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Los familiares de las más de 2.000 personas sepultadas por un enorme deslizamiento de tierra en una localidad remota de Papúa Nueva Guinea continúan esperando la llegada de ayuda mientras intentan llegar a los desaparecidos con palas, bastones e incluso con sus propias manos. Mientras, la ONU estima que hay 7.849 personas afectadas por el alud de tierra ocurrido tras un fuerte terremoto el viernes 24 de mayo en la provincia de Enga, al norte del país.

Tanto China como Nueva Zelanda y Australia han prometido que enviarán ayuda al país insular en el que viven nueve millones de personas, la mayoría en extrema pobreza. Sin embargo, la remota ubicación de la zona afectada, la inestabilidad del terreno y la violencia tribal están dificultando las labores de rescate y recuperación de cuerpos.

Los conflictos, las crisis económicas, los efectos del cambio climático y el alza del precio de los alimentos se combinan y agravan las crisis alimentarias, aumentando enormemente las necesidades de ayuda humanitaria. Para llamar la atención sobre este grave problema mundial, hoy es el Día Mundial contra el Hambre. Hablamos con Eloísa Molina, portavoz del Comité de Emergencia, una agrupación de ONG que busca concienciar y promover soluciones reales al hambre en el mundo: "El número de personas que se acuestan cada día con hambre no para de crecer. Es un problema para el que tenemos que buscar solución". "Los países más vulnerables se enfrentan taambién a una subida de precios que no pueden afrontar. En Burundi, por ejemplo, necesitan trabajar 36 días para ganar el dinero para una cesta básica de comida. Esa subida de precios está ahogando a las comunidades", añade Molina, que recuerda que "la financiación del Programa Mundial de Alimentos no sube a la velocidad a la que suben los precios". Desde el Comité de Emergencia insisten en que "el hambre se puede solucionar con voluntad política".

España ha alcanzado en 2023 un récord histórico en carencia de material severa en hogares con niños y adolescentes, según revela el Análisis de la Encuesta de Condiciones de Vida 2024. Según la organización, los niños y adolescentes con falta o insuficiencia de recursos materiales básicos para una vida digna y adecuada ha aumentado al 10,8% en 2023, lo que supone un aumento de 4,8 puntos porcentuales más que los datos de 2019. Entre otras cosas, no pueden comer carne o pescado tres veces por semana, o vivir en una casa con la temperatura adecuada en invierno o verano.

Las tarjetas monedero ya están listas para que las Comunidades Autónomas las incorporen como una herramienta más de ayuda a las familias más vulnerables, normalizando así el acceso a productos básicos. Pero no todas han implantado el sistema y el Ministerio de Derechos Sociales se ha reunido con ellas para atender sus consultas, con la mirada puesta en 2025, cuando tendrán que asumir plenamente su gestión. Poco antes de entrar en el Consejo Territorial Extraordinario convocado para abordar este asunto, hablamos con Patricia Bezunartea, directora general de Asuntos Sociales, que recuerda que este sistema está financiado por Europa y se adoptó tras un acuerdo por unanimidad alcanzado hace dos años: 

"Las tarjetas monedero ya están. Ahora toca a las Comunidades Autónomas hacer el trabajo de identificación y derivación de las familias". "Es una ayuda más que viene a completar los instrumentos que ya tienen las Comunidades Autónomas", añade Bezunartea.

La tasa de mortalidad de las personas sin hogar es tres veces superior a la del resto de la población. Tienen 30 años menos de esperanza de vida que la media de la población. La sanidad pública atiende a las personas en urgencias, pero exige un lugar para continuar el tratamiento tras el alta. Jack es de Senegal, llegó a España en cayuco en 2006 y ha trabajado todos estos años en la economía sumergida, sin permiso de trabajo ni contrato. En 2021 ingresó en la UCI durante mas de un mes por una neumonía bilateral por covid. Tras el alta no contaba con un hogar donde recuperarse. Gracias al programa de Salud de la organización Hogar SÍ pudo recuperar su salud en una vivienda. Ahora busca trabajo en los sectores de cuidados o redes de datos , en los que se ha formado.

Aunque los efectos del cambio climático en la salud se hacen notar en todo el mundo con cada vez mayor intensidad, este no afecta igual a mujeres que a hombres, a pobres que a ricos, o a europeos del Sur y del Norte. Un informe publicado en la revista The Lancet Public Health este lunes muestra que las muertes por calor han crecido en Europa en la última década, pero esta mortalidad es el doble en mujeres que en hombres.

Ellas también tienen más riesgo de morir por una dieta desequilibrada, mientras que el calentamiento global también tiene un fuerte componente de clase: los hogares con bajos ingresos tienen mayor probabilidad de sufrir inseguridad alimentaria y las zonas desfavorecidas se ven más expuestas a las partículas contaminantes de los incendios forestales. Así se puede leer en el estudio Lancet Countdown sobre cambio climático y salud en Europa, coordinado por dos instituciones españolas, el Barcelona Supercomputing Center - Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), aunque han participado más de 40 organismos europeos.

Inter-Rives Italia: The Marketeers. Las televisiones públicas del mediterráneo se unen cada año para coproducir una serie de documentales en el marco del proyecto internacional Inter-Rives. En la última edición, el tema elegido ha sido la importancia de los mercados urbanos como lugares de interacción cultural, comercial y humana. ‘The Marketeers’ es el documental que ha elaborado la televisión pública italiana y que ha conseguido una mención especial. Arroja luz sobre la realidad de los mercadillos ‘paralelos’ e ‘ilegales’, existentes tanto en el norte como en el sur del Mediterráneo, y que expresan necesidades importantes como las de inclusión, redención y dignidad social.

En el segundo capítulo del podcast '¿Freyja o Emily? Una cuestión de impuestos' Violeta Ruiz Almendral, profesora de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad Carlos III y miembro del grupo de expertos que publicó hace unos meses el Libro blanco para la reforma tributaria, presenta algunas de las amenazas que acechan a nuestras cuentas públicas. Profundizamos, además, en dos de esos grandes problemas. Cristina Ganuza, periodista del área de Economía de RNE, nos explica qué significa que España tenga unas cifras tan altas de déficit y deuda pública y Roberto Ramos, responsable de la Unidad de Análisis Estructural del Banco de España, analiza cómo va a impactar el envejecimiento de la población en nuestras cuentas. Guion de Juanjo Cubero.

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Las personas vulnerables tienen una tasa de paro siete veces superior a la de la población activa. Son ellos quiénes encuentran más dificultades a la hora entrar en el mercado laboral. Mujer, mayor de 45 años, con hijos y con estudios básicos es el perfil que más difícil lo tiene en este sentido. Solo el año pasado, Cáritas ayudó en España a casi 70.000 personas en riesgo de exclusión social que buscaban empleo, de las cuales 13.000 lo lograron, según el  informe de Economía Solidaria que la organización ha presentado esta semana.

Las personas en riesgo de exclusión tienen una tasa de paro siete veces superior al resto de la población activa. Además, en muchos casos, hay una “transmisión generacional de la pobreza”, ya que “las oportunidades no son las mismas para las personas en función del lugar, la familia y el país en el que nacen”, como explica a RTVE Ana Heras Morales, coordinadora de economía solidaria de Cáritas Española. Esto afecta a su acceso a la formación y las oportunidades laborales.

¿Qué se puede hacer para evitar esta tendencia? Tiene que haber factores para detenerlo, como apoyo a su formación y competencias, así como generar empleo protegido con empresas de inserción. “Creemos que no podemos hacerlo solo nosotros, y por eso hablamos de economía solidaria, porque necesitamos que el modelo económico entero cambie”, señala la coordinadora de Cáritas.

Esto pasa por generar oportunidades dentro del tejido empresarial que contribuyan a tener un empleo digno para acceder a una vivienda y que las administraciones públicas tomen medidas para garantizar los derechos más básicos de las personas. “También hay que actuar desde la infancia, no solo cuando las personas están ya en edad laboral, tiene que haber una ayuda educativa y de apoyo a estas familias que tienen mayores dificultades y que necesitan que sus hijos tengan las mismas oportunidades que el resto”, argumenta la experta.

Como indican desde Cáritas, muchas de estas personas tienen un nivel de cualificación bajo y ha tenido trayectorias vitales que les han provocado no poder desarrollar el mismo nivel de competencias. “Muchas de las cosas que abordamos van desde la salud mental y emocional, poder empoderar a estas personas y que vuelvan a sentirse capaces porque muchas veces han tirado la toalla”, explica la coordinadora de economía solidaria de Cáritas Española.