Comenzaba este viernes en Bruselas un maratón de reuniones para intentar fraguar un acuerdo sobre la ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera que se resiste. Hasta tal punto las aguas bajan turbias en la Unión Europea que Jean Claude Juncker no podía evitar un arranque de sinceridad."El impacto exterior es desastroso porque no estamos dando el ejemplo de liderazgo y buen gobierno necesarios" lamentaba el presidente del Eurogrupo.
Lo cierto es que los retos son tanto o más grandes que las diferencias entre los socios comunitarios. Hay que atajar definitivamente la crisis griega aunque suponga, como admitía hoy la canciller alemana, Angela Merkel, incrementar la quita de su deuda más allá del 21%. Pero además es necesario recapitalizar el sector bancario y para ello fortalecer el Fondo de Estabilidad. Y es ahí donde Francia y Alemania no se ponen de acuerdo.
En lo concreto, la Comisión ha pedido este viernes nuevos ajustes a Italia, mientras España negaba que también fuera a anunciarlos.