Entre los acusados de violar a Gisèle Pelicot hay 51 bomberos, policías, enfermeros o periodistas. Perfiles muy variados, muy comunes. Hombres normales.
"Hablamos de un hombre que ofertaba a su mujer en las redes sociales, pero había hombres que accedían. Eso no es enfermedad mental ni una monstruosidad. Forma parte de una cultura que desprecia a las mujeres", explica Ana Bernal Triviño, periodista y profesora de la Universidad Abierta de Cataluña.
También es parte de esa cultura la actitud de los que lo conocían y no lo denunciaron.
Las expertas tampoco consideran un monstruo a su marido y la fachada de hombre encantador que mostraba al exterior es algo que se repite en otras agresiones.
Gisèle Pelicot ha querido dar la cara, al público y a sus agresores. Una decisión valiente, dicen, pero que no se le puede pedir a otras víctimas.
Las expertas explican que aunque el caso de Gisèle Pelicot es extremo y ha servido para visibilizar, hay otras muchas violencias diarias, comunes e invisibles.
FOTO: Christophe SIMON / AFP