Dos factores han pesado por encima del resto para que Krasnodar se haya convertido en la 'casa' de la Roja durante el
Mundial de Rusia 2018. La RFEF ha tenido que elegir entre los 67 centros de alto rendimiento ofrecidos por la FIFA.
Para que no pasara lo mismo que en Brasil hace cuatro años, cuando se eligió Curitiba como cuartel general, una ciudad dominada por el frío y la lluvia. Situación contraria a la que se enfrentó la Roja en sus partidos, donde tuvo que soportar altas temperaturas.
Krasnodar está situada al sur de Rusia y el clima es cálido y templado, aunque con un gran porcentaje de humedad. Uno de los 'peros' es que no fue elegida entre las once sedes donde se disputarán los partidos mundialistas.
La temperatura media en el mes de junio en Krasnodar es de una máxima de 27º y una mínima de 16º, con apenas siete días de lluvia. Condiciones casi perfectas para la práctica del fútbol. La humedad relativa media del mes de junio roza el 68%, lo que hará que la sensación térmica sea aún mayor.
El otro motivo por el que la RFEF se decidió por Krasnodar son sus instalaciones, conocida como el 'Lezama' ruso. La ciudad deportiva fue construida en 2008 por el magnate patrio de la alimentación Sergei Galitsky.
Esta ciudad deportiva está enfocada a la cantera del fútbol ruso. Además de un estadio que podría haber sido sin problemas sede mundialista, dispone de varios campos de entrenamiento, a los que se puede ir andando desde la residencia donde se hospedarán los 23 jugadores españoles.
En resumen, Krasnodar tiene todos los requisitos que ya enumeró el director deportivo de la RFEF, Fernando Hierro:
1. Un mínimo de dos campos de entrenamiento
2. La residencia junto a los campos
3. Instalaciones deportivas de primer nivel
4. Privacidad y comodidad
5. Buen clima
6. Cercanía al aeropuerto