Miguel, un hombre sin habla ni movilidad a causa de un ictus, estuvo mes y medio sin poder salir a las calles de la localidad valenciana de Aldaia. Ahora puede hacerlo gracias a las sillas de rueda "oruga" que proporciona la Cruz Roja para poder bajar escaleras.
Una situación parecida es la que vive Eloísa, con movilidad reducida por un accidente. Son ya cinco los meses que lleva sin ascensor desde que se estropeó como consecuencia de la dana: "Con menos ganas de hacer cosas, si sales tienes que bajar cuatro pisos. Mañana me va a tocar otra vez volver a bajar".
Desde la dana, hay más de 300.000 personas sin ascensores, que necesitan unas reparaciones que oscilan entre los 10.000 y los 80.000 euros. La Generalitat ha cifrado en 6.000 los ascensores averiados y en 311 los edificios con personas de movilidad reducida.