dentífrico o ropa interior a los que por ley todo preso tiene derecho. En los últimos meses Lukashenko ha indultado a unos 250 presos bajo condición de asumir la culpa y pedir expresamente el perdón presidencial. Un precio, cree Marina, que Nikolai, por sus fuertes convicciones, no está dispuesto a pagar.

La refinería de Riazán arde de madrugada en pleno centro de Rusia. Está a más de 400 kilómetros de la frontera con Ucrania, y ha sido alcanzada por uno de los drones que Kiev ha lanzado contra Rusia. Otros han destruido una fábrica de componentes electrónicos en Briansk. El resto habrían sido destruidos por las defensas antiaéreas rusas.

El presidente Zelenski habla de conseguir la paz a través de la fuerza., la misma retórica que la del presidente estadounidense, Donald Trump. En el frente, Rusia sigue avanzando en el centro y el sur del Dombás, donde la situación es desesperada para las tropas ucranianas, que han quedado aisladas en el embolsamiento de Velika Novosilka. Mientras avanza, el Kremlin no tiene prisa por negociar. Pero dice que Putin está listo para reunirse con Trump antes que con Zelenski, al que consideran preso de sus propias leyes que impiden el diálogo con Moscú.

Hablar de Mussolini 80 años después de su muerte sigue ejerciendo un efecto divisorio entre los italianos. Cada año, ante su tumba, no faltan los nostálgicos del fascismo que, brazo en alto, ensalzan su memoria.

La serie M, que acaba de estrenarse bajo la dirección del británico Joe Wright, ha resucitado la polémica. En ella, Mussolini se presenta como un megalómano que disfruta de los placeres de la vida mientras los camisas negras cometen atrocidades. La serie, que está barriendo en audiencia, no ha gustado en algunos círculos de la ultraderecha. Al presidente del Senado, que presume de coleccionar bustos de Mussolini, le parece que no enseña nada, que solo le ridiculiza.

La ficción se basa en un libro del conocido escritor italiano Antonio Scuratti que reconoce que cedió a las intenciones del director de darle ese tono de humor negro.

En Italia, a diferencia de España, no existe una ley de memoria historia para borrar la huella del dictador. No es extraño ver en muchos lugares de Roma el símbolo que dió nombre a su partido, el fascio.

¿Por qué Rusia e Irán han reforzado su relación a raíz de la guerra de Ucrania? ¿En qué consiste el acuerdo estratégico que han sellado en Moscú el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo iraní, Masoud Pezeshkian? ¿Qué armamento recibe Rusia de Irán y que consigue Irán a cambio? Lo analizamos con Juan Carlos Pastor, profesor de la Universidad Complutense, doctorando en Relaciones Internacionales y coautor del libro 'La política exterior de Irán', editado por Catarata.