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La milicia islamista del HTS entra triunfal en Damasco tras la caída del régimen de Bachar al Assad. La oposición siria está trabajando para crear un Gobierno provisional que asegure una transición pacífica, mientras los rebeldes han dejado a cargo la gestión de las instituciones al primer ministro, quien asegura que cooperará con ellos. A lo largo de las regiones limítrofes, como los Altos del Golán, lugar donde Israel ha reforzado la segursimpatizantes con la oposición han sacado banderas rebeldes a sus balcones.

Bashar al Asad era el último presidente de un clan familiar que ha gobernado Siria durante más de medio siglo. Una familia de la minoría alauita, se calcula que son en torno a un 12% de la población, y él ha presumido de integrar a otras confesiones. La represión y la falta de libertades hizo que muchos se levantaran contra él en la primavera árabe, sobre todo las zonas de mayoría suní. Al Asad estuvo a punto de caer, pero resistió gracias al apoyo de Rusia e Irán, retomó el poder otra vez con mano de hierro. Esta situación cambia los equilibrios dentro del país y también fuera de Siria.

Los disparos de celebración suenan por todo Damasco y Siria. Las banderas de la oposición siria empiezan a ondear y las fotos del ya derrocado presidente Bachar al Asad arden en algunos edificios gubernamentales.

Vecinos y rebeldes han saqueado el palacio presidencial. Han llegado a la capital sin apenas resistencia. En algunos puntos del país hay miedo por lo que pueda ocurrir de ahora en adelante. El líder de los rebeldes islamistas ha pedido sus mis hermanos muyahidines "sed amables, dejad las armas y permitid, a los que así lo quieren, salir del país". Los insurgentes dicen defender una transición pacífica. El primer ministro está dispuesto a cooperar con ellos y asegura que no abandonará el país.

Foto: AP Photo/Omar Sanadiki

En cuestión de días el régimen sirio ha pasado de un aparente control férreo de las zonas bajo su dominio, es decir, la gran mayoría del país a desmoronarse por completo. El presidente al Asad ya estuvo en la cuerda floja durante la primavera árabe, pero entonces consiguió aguantar gracias a aliados externos. Sobre todo, Rusia. Esta vez el panorama es muy distinto. |Irán está centrado en el conflicto con Israel, mientras que Catar y Turquía apoyan algunos grupos rebeldes.

La coalición insurgente islamista de Siria ha arrebatado este domingo Damasco al presidente sirio, Bachar al Asad. La periodista Basma Dali, que huyó de Siria en 2014, nos cuenta que llevan "generación tras generación esperando este momento histórico". "Es increíble la felicidad de todos los sirios, no lo creemos, es un sentimiento difícil de describir. El 8 de diciembre de 2024 es el nacimiento de la nueva Siria", expresa en el programa especial con Adrián Ferro. Su familia lleva años viviendo con miedo y con el corazón roto: "Muchos están fuera de Siria y otros están en el Ejército militar sirio". Dali agradece la labor de los periodistas sirios al cubrir la guerra durante estos 14 años.

Los rebeldes islamistas toman Damasco y hacen caer el régimen de Al Asad tras 24 años. Haizam Amirah-Fernández, analista especializado en el mundo árabe contemporáneo, nos cuenta que "hay muchas dudas sobre lo que vendrá después de este régimen tiránico". "Ha sido una caída del régimen muy rápida, acelerada [...] Da la impresión de que el avance de los rebeldes responde a una planificación", informa en el programa especial de Radio 5 con Adrián Ferro. Amirah-Fernández insiste en que, después de tanto daño y destrucción con Al Asad, esto "es una oportunidad, por primera vez en más de 50 años, para que los sirios puedan construir algo nuevo". "Cuando hablo con amigos y amigas de Siria lloran de emoción". Aunque existe el riesgo de islamismo, el analista considera que "la apariencia es que se pretende un traspaso ordenado de las instituciones" y buscar una salida donde haya acuerdos y convivencia.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha confirmado en una entrevista en el Canal 24 Horas que nueve españoles permanecen en Siria (cinco mujeres casadas con ciudadanos sirios y cuatro cooperantes) y que solo uno de ellos ha solicitado salir del país tras la caída del régimen de Bachar al Asad. Albares ha reconocido que "a todos nos ha sorprendido la celeridad con la que ha sucedido" la fulgurante ofensiva rebelde que ha llevado a los insurgentes a tomar el control de las principales ciudades de Siria en 11 días.

Pese a la toma de Damasco y la huida de Al Asad, Albares cree que "la situación no indica que vaya a haber ningún tipo de caos" porque la administración actual está dispuesta a hablar con los rebeldes para decidir cómo formar un nuevo Gobierno.

"Oriente Medio ya tiene demasiada guerra como para que se extienda a Siria", ha señalado el ministro, que ha añadido que la toma de Damasco "es un cambio muy importante en un momento que Oriente Medio está muy desestabilizado".

Albares ha avisado que los rebeldes todavía no tienen el control total del país pese a que "el régimen de Al Asad se ha desmoronado" y ha señalado que "a todo el mundo le interesa una Siria pacífica y estable".

Foto: Ugur Yildirim/AP

Los rebeldes sirios han tomado Damasco esta madrugada y han puesto fin al régimen de 24 años de Bachar al Asad. En un mensaje televisivo, han anunciado que todos los encarcelados en las prisiones del régimen han sido liberados y que el presidente sirio ha salido de la capital esta madrugada en avión. "Control sobre Damasco sin derramamiento de sangre en virtud de un acuerdo que los insurgentes habrían alcanzado con los servicios de inteligencia del régimen", nos cuenta la corresponsal Laura Alonso. El líder de los rebeldes ha ordenado a los milicianos que no tomen las instituciones oficiales, que van a permanecer en manos del primer ministro sirio. Mohamed Ghazi al Jalali se ha mostrado dispuesto a colaborar con el "nuevo liderazgo de Siria" y asegura que no tiene pensado irse del país. La Casa Blanca sigue de cerca la situación en Siria y la atención se centra en cómo se van a posicionar Irán y Rusia, aliados de Bachar al Asad.