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Después de 74 días del llamamiento de su líder, Abdullah Öcalan, para un cese de la actividad, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha anunciado su disolución, lo que cierra un conflicto armado de cuatro décadas y que ha dejado cerca de 45.000 muertos. Turquía ha recibido la decisión con satisfacción y la califica de "histórica e importante".

El anuncio abre una oportunidad política para el presidente turco, Tayyip Erdogan, que busca apoyo kurdo para reformar la Constitución de cara a las elecciones de 2028. Además, podría aliviar tensiones en el Kurdistán iraquí y modificar el equilibrio en el norte de Siria. La Unión Europea ha pedido un proceso de paz creíble que garantice estabilidad regional.

El grupo guerrillero kurdo PKK, que lucha por la autonomía de los kurdos de Turquía, ha anunciado su disolución y el abandono de la "lucha armada" que inició hace 40 años, y que ha dejado unos 45.000 muertos. El PKK anunció un alto el fuego unilateral en marzo, después de que su fundador y líder, Abdullah Öcalan, pidiera su disolución. Öcalan lleva encarcelado en Turquía y en aislamiento casi total desde 1999.

El presidente turco, Tayyip Erdogan, ha declarado que la decisión del Partido de los Trabajadores del Kurdistán de disolverse era un paso importante y que su Gobierno seguiría de cerca el proceso para evitar cualquier problema. Por su parte, el portavoz de la Presidencia turca ha asegurado que se tomarán las "medidas oportunas" para que el proceso de abandono de las armas progrese "de forma sana y fluida". No obstante, ha advertido que el proceso no será ni "corto" ni "sencillo".

El líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, ha pedido la disolución del grupo a través de una escrita carta desde la cárcel. Es un llamamiento histórico que podría poner fin a cuatro décadas de conflicto en el que han muerto más de 45.000 personas. El PKK es considerado una organización terrorista por Ankara, Washington, la Unión Europea y Reino Unido.

Foto: AP Photo/Lefteris Pitarakis

El encarcelado líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) Abdullah Öcalan, ha pedido hoy a la organización que deponga las armas y se disuelva. El PKK lleva décadas combatiendo a través de la lucha armada contra el gobierno de Turquía. Analizamos lo que significa el anuncio con Carmen Rodríguez López, profesora e investigadora del Departamento de Estudios árabes, islámicos y orientales de la Universidad Autónoma de Madrid y experta en Turquía.

Las milicias kurdas de Siria, aliadas de Estados Unidos, son una de las grandes beneficiadas de la caída del régimen de Al Asad; fueron claves en la guerra contra el DAESH y vigilan los campamentos en los que están detenidos muchos milicianos yihadistas. Controlan el 30% del territorio en el noreste del país y para el presidente Erdogan son una amenaza porque apoyan a los kurdos turcos, a los que considera terroristas.

IMAGEN: EFE/EPA/ATEF SAFADI

Gabriel Garroum, politólogo hispano-sirio, ha estado en Las Mañanas de RNE con Josep Cuní hablando del futuro de Siria tras la caída del régimen de Al Assad. El entrevistado explica que hay dos retos "domésticos": en primer lugar, señala que hay que "articular un país que primero no trate a las minorías como mercancía ni como un instrumento, sino como copropietarios del país". Por otro lado, considera un elemento central "que el país se mueva hacia una Constitución inclusiva también para los kurdos", siendo este, según Garroum, "uno de los elementos más complejos, porque sabemos que Turquía si no está detrás de esto, ha dado la luz verde, que no es poco".

A nivel internacional, el politólogo señala que "Rusia, Irán y Hezbolá claramente han salido muy perjudicados de este último año", lo que pronostica que puede ser una "transformación profunda a nivel de relaciones internacionales en la región".

El área afectada por el seísmo en Turquía, que se ha cobrado ya más de 21.000 muertos. se extiende unos 450 kilómetros, desde Adana, en el oeste, a Diyarbakir, en el este. Este territorio, en especial las provincias al este de la de Hatay, está poblado por población mayoritariamente de etnia kurda.

Los damnificados se quejan de que la ayuda ha tardado en llegar, mientras el gobierno turco ha declarado el estado de emergencia.

Foto: Un hombre en un edificio derruido en Diyarbakir. REUTERS/Sertac Kayar