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En las últimas horas han llegado seis embarcaciones. En lo que va de año ya son 12.000 personas, seis veces más que en todo 2019, las que han desembarcado en las costas de las islas. Las administraciones de la comunidad piden al Gobierno central y a Bruselas que les trasladen porque en el archipiélago solo hay 300 plazas de acogida. Desde allí el ministro del Interior Fernando Grande - Marlaska ha dicho que están trabajando para aliviar la presión.

La situación es especialmente crítica en el muelle de Arguineguín, donde medio millar de personas han dormido esta noche en casetas. Cruz Roja ha pedido refuerzos para atenderlas.

Canarias revive la crisis de los cayucos, sin traslados a la península y sin expulsiones a su país de origen por la pandemia. Cada vez llegan menos pateras pequeñas del Sáhara Occidental, y aumenta el número de embarcaciones más grandes, que salen más al sur, de Mauritania, Senegal o Gambia.

Unos 300 migrantes venezolanos tratan de cruzar ilegalmente a pie a Colombia lo largo de los más de dos mil kilómetros de frontera en busca de una vida mejor, a pesar de la pandemia de COVID-19. Huyen del colapso económico y social. Generalmente, son niños, mujeres embarazadas y adultos mayores. Para los migrantes no es fácil llegar a Colombia: tienen que evitar las patrullas fronterizas, atravesar ríos y desafiar las bajas temperaturas andinas

Alejandro es guatemalteco y Joel, salvadoreño. Ambos intentan llegar a Estados Unidos, pero no pueden retroceder ni avanzar. La pandemia y las políticas migratorias de Trump les han dejado atrapados en el lado mexicano de la frontera. Moisés recuerda cómo fue secuestrado por la mafia en Reinosa. El 75 % de los pacientes atendidos por Médicos Fronteras hace un año habían sido secuestrados. A las barreras artificiales y naturales se añade el muro que impone el miedo: nadie puede atravesarlo sin pagar la cuota correspondiente. Entretanto, el Supremo de EE.UU. revisará las medidas contra la inmigración de Trump. [Especial: elecciones EE.UU.]

Los niños llave son aquellos que van y vienen solos del colegio, que pasan tiempo solos en casa. Son hijos de migrantes, son migrantes. La mamá de Andrea trabajaba todo el día fuera de casa. Andrea llegó a España con siete años y aprendió a ir solita al cole y a calentarse su comida en el microondas.

Tres mujeres que llegaron a Fuerteventura en patera llevan separadas de sus hijos desde finales de agosto a la espera de la prueba de ADN que acredite el parentesco. No son casos aislados. El Gobierno de Canarias tiene constancia de, al menos, nueve casos más similares a estos. La Fiscalía de Las Palmas asegura que está reevaluando los protocolos para ver cómo se podrían hacer esas pruebas de forma más rápida. La Fiscalía General del Estado aduce que la separación sólo se lleva a cabo cuando no se puede acreditar documentalmente el parentescto y que su objetivo es prevenir el tráfico de menores tras haber detectado algunos casos a finales del año pasado.

Informa Iván Jiménez

El candidato de Vox a la Presidencia del Gobierno, Santiago Abascal, insiste en que hay que regular la inmigración y dotar a los cuerpos de seguridad pra "hacer frente a las violentas avalanchas de inmigrantes". Al defender su moción de censura, apunta que "quien asalta fronteras no puede ser puesto en libertad para que campe a sus anchas. Hay que deportar a los inmigrantes legales que cometan delitos graves y a los que hagan del delito leve su forma de vida. Hay que retirar la nacionalidad a los que la usen para atacar el estado y la monarquía, aunque sean diputados de esta cámara".

En Canarias están desbordados por la llegada de pateras a sus costas. Solo en los últimos 15 días han llegado más de 2.000 personas. Varios de los migrantes están durmiendo en un hotel de Gran Canaria. Han acabado ahí después de 14 días de cuarentena y de vivir la peor experiencia de su vida. Solo ellos y las voluntarias médicas que les atienden nada más llegar saben cómo de peligrosa es esa ruta atlántica.

Cerca de 500 personas han llegado a las costas Canarias este fin de semana en pateras. El drama de la inmigración ilegal, con condiciones infrahumanas, que llega en pateras a las cosas españolas continúa y traslada su foco desde el Estrecho a las islas. Este domingo llegaron 60 personas a las costas de Cádiz y el sábado, Salvamento Marítimo rescató a más de 50 en aguas del Estrecho de Gibraltar.

Los detenidos, empresarios, intermediarios, mantenían en unas condiciones de semiesclavitud a los inmigrantes. Vivían en condiciones penosas y con jornadas interminables con salarios muy por debajo de lo legal. Una organización formada por ciudadanos de origen sudamericanos, según la Policía Nacional que, una vez captaban a los trabajadores los movían a algunas de sus empresas situadas en distintas localidades de las provincias de Córdoba y Sevilla. Medio centenar de personas han sido liberadas por la policía, una treintena de ellos vivían en una nave industrial de Sevilla durmiendo en el suelo y con solo un aseo para todos ellos. Informa Juan Leo

Siete pateras con 152 personas a bordo han sido rescatas desde la pasada madrugada cuando trataban de llegar al archipiélago canario y otra más, con al menos una docena de personas, ha llegado a tierra por sus propios medios, según informaciones de Cruz Roja, Salvamento Marítimo y el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad. Otras 21 personas fueron rescatadas cuando se dirigían en otra embarcación hacia Lanzarote. Pero no sólo a canarias en el levante cuatro pateras con al menos 50 personas, entre ellos varios menores, han llegado este domingo a la costa de Alicante. En Baleares, en Ibiza, fueron rescatadas otras 17 cuando fueron interceptadas dos embarcaciones. Rescates qe se suman a los realizados este sábado en el que llegaron más de 400 personas a las costas españolas. Informa Daniel Díaz

En 2016, el fotógrafo César Dezfuli retrató a los 118 pasajeros de una embarcación a la deriva en el Mediterráneo. Llamó al proyecto "Passengers", y tiene una segunda parte que explica qué ha sido de 105 de esas personas a lo largo de estos años. Una propuesta de Íñigo Picabea.