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En Francia, este lunes se ha retomado el juicio contra el cirujano acusado de abusar de 300 personas, muchas de ellas menores. El acusado, de 74 años, ha confesado que una de sus víctimas fue su propia nieta. Por su parte, la gendarme que investigó el caso todavía arrastra las secuelas del trauma que le causó leer el minucioso relato de agresiones sexuales y está de baja desde hace tres años.

Desde la unidad de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional, señalan que la dureza del material que analizan durante horas y horas puede repercutir en la salud mental de los investigadores. Por ello, piden estar alerta. "Nos dan unas indicaciones sobre señales de alarma que pueden indicar que hay algún tipo de afectación en nuestra salud mental por la exposición al tipo de material: imágenes recurrentes, insomnio, irascibilidad", expresa Emilio José Real, jefe del Grupo II de Protección al menor de la Policía Nacional. "Tenemos un teléfono 24 horas al que acudir", añade.

Dado que no es sencillo dar con el agresor, los policías que se encargan de estos casos están sometidos a reconocimientos médicos y evaluaciones periódicas.

Este lunes ha comenzado la cuarta sesión del mayor juicio por pederastia en Francia cometido por tan solo una persona. La exmujer del acusado ha desatado la indignación de las víctimas al declarar que "una violación es menos traumática cuando se es pequeño". Asegura que nunca supo lo que hacía su exmarido, aunque su propio cuñado ha afirmado que ella estaba al tanto de todo y que nunca hizo nada.

El acusado, el cirujano Joel Le Scouarnec, que está en prisión por abuso a sus propias sobrinas, violó y abusó sexualmente durante 25 años a sus pacientes mientras estaban anestesiadas en hospitales del norte de Francia. Le Scouarnec, que apuntaba en un diario todas sus agresiones sexuales, ha reconocido que cometió atrocidades.

Esta tarde, en la explanada de la Catedral de la Almudena, la archidiócesis de Madrid celebrará un acto de reconocimiento y reparación a las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia. Juan José Tamayo, teólogo y profesor honorífico de la Universidad Carlos III de Madrid, valora positivamente este acto y la actitud de "apertura, escucha, sensibilidad y solidaridad" de esta archidiócesis, pero reconoce que "no nos podemos quedar en actos de este tipo. Simbólicamente son importantes, pero hay que cambiar el paradigma de la relación con las víctimas". Durante todos estos años, añade, "faltó compasión, acompañamiento, apoyo a las familias, arrepentimiento, petición pública de perdón, reparación a las víctimas y colaboración con la justicia". "Todo queda en promesas" -insiste- "Después de todo este tiempo, sobran las declaraciones y debe empezar una actitud completamente diferente. Primero, hay que superar el negacionismo y pasar al reconocimiento. Y evitar la permisividad con el delito". Y recuerda Tamayo que cualquier acto simbólico desde la Iglesia "ha de estar precedido por la reparación económica. Si no, sería un acto cínico", asegura.

Víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia protestan esta tarde frente al Parlament de Cataluña ante la entrega de la Medalla de Oro a la Abadía de Montserrat. La Abadía llegó a reconocer 14 casos de pederastia entre 1960 y el año 2000, calificó de "depredador sexual" al monje Andreu Soler, que abusó de 12 niños, pero se ha negado a implementar un plan de reparación a las víctimas. Hablamos con Miguel Hurtado, superviviente de abusos sexuales en la Iglesia y primer denunciante de los casos de pederastia en la Abadía de Montserrat, que recuerda que con este reconocimiento a la Abadía se está retraumatizando a las víctimas, que ven cómo no solo no se castiga a los culpables, sino que se les homenajea públicamente. Además, con actos como este, las víctimas que aún no han denunciado pueden pensar que hacerlo no sirve de nada. Las víctimas siguen reclamando que los delitos de pederastia no prescriban y piden a la Iglesia que actúe de verdad contra estos graves abusos: "Las palabras no protegen a los niños. Solo las acciones lo hacen", nos dice Hurtado.

Víctimas de abusos en la Iglesia se concentran hoy frente al Congreso para reclamar que se tramite de urgencia una iniciativa impulsada por el Parlamento catalán para que los delitos graves de pederastia no prescriban. La convocatoria la promueven tres supervivientes de abusos sexuales en instituciones católicas. Entre ellos, Miguel Hurtado, primer denunciante del caso de pederastia en la Abadía de Montserrat, que recuerda que en la mayoría de países del norte de Europa ya están eliminado los plazos de prescripción: "La evidencia científica demuestra que las víctimas no denunciamos cuando queremos, sino cuando podemos. Las víctimas tardan décadas en comprender lo que les ha pasado, ser capaces de procesarlo y verbalizarlo, y tener la independencia de su entorno de confianza para poder denunciar con seguridad". Y recuerda que esta reforma del Código Penal buscaría principalmente "prevenir delitos en el futuro, evitar que los pederastas estén en contacto con niños". "Esta protesta es para dar un toque de atención a Justicia y al PSOE para que se pongan las pilas", añade.

Hoy en Por tres razones conocemos las conclusiones del Informe sobre abusos sexuales en la Iglesia católica española realizado por el Defensor del Pueblo junto a una comisión. Hablamos con dos de los miembros de ésta. Josep María Tamarit, catedrático de Derecho Penal de la Universitat Oberta de Catalunya y coordinador de diversas investigaciones de abuso sexual en el ámbito de la Iglesia, señala la responsabilidad, no solo de la iglesia, sino también del Estado y los poderes públicos. Gema Varona, profesora de victimología y Política Criminal e investigadora en la facultad de Derecho y directiora del Instituto Vasco de Criminología, que insiste en la valentía de las primeras personas que denunciaron su victimización.

El Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, presenta en el Congreso el informe sobre abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia. Dos años ha tardado en elaborarse, con múltiples testimonios de víctimas y una encuesta que estima que podrían llegar a las 450.000.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha calificado el informe sobre abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica del Defensor del Pueblo como un "hito". Un trabajo "profesional y respetuoso" que ahora se analizará para actuar en consecuencia a sus recomendaciones. "Hoy nuestra democracia es una democracia mejor", ha insistido antes de ofrecer el compromiso de las instituciones públicas "en darles una respuesta" a las víctimas.

FOTO: EFE/ MONCLOA/ FERNANDO CALVO

Hoy en Por tres razones hablamos del informe sobre la pederastia en el seno de la Iglesia Católica elaborado por el Defensor del Pueblo. Este documento con sus conclusiones finales ha tardado 14 meses en ver la luz y se va a entregar mañana viernes en el Congreso. Hablamos de las expectativas que genera con Fernando García-Salmones, víctima de abusos sexuales en la Iglesia Católica. Además, escuchamos el testimonio de Teresa Conde Santos y Miguel Ángel Hurtado, también víctimas de estos abusos.

Hoy en Por tres razones hablamos de la operación Renascere en la que se rescató a un bebé agredido sexualmente por su padre en Madrid. Los 20 especialistas que capturaron a este delincuente sexual tienen actualmente en su radar a otros 300 objetivos en cartera. Nos lo cuenta el inspector Javier Izquierdo, jefe del Grupo I de Protección al Menor de la Brigada Central de Investigación Tecnológica de la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional.
 

La Fiscalía ha incluido por primera vez en su memoria anual las agresiones sexuales a menores en la Iglesia. Ha pedido investigar a fondo el posible encubrimiento de la pederastia por parte de los responsables de las instituciones religiosas. También ha mostrado su preocupación por la negación de la violencia de género y por el aumento de los delitos sexuales cometidos por menores.

España es uno de los primeros países consumidores de pornografía infantil y en Las Mañanas de RNE hablamos con Alexandra Martínez-Azpiazu, jefa del Grupo II de Protección al Menor de la Unidad Central de Ciberdelincuencia del Cuerpo Nacional de Policía. Nos cuenta que no hay un perfil concreto de pedófilo, pero un rasgo destacable es que suelen ser los varones los que cometan este tipo de delito. La policía llega hasta ellos por muchas vías de información, desde las propias denuncias de la ciudadanía hasta la colaboración con autoridades de otros países. "La experiencia juega un papel muy importante. Ellos manipulan las imágenes e intentan esconder ciertos detalles, pero cometen errores", y nos cuenta que Europol cuenta con Trace an Object, una web donde la ciudadanía puede ayudar a detectar y reconocer fragmentos de imágenes de pornografía infantil.

"Hoy en día cualquier vídeo tutorial de Youtube te explica cómo entrar en la Dark Web y no se puede decir que la pornografía esté únicamente allí", nos explica. Martínez-Azpiazu destaca que el "child grooming", o acoso sexual de menores por Internet, es difícil de parar, ya que los acosadores generan un temor y amenazan a los niños para que no cuenten nada. La inspectora jefa recomienda establecer un control parental y supervisar a qué contenido acceden los menores, pero también generar una atmosfera de confianza con sus hijos para explicarles los riesgos de la web.