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La guerra arancelaria y sus consecuencias en la economía y los mercados son uno de los principales retos que tiene por delante el próximo gobierno alemán, una gran coalición que ya han firmado conservadores y socialistas a la espera de que Friedrich Merz pueda tomar posesión a partir de principios de mayo. Pablo García-Berdoy, que fue embajador de España en Alemania y es líder de Asuntos Públicos de LLYC en Europa, ha estado en Las Mañanas de RNE con Josep Cuní analizando la situación. "Sin duda ninguna, el problema estructural más importante que se va a encontrar el canciller Merz es que el superávit comercial tradicional, impulsor del crecimiento en Alemania, va a ser muy difícil de mantener", explica el entrevistado. Desde los institutos internacionales reclaman a Alemania que crezca por su consumo interior, no solo por el exterior, apunta García-Berdoy.

"El hecho de que la AfD haya hecho de la migración una bandera exitosa debería hacerles reflexionar a todos, no solo sobre las medidas que hay que tomar, sino sobre el discurso que hay que tener en esta materia", opina el exembajador. Y es que, apenas un mes y medio después de las elecciones, Alternativa por Alemania encabeza todas las encuestas de opinión: "El final del freno de deuda y que la política migratoria se ha convertido en una llama de populismo muy hábilmente manejada por la AFD nos lleva a pensar que este es el gran riesgo para la nueva coalición", añade. Además, considera esencial que desde Europa se ayude a que esta coalición tenga éxito para "poner fin a este populismo de extrema derecha que tanto daño hace a Alemania y a Europa".

Alemania regresa a la gran coalición. Conservadores y socialdemócratas han alcanzado un acuerdo para la formación de Gobierno tras las elecciones del pasado 21 de febrero donde el conservador Friedrich Merz salió vencedor. El texto contempla un endurecimiento de las políticas migratorias, la ampliación del Ejército y presta especial atención a las políticas económicas. También anuncia medidas para hacer más competitivas a las empresas alemanas, como reducir el precio de la energía, y bajar los impuestos a las rentas medias y bajas.

Tal y como preveían los sondeos, las elecciones en Alemania han dado la victoria a los conservadores y su candidato, Friedrich Merz, será con casi toda probabilidad el próximo canciller. La Unión Demócrata Cristiana (CDU) se posiciona como la principal fuerza política, aunque no alcanza el 30% que predecían las encuestas, y ahora se enfrenta a unas negociaciones "largas y complicadas", como ha señalado Merz, para formar un Gobierno con los socialdemócratas (SPD) de Olaf Scholz. Este partido ha experimentado unos resultados "desastrosos", según las palabras del canciller saliente. Además, el nuevo Ejecutivo tendrá que enfrentarse a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que, tras obtener el mejor resultado de su historia, se convierte en la principal oposición.

Por ahora, Merz ha expresado su voluntad de empezar a negociar con los socialdemócratas "en las próximas semanas" para establecer "un Gobierno operativo" y una mayoría parlamentaria que lo sustente. 

La locomotora alemana lleva dos años sin carburar, en recesión económica, y el resultado de las elecciones condiciona hoy más que nunca cómo de rápido pueda volver a coger velocidad.

Para muchos expertos, la llave para volver a arrancar esa locomotora está en la reforma de una regla constitucional que limita el déficit, el exceso de gasto público, al 0,35% año a año.

Los conservadores de la CDU liderados por Friedrich Merz ganan las elecciones con un 28,9% de los votos. Merz, en declaraciones tras un primer escrutinio, ha asegurado que es "consciente de la responsabilidad que tenemos ante nosotros". Merz le ha dado las gracias a sus votantes y la enhorabuena a sus competidores. "Tenemos que formar un Gobierno con rapidez y con mayoría parlamentaria. El mundo ahí fuera no nos espera. Vamos a Gobernar y vamos a seguir adelante", ha señalado Merz.