El presidente destituido de Corea del Sur Yoon Seok Yeol ha sido detenido este miércoles, en el segundo intento de las autoridades, que le acusan de un delito de insurrección por declarar la ley marcial durante unas horas el 3 de diciembre. La Policía, con 3.000 agentes, ha podido entrar en la residencia de Yoon en Seúl pese a que una cadena humana de 6.500 partidarios y algunos diputados de su partido han intentado impedirlo.
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