Lula da Silva regresa a la arena política. A sus 76 años busca su tercer mandato como presidente de Brasil y llama a la unidad para recuperar la soberanía y la democracia. Un antiguo rival, el liberal Geraldo Alckmin, será su número dos en un intento para atraer al centro y al mundo empresarial. Lula se ha enfocado en la pobreza y en los muertos por la COVID-19 para atacar al Gobierno del ultraderechista Bolsonaro.
El presidente argentino, Alberto Fernández, ha encabezado el festival Democracia para siempre con el que también ha celebrado el segundo aniversario de su asunción, en un acto en el que la negociación de la deuda de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha estado en el centro de la escena. En el multitudinario acto para conmemorar los 38 años del retorno a la democracia y el día de los Derechos Humanos, en la Plaza de Mayo de Buenos Aires, ha participado el exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
Foto: Luiz Inacio Lula da Silva en Buenos Aires, Argentina (REUTERS/Mariana Nedelcu)
El expresidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, ha charlado con Las Mañanas de RNE. En febrero anunciará si se presenta a las elecciones, pero ya expone lo que sería su programa de Gobierno, sus planes durante la campaña y, sobre todo, tras la victoria electoral frente a Bolsonaro. Señala como claves recuperar la inversión pública y acabar con el desempleo y el hambre: “Tenemos millones de brasileños pasando hambre, cuando nosotros habíamos acabado con el hambre en Brasil. La ONU reconoció que habíamos salido del mapa del hambre”. Lula asegura que Brasil ha perdido su papel en el mundo, con un aumento de la pobreza, una bajada del PIB y un presidente que, dice, ha gestionado de forma pésima la pandemia de coronavirus. Lula califica de injusto su paso por la cárcel, pero niega venganza o temor ante el papel que puedan jugar las Fuerzas Armadas del país: “Necesitamos que las Fuerzas Armadas cumplan su papel y que el pueblo vea en ellas una especie de garante de su soberanía”. Lula cree que la polarización que vive Brasil no es algo preocupante, sino natural: "Donde hay democracia hay polarización, porque siempre se trata de dos personas disputando el cargo". Con respecto a las relaciones internacionales futuras se muestra dispuesto a tener una buena relación con EEUU y otras grandes potencias como China, pero siempre que sea Brasil quien marque ese camino: “Lo que no acepto es que Brasil sea subordinado a los Estados Unidos, pero sí que tengamos una relación productiva, intelectual, comercial, política, científica y tecnológica o cultural”. Es lo mismo que recomienda al ser preguntando por países de América Latina como Venezuela, Cuba o Nicaragua.
El desenlace final del ‘caso Lula’ en Brasil, con el reconocimiento por parte del Tribunal Supremo de que su proceso, sentencia y prisión nunca deberían haberse producido como lo hicieron, ha liberado al expresidente de cualquier deuda con la justicia.
También allana el camino a la candidatura de Lula da Silva en las próximas elecciones, previstas para el año que viene.
Y desde el punto de vista del análisis de lo sucedido demostraría que se organizó una cacería mediática y judicial contra Lula y la izquierda brasileña: un lawfare, o guerra jurídica.
Así lo interpreta la politóloga Arantxa Tirado, autora de El lawfare. Golpes de Estado en nombre de la ley (Akal, 2021).
Escribe: "el lawfare se inició con el derrocamiento de la presidenta brasileña Dilma Rousseff a través de un impeachment, un juicio político que la sacó de manera cuestionable de la presidencia, pero se activó desde antes con la operación Lava Jato: un escándalo de corrupción que salpicó al gobernante Partido de los Trabajadores (PT). El objetivo final era perseguir al expresidente Lula da Silva y evitar que volviera a presentarse a las elecciones”...
El expresidente de Brasil, el izquierdista Lula da Silva, ha reaparecido tras la anulación de sus condenas. Lo que no ha desvelado es si el año que viene se enfrentará en las urnas al derechista Bolsonaro, en el que muchos brasileños anticipan como el duelo electoral del siglo.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ha denunciado haber sido "víctima de la mayor mentira jurídica en 500 años" de la historia de Brasil, durante su primera comparecencia pública después de que un juez del Supremo anulara sus condenas de prisión por supuesta corrupción. Esta decisión permitirá al exmandatario presentarse como candidato en las elecciones presidenciales de 2022.
Cada minuto, el coronavirus mata a un brasileño. Y lo peor no ha llegado. Esperan el pico de contagios para julio. Pero autoridades locales empiezan a relajar cuarentenas. Entre tanto, son continuos los choques del presidente Jair Bolsonaro con los otros poderes. Y aunque aumenta el rechazo a su gestión, una tercera parte de la población sigue apoyando a un líder con un discurso cada vez más autoritario. Avance de "La 'gripecilla' de Brasil", este sábado a las 21.30 horas en Informe Semanal, en La 1.
El expresidente de Brasil, Lula da Silva, ha salido de prisión y ha dejado claro que, tras 580 días encarcelado y las causas que aún tiene abiertas, no han podido con él y seguirá luchando. "He vuelto", ha anunciado a sus partidarios. El blanco de sus críticas esel presidente Jair Bolsonaro.
El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se ha declarado con "muchos deseos de lucha" en un mensaje dedicado al colectivo de expresidente latinoamericanos de izquierda conocido como el Grupo de Puebla poco después de su salida de prisión a última hora del viernes. "Quiero constituir una integración regional latinoamericana fuerte" y de "combatir el lado podrido del Poder Judicial", ha declarado antes de felicitar al presidente argentino y anfritrión del encuentro del grupo, en Buenos Aires, Alberto Fernández. 09/11/19