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El líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, ha pedido la disolución del grupo a través de una escrita carta desde la cárcel. Es un llamamiento histórico que podría poner fin a cuatro décadas de conflicto en el que han muerto más de 45.000 personas. El PKK es considerado una organización terrorista por Ankara, Washington, la Unión Europea y Reino Unido.

Foto: AP Photo/Lefteris Pitarakis

El encarcelado líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) Abdullah Öcalan, ha pedido hoy a la organización que deponga las armas y se disuelva. El PKK lleva décadas combatiendo a través de la lucha armada contra el gobierno de Turquía. Analizamos lo que significa el anuncio con Carmen Rodríguez López, profesora e investigadora del Departamento de Estudios árabes, islámicos y orientales de la Universidad Autónoma de Madrid y experta en Turquía.

Las milicias kurdas de Siria, aliadas de Estados Unidos, son una de las grandes beneficiadas de la caída del régimen de Al Asad; fueron claves en la guerra contra el DAESH y vigilan los campamentos en los que están detenidos muchos milicianos yihadistas. Controlan el 30% del territorio en el noreste del país y para el presidente Erdogan son una amenaza porque apoyan a los kurdos turcos, a los que considera terroristas.

IMAGEN: EFE/EPA/ATEF SAFADI

Gabriel Garroum, politólogo hispano-sirio, ha estado en Las Mañanas de RNE con Josep Cuní hablando del futuro de Siria tras la caída del régimen de Al Assad. El entrevistado explica que hay dos retos "domésticos": en primer lugar, señala que hay que "articular un país que primero no trate a las minorías como mercancía ni como un instrumento, sino como copropietarios del país". Por otro lado, considera un elemento central "que el país se mueva hacia una Constitución inclusiva también para los kurdos", siendo este, según Garroum, "uno de los elementos más complejos, porque sabemos que Turquía si no está detrás de esto, ha dado la luz verde, que no es poco".

A nivel internacional, el politólogo señala que "Rusia, Irán y Hezbolá claramente han salido muy perjudicados de este último año", lo que pronostica que puede ser una "transformación profunda a nivel de relaciones internacionales en la región".

El área afectada por el seísmo en Turquía, que se ha cobrado ya más de 21.000 muertos. se extiende unos 450 kilómetros, desde Adana, en el oeste, a Diyarbakir, en el este. Este territorio, en especial las provincias al este de la de Hatay, está poblado por población mayoritariamente de etnia kurda.

Los damnificados se quejan de que la ayuda ha tardado en llegar, mientras el gobierno turco ha declarado el estado de emergencia.

Foto: Un hombre en un edificio derruido en Diyarbakir. REUTERS/Sertac Kayar