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Tras el reciente ataque de Hizbulá sobre la base israelí de Binyamina, toda la frontera entre Líbano e Israel se ha convertido en zona militar cerrada, donde prensa y civiles no pueden entrar por los movimientos militares y los bombardeos que han vaciado las ciudades aledañas. Solo algunos comercios quedan abiertos en Kiriat Shmona, una de las ciudades fronterizas más castigadas por los ataques de Hizbulá. Los pocos habitantes que quedan desean que la invasión del Líbano sirva para que el resto vuelva a sus hogares y sus negocios, y se quejan de que los soldados israelíes sean incapaces de evitar que los cohetes del grupo chií penetren en su territorio. De los 25.000 ciudadanos de Kiriat Shmona solo quedan unos 500. Una situación común en el norte de Israel, de donde han sido evacuadas unas 70.000 personas.

Sólo en las últimas 24 horas han muerto más de 60 palestinos en Gaza. Las tropas del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, intensifican su ofensiva en el norte de la Franja, una zona que dieron por controlada en dos ocasiones, y que ahora vuelven a intentar someter con durísimos bombardeos. Israel defiende que ha llevado a cabo una operación precisa contra un centro de mando de Hamás. El ejército hebreo ha matado a más de 300 palestinos en sus ataques en el norte de la Franja en los últimos ocho días.

Foto: UNRWA / AFP

Maaysrah es un pequeño pueblo montañoso del norte de Líbano con impresionantes vistas al mar y rodeado de paisajes idílicos, con casas de vacaciones y restaurantes de fin de semana. La población es de mayoría chií, pero conviven, en paz, con familias cristianas. Hasta el lugar han acudido varias familias de libaneses huyendo de los bombardeos israelíes al sur del país. Algunos han perdido a sus allegados en los ataques contra la capital, Beirut, y las regiones aledañas. Sin embargo, las acciones de Tel Aviv ya no se concentran exclusivamente en los bastiones de Hizbulá. Ahora, incluso el norte es blanco de las bombas, donde varias viviendas han sido alcanzadas en múltiples ocasiones.

Israel ha matado a más de 60 palestinos en las últimas 24 horas en Gaza. Varios han muerto abrasados en el campamento de refugiados en el recinto del hospital de mártires de Al-Aqsa. El ataque con misiles ha sido de madrugada. El ejército hebreo asegura que allí había un centro de mando de Hamás, pero entre los muertos hay varios niños.

No han sido las únicas víctimas menores, ya que de los 42.289 muertos desde el comienzo de la ofensiva israelí en la Franja, el 60% son mujeres y niños. Israel emitió el 7 de octubre, coincidiendo con el primer aniversario de la guerra, una orden de evacuación para 400 mil personas en el norte del enclave. Hoy bloquea tres poblaciones por completo: Jabalia, Bait Hanun y Beit Lahia. La ONU denuncia que Israel impide la entrada de comida a la zona.

Los medios hebreos apuntan a que el gobierno de Netanyahu valora un plan de limpieza étnica para expulsar a los palestinos y anexionarse esa parte de la Franja. Pero los que huyen al sur, también sufren ataques: Cinco niños que jugaban al futbol en una escuela de Naciones Unidas fueron asesinados este domingo por un dron Israelí.

Al menos 16 cascos azules han necesitado asistencia sanitaria por los gases que Israel ha lanzado al interior de un cuartel de la FINUL. La misión de paz de la ONU en el Líbano denuncia que dos tanques israelíes han destruido la puerta principal y han entrado por la fuerza, de madrugada.

Israel tiene otra versión: reconoce que uno de sus tanques allanó una base de la FINUL y lanzó gases, pero lo hizo, dice, para ayudar a evacuar a soldados heridos por fuego enemigo.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha difundido un vídeo en el que apela directamente al Secretario General de la ONU para que retire las tropas de las áreas de combate inmediatamente.

Según el primer ministro israelí, si no se retiran, los cascos azules se convierten en "escudos humanos" de Hizbulá. El ministro de Exteriores israelí ha vuelto a declarar "persona non grata" a António Guterres, ya lo hizo la semana pasada. Ha recordado que tiene prohibido entrar en el país.

La tensión entre Israel y Naciones Unidas sigue subiendo después de tres días muy críticos, cuando otros cinco cascos azules han resultado heridos dentro sus instalaciones, en ataques atribuidos a Israel. Y el portavoz de la misión no cree que fuera por error, porque "es un Ejército bien preparado y sabe lo que hace".

La FINUL lleva en el sur del Líbano 46 años. En este tiempo la misión ha ido evolucionando y ahora aglutina a 10.000 efectivos de 50 países.

Foto: EUROPA PRESS

Así eran, hasta hace unas semanas, las fiestas nocturnas del Sky Bar, la discoteca más famosa de Líbano. Pero todo cambió con el estallido de la guerra. El sofisticado club cerró sus puertas y se reconvirtió en refugio temporal para quienes huyen de las bombas. Empezaron acogiendo a las familias de los empleados, pero ahora tienen evacuados de distintas zonas del país. 

Más de la mitad de estas familias desplazadas son niños, que ahora están sin casa y sin escuela. Los dueños del local reparten varias comidas al día y se encargan también de la limpieza. De momento, ya no tienen espacio para más desplazados 

En marzo de 1978, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunió de urgencia tras la invasión de Israel del Líbano. Entonces nació la FINUL: la Fuerza Interina de las Naciones Unidas para el Líbano. Una misión de la ONU que entonces buscaba confirmar la retirada de las fuerzas israelíes, restaurar la seguridad y ayudar al Gobierno libanés a retomar el control en el sur, desde el río Litani a la llamada "línea azul" que separa los dos países. 

Con la FINUL sobre el terreno, Israel ha invadido el Líbano otras tres veces. En este tiempo, la misión ha evolucionado. Ha incluido, entre otras cosas, la asistencia humanitaria. Ahora la FINUL vive uno de sus momentos más críticos: ha sufrido varios ataques esta semana atribuidos a Israel. ¿Estos ataques son simples errores de cálculo? El portavoz de la misión responde: "¿Cómo puede ser un error? Es un Ejército muy bien preparado y sabe lo que hace". 

Con estos ataques más o menos deliberados, Israel trata de forzar a la FINUL para que se retire de sus posiciones a cinco kilómetros más al norte, algo que ha pedido el embajador israelí ante la ONU, pero que las Naciones Unidas no ha querido aceptar. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha afirmado este domingo que la negativa de Naciones Unidas de evacuar a sus soldados pone en peligro sus vidas y las de las tropas israelíes.

El general al frente de la misión es el español Aroldo Lázaro. Nuestro país se unió tras la guerra de 2006. Actualmente es el 7º con mayor presencia sobre el terreno en una misión que aglutina a 10.000 cascos azules de 50 países, en una de las zonas más calientes del planeta.

Foto: AFP

La misión de la ONU en Líbano denuncia un nuevo ataque contra su cuartel general que deja un herido, el quinto en solo tres días. Mientras en Gaza, el ejército israelí ordena evacuar el norte de la Franja, donde han muerto en los últimos ataques una veintena de personas. Los ataques se centran en Yabalia. Al sur de la Franja, en el campamento de refugiados de Jan Yunis tratan de olvidar la guerra por unas horas para celebrar el día del patrimonio palestino. En el Líbano, Israel también ha ordenado nuevas evacuaciones en el sur del país. Hay más de 1.200.000 desplazados.

Los combates entre el Ejército israelí y Hamás se han intensificado en el norte de Gaza. En el campo de refugiados de Yabalia hay decenas de fallecidos y heridos tras los últimos bombardeos. Muchas familias se ven obligadas a huir de nuevo. El Ejército israelí ha advertido de que atacará "cualquier vehículo" sospechoso de transportar a hombres armados, incluidas las ambulancias.

Y, en Líbano, continúa la ofensiva israelí que comenzó hace casi tres semanas, con ataques en el sur del país. Sigue aumentando el número de desplazados. También allí, esta mañana han ordenado más evacuaciones. Son ya más 1.200.000 las personas que en este país han tenido que dejar sus casas y sus vidas y no tienen dónde ir porque los refugios están saturados.

Foto: EFE/EPA

El régimen iraní quiso enseñar al mundo los preparativos de su ataque sobre Israel: 180 proyectiles, alguno de ellos sin especificar número, y misiles hipersónicos que el 1 de octubre llegaron a Israel en 12 minutos. "No hemos empleado todos", asegura un asesor en Defensa del Gobierno iraní. "Este ataque ha puesto a prueba el famoso sistema defensivo de Israel. Y se ha demostrado que no es infalible", ha añadido. La receta magistral, explica, es combinar cantidad y calidad: un número muy grande de proyectiles de potencia variada. Unos distraen la capacidad defensiva de Israel, mientras que los más sofisticados logran burlarla. "Es lógico pensar que Israel va a reaccionar pero no creo que sea algo significativo", dice. Aunque Tel Aviv ha advertido de una respuesta letal y sorpresiva, Teherán presume de contar con munición suficiente y totalmente iraní. Capaz de crecer, a pesar de las sanciones económicas y capaz, confían, de disuadir a cualquier enemigo.