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En 2025 se cumplen 80 años del final de la Segunda Guerra Mundial. Entre el 4 y el 11 de febrero de 1945 se celebró en la ciudad ucraniana de Yalta la primera de las conferencias internacionales que certificarán el final del conflicto bélico mundial. La segunda tuvo lugar en la ciudad alemana de Potsdam, próxima a Berlín, durante las últimas semanas de julio y los primeros días de agosto de 1945.

Entre ambas, Alemania había sido derrotada y la guerra en Europa había terminado. En Japón la paz llegaría justo después de acabar la conferencia de Potsdam. En ella el presidente estadounidense Harry Truman anunció que ya poseían el arma nuclear. Las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, el 6 y el 9 de agosto, conducirán directamente a la rendición de Japón.

En Yalta y Potsdam los líderes de las potencias vencedoras, EEUU, URSS y Reino Unido, acordaron un nuevo orden mundial basado en la paz y el entendimiento cuyo principal garante sería un nuevo organismo internacional: Naciones Unidas. Sin embargo, el reparto del mundo tras la guerra y el recelo creciente entre potencias terminó por redibujar un mapa de Europa con dos grandes áreas de influencia en oriente y occidente. Lo que el premier británico Churchill calificó como Telón de Acero pronto alumbrará la Guerra Fría que dominó el escenario internacional durante décadas.

Yalta y Potsdam, encuentros históricos entre los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, con guion de Elvira Marteles, analiza estas importantes cumbres y el final de la Segunda Guerra Mundial con la participación del historiador y economista Ángel Viñas, y del que fuera ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, ya fallecido. Asimismo, cuenta con la participación del historiador y exiliado húngaro Ronai Zoltan, y del también exiliado polaco Tilko Dubrowky.

Documentos RNE se emite los viernes, de 23 a 24 horas, por Radio Nacional.

Gibraltar o un estrecho entre dos aguas, las del Atlántico y las del Mediterráneo, y entre Europa y África. Gibraltar o la colonia británica de frontera turbulenta entre los aliados y la España fascista de Franco. Gibraltar o ese estratégico territorio en una encrucijada histórica: la de la Segunda Guerra Mundial.

Con esas coordenadas, la Roca se convirtió en la piedra de toque de los servicios de inteligencia de las potencias enfrentadas. Gran Bretaña programaba sus acciones a través del MI 5 y el MI 6 diseñaba planes de protección exterior. A su sección V, Departamento Ibérico, pertenecía el mítico espía Desmond Bristow, autor de la autobiografía Juego de topos, que se crío y murió en Andalucía.

Frente a ellos, los servicios secretos alemanes de la Abwehr atentaban contra los intereses británicos mediante sabotajes diseñados en Algeciras. Algunos obreros españoles que trabajaban en el Peñón serían contratados como espías o dobles espías por alemanes o británicos en una suerte de contraespionaje.

Los modestos servicios secretos españoles se mantuvieron a rebufo de los alemanes, liderados por el controvertido almirante Wihlem Canaris, figura clave para que la Operación Félix (la toma Gibraltar por Hitler) no saliera adelante.

Una operación que pudo cambiar el curso de la guerra, como creen algunos de los expertos que han participado en este documental con guion de Juan Ballesteros y realización de Samuel Alarcón. Es el caso del profesor Luis Horrillo, autor de El espionaje británico y Franco; o del historiador y miembro del Instituto de Estudios Campogibraltareños, Alfonso Escuadra. Asimismo, ha intervenido el catedrático de Historia Contemporánea y autor de Espionaje en Gibraltar y su campo, 1936-45, Julio Ponce.

Junto a ellos, y gracias al Archivo de RTVE, intervienen algunos espías alemanes y británicos, entre otros, el mismo Desmond Bristow, quien fuera finalmente jefe del MI 6 en España.

Documentos RNE se emite los viernes, de 23 a 24 horas, por Radio Nacional.

Los niños de Himmler es la novela que explica cómo los nazis intentaban crear "la raza aria perfecta". Un libro donde hay frases tachadas que representan los pensamientos de una de las enfermeras que trabajaba en esas casas de crianza. La autora, Caroline de Mudler, ha compartido sus intenciones con este libro: "He leído muchos testimonios de enfermeras nazis para este libro porque, para mí, es fundamental entender cómo alguien que se dedica a cuidar puede acabar metida en un engranaje tan horrible", ha señalado.

Se calculan que nacieron en torno a 8.000 niños en estos "campos de la vida" donde los nazis querían crear a su nueva generación de personas. "Los campos de la vida son el reverso lógico de los campos de concentración", ha indicado. La novela ha sido un éxito en Francia y ahora llega a España.

El pasado lunes se conmemoraba en Polonia el 80 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auscwich, en el que también murieron miles de gitanos. Se calcula que las victimas romaníes durante el nazismo superan el medio millón. Hoy recordamos esta efeméride y reseñamos también el acto de Estado celebrado en el Senado con el que nuestro país conmemoraba también el “Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto y de la prevención de los crímenes contra la humanidad”.

Y como homenaje a las víctimas romaníes recordaremos la semblanza narrada por la actriz Celia Montoya sobre la vida de Ceija Stoika, gitana austriaca, superviviente del Holocausto. 

Y en nuestra portada musical, la cantaora Lela Soto.

El catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, Julián Casanova, analiza las peculiaridades del Holocausto en 24 Horas de RNE. Casanova describe la fuerte exclusión que hacían los nazis: "A quienes ellos llamaban defectuosos tenían que ser purgados, incluía a los discapacitados mentales y físicos, hasta a los gitanos y a las mujeres promiscuas". El historiador explica que todo esto no hubiera ocurrido "sin una burocracia militar económica con una ambición incesante para poner en práctica su ideología" y añade que "la clase media instruida fue quien ayudó a crear el Holocausto y a darle esa extraña combinación de brutalidad y proceso burocrático".

Aquel 27 de enero de hace 80 años, el ejército soviético entraba y liberaba Auschwitz. El primero en cruzar la puerta fue el oficial, Anatoly Shapiro. Él siempre recordó en vida el hedor insoportable en cada rincón de un campo de exterminio, convertido con el paso del tiempo en el mayor símbolo del horror nazi.

"Fuimos víctimas de un vacío moral", asegura Tova, que entonces era una niña de 5 años. Estos supervivientes son la memoria aún viva del holocausto y que, como Leon, advierten de que hay que estar atentos y vigilantes ante los que niegan lo que pasó.

80 años después, la llama de la memoria permanece, aunque quedan cada vez menos supervivientes. De ahí la importancia de Auschwitz, que es más que un museo patrimonio de la humanidad. Es lugar de memoria y donde quedan todavía preguntas sin respuestas. Nunca se ha excavado, por ejemplo, alrededor de estas cámaras de gas porque se considera un espacio sagrado. Cámaras en las que fueron asesinadas cada día unas 10.000 personas, la mayoría judíos, pero también gitanos, homosexuales y disidentes políticos.

Agnes se salvó de la cámara de gas porque su madre le cortó las trenzas antes de llegar a Auschwitz. Tenía 12 años, pero logró engañar al tristemente célebre Dr. Mengele. Creyó que era mayor y la envió con su madre a una cantera.

"Nos dejaron de pie toda la noche, desnudos hasta que decidieron no matarnos", cuenta esta judía deportada desde Hungría. "El trabajo os hará libres", según la puerta de entrada al mayor campo de exterminio de la historia. Hasta aquí llegaron en tren y murieron 1.100.000 personas, la mayoría, judíos.

Auschwitz nació en 1940 para dar mano de obra forzosa a la industria bélica. Tras una visita, Himmler, cerebro de la solución final para los judíos, ordenó activar los crematorios al comandante del campo, Rudolf Höss, que vivía en una casa contigua.

Para Agnes, recordar no sirve de nada: "Cosas así siguen ocurriendo cada día. Puede que no a los judíos, pero sí a otras etnias".

Se cumplen 80 años de la liberación de Auschwitz-Birkenau, el campo de exterminio donde más de un millón de personas fueron asesinadas en las cámaras de gas, la mayoría judíos. Varios países han acudido al acto conmemorativo, entre ellos España, Francia y Ucrania. Sin embargo, ha habido dos ausencias importantes: Rusia, que liberó el campo, y Netanyahu, alto representante del pueblo judío. Su orden de detención por la Corte Penal Internacional por un posible genocidio contra los palestinos debería ser ejecutada por Polonia

Los jóvenes europeos parecen recordarnos nuestra mala memoria: un 42% de la juventud francesa nunca ha oído hablar del Holocausto y más de un tercio de la británica no puede nombrar un campo de concentración, tampoco el de Auschwitz.

Uno de los búnkeres de Hamburgo, donde se refugiaron de las bombas hasta 25.000 personas durante la Segunda Guerra Mundial, se ha convertido en un hotel con un enorme jardín en la azotea como gran reclamo. Es la prueba de cómo Alemania ha ido perdiendo el miedo a la guerra y reconvirtiendo sus refugios. Pero ahora se preguntan si ha sido buena idea. De los 2.000 búnkeres de la Guerra Fría, solo les quedan 579.

El Gobierno quiere promover un registro lo más sistemático posible de edificios y propiedades privadas que puedan servir de refugios públicos como aparcamientos subterráneos, estaciones de metro o sótanos. También quieren promover la autoprotección. La demanda de búnkeres privados lleva creciendo desde que estalló la guerra de Ucrania. Esa misma mañana, la principal empresa que los fabrica en Alemania pasó de 100 visitas en su página web a 10.000 y desde entonces no ha parado.

Durante la Segunda Guerra Mundial, entre 1939 y 1945, más de 100.000 españoles lucharon en alguno de los dos bandos y en algunos casos, su labor fue especialmente importante. El historiador y periodista Daniel Arasa ha estudiado esta parte de la historia durante décadas. En Casa Mediterráneo, ha ofrecido la conferencia “Españoles en la Segunda Guerra Mundial en el Mediterráneo”.

Luda Merino es una joven española que restaura fotografías hechas en campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Este es el objetivo principal de su proyecto Restaurando la dignidad, un proceso que sirve para darle una segunda vida a estas fotografías. Su pincel es un lápiz electrónico y su lienzo una pantalla que sirve para rejuvenecer estos recuerdos.

El paso del tiempo deteriora este tipo de materiales tan antiguos, pero Luda les da color y recupera las facciones de sus protagonistas. Lo hace a petición de sus familiares porque son, para muchos, el único recuerdo que tienen de los suyos. Pilar es una de esas personas que tuvo un tío en Mauthausen. Gracias a Luda, esa única fotografía deteriorada y envejecida que poseía como recuerdo ha sido restaurada. A través de la red social X, su proyecto se ha viralizado y ha provocado que sus obras lleguen a miles de usuarios, entre ellas, familiares que fueron víctimas del nazismo.

Shostakóvich en La Rioja Festival.   La Sinfonía número 7 de Dmitri Shostakóvich, también llamada de ‘Leningrado’, es una obra de tiempos de guerra. Shostakóvich compuso los primeros movimientos durante el sitio de Leningrado, en el verano de 1941. En otoño, él y su familia fueron evacuados de la ciudad. El asedio a la antigua capital de los zares, duró 900 días. Las condiciones de vida de sus habitantes fueron terribles y hubo más de un millón de muertos. La Rioja Festival inauguró su programación de conciertos sinfónicos en el Rioja Forum, con la Séptima Sinfonía de Shostakóvich, interpretada por la orquesta del Auditorio de la diputación de Alicante. 

La región de Salzkammergut, en la Alta Austria, guarda el recuerdo del expolio y ocultación de obras de arte en tiempos de Hitler. Con motivo de la capitalidad europea de la cultura, el museo Lentos de Linz, la mina de sal de Altaussee y el museo Kammerhof de Bad Aussee proponen una triple exposición que reconstruye este rocambolesco 'Viaje de los cuadros'.

Foto: Violetta Wakolbinger / Lentos Kunstmuseum Linz.

Este documental francés '1944: Operación Fortitude', parte de la premisa de que el Desembarco de Normandía debe su éxito a una gran mentira. Los aliados concibieron la campaña de desinformación más sofisticada de la historia: la Operación Fortitude. Ideada por los servicios secretos británicos, creó un ejército fantasma y toda una red de espías y agentes dobles, entre los que destaca el español Juan Pujol, cuyo nombre en clave era Garbo.

Este jueves se han dado cita en Francia reyes y presidentes para conmemorar el 80 aniversario del desembarco de Normandía. Cientos de veteranos que participaron en aquella histórica operación durante la Segunda Guerra Mundial han ido llegando durante estos días a las playas, ciudades y campos donde combatieron. El presidente estadounidense, Joe Biden, ha destacado que hoy la defensa de la libertad pasa por Ucrania. El Día D marcó el inicio de una campaña que llevaría a la victoria a los aliados en Europa el 8 de mayo de 1945. 

Entrevista en La Noche en 24 Horas a Rosario Raro, autora del libro 'Prohibida en Normandía', que narra la historia de Martha Gellhorn, la única mujer reportera que cubrió el desembarco que acabó con la liberación de los territorios de Europa occidental ocupados por la Alemania nazi. "Tenía su historia guardada en la recámara", ha asegurado la escritora, que ha relatado que solo el afamado fotógrafo Robert Capa, un corresponsal estadounidense y ella estuvieron en la playa de Omaha.

Foto: TVE

En el 80º aniversario del desembarco de Normandía, Documentos RNE tira de un hilo apenas conocido en ese gran acontecimiento histórico: los búnkeres y bases nazis contra los que cargaron los soldados aliados habían sido construidos en gran medida por españoles.

Entre 30.000 y 40.000, la gran mayoría republicanos exiliados, fueron utilizados por las autoridades alemanas que ocupaban Francia, como trabajadores forzados para levantar el Muro Atlántico, la barrera defensiva ideada por Hitler para cubrir miles de kilómetros a lo largo del litoral europeo atlántico y, de esta forma, convertir el continente en un fortín protegiéndolo ante posibles invasiones.

Españoles en el Muro. Resistentes y esclavos de Hitler recorre las huellas de su trabajo a lo largo de la costa gala: en las monumentales bases de submarinos de Burdeos y Brest; en las fortificaciones de las costas bretonas; en los túneles excavados en las Islas del Canal.

También en la memoria de los descendientes de varios españoles que sobrevivieron y se quedaron a vivir en esos mismos lugares. Una historia de historias sobre el delirio arquitectónico del régimen nazi y los vaivenes de la Segunda Guerra Mundial. Y también una historia de humanidad, sobre el sufrimiento y el aguante de algunos resistentes: Sergio González, Joan Dalmau, Carlos García, José García, Lucas Allende, Daniel Dorronsoro

Un programa con la firma de Antonio Delgado que incluye los testimonios de esos protagonistas o de sus descendientes en todos esos escenarios de trabajo forzado y reclusión. Y también el de los historiadores Antonio Muñoz Sánchez, Peter Gaida y Gabrielle Garcia, que sitúan el contexto bélico y las duras condiciones que sufrieron.

Documentos RNE se emite los viernes, de 23 a 24 horas, por Radio Nacional.

Alrededor de 200 veteranos de la campaña de Normandía se han reunido en las playas y ciudades de la provincia francesa para dar inicio a las celebraciones del 80 aniversario del desembarco de las fuerzas aliadas, que se cumple este jueves. Las ceremonias organizadas a lo largo de esta semana, algunas de las cuales contarán con la asistencia de los presidentes de Francia y Estados Unidos, Emmanuel Macron y Joe Biden, homenajean las acciones de los soldados, casi todos centenarios, que llegan a Normandía para poner en valor su mensaje de libertad y sacrificio al haber luchado contra la ocupación nazi.

A lo largo de la historia se han ido sucediendo numerosos conflictos y guerras. En todos ha sido fundamental la intervención del hombre, pero también de muchos animales que nunca han sido reconocidos. Se estima que solo en la Primera Guerra Mundial murieron entre ocho y diez millones de monturas, se emplearon alrededor de doscientas mil palomas mensajeras y cien mil perros. Todo tipo de animales que se han visto abocados a acudir a una guerra que no era la suya.

El Muro de Berlín. La noche del 9 de noviembre de 1989, cayó el Muro de Berlín. Uno de los mayores símbolos de división del siglo XX que enfrentó a las ideologías políticas del capitalismo y el comunismo durante casi tres décadas. La Fundación Canal de Madrid ofrece una exposición a gran escala sobre la historia de uno de los principales iconos de la Guerra Fría. Se trata de una oportunidad única para entender cómo, a uno y otro lado del Muro, se consolidaron dos modos de entender la política, la cultura, las ideologías y la humanidad misma. Más de 300 objetos originales y 20 metros del propio muro, nos permiten comprender cómo era y qué significaba vivir en una ciudad dividida.