Los presidentes de Estados Unidos y Corea del Norte volvieron a verse las caras el miércoles tan solo ocho meses después de su primer encuentro en Singapur.
Tras un primer saludo amistoso ante los medios, Kim Jong-un y Donald Trump celebraron una cena informal en la que, según ha explicado el segundo, el líder norcoreano reiteró su compromiso de no retomar las pruebas de cohetes, misiles y armamento nuclear.
En este momento, todo hacía presagiar que la cumbre de Hanói terminaría con la redacción de una hoja de ruta concreta para la desnuclearización o, incluso, la firma de un acuerdo de paz para la península coreana.