Las propiedades de los pseudocereales
- A pesar de que su nombre dé pie a error, en realidad son semillas de flores
- Su aspecto, uso en cocina y propiedades son relativamente similares a los cereales
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Aunque tengan un aspecto muy parecido, en realidad cereales y pseudocereales tienen poco que ver entre sí… En cuanto a su origen. Mientras que los cereales son gramíneas y los granos que producen y consumimos son en realidad el fruto de la planta, los pseudocereales no pertenecen a esta familia botánica y lo que consumimos son las semillas de sus flores. Entonces, ¿por qué ese nombre? ¿Qué propiedades tienen los pseudocereales?
La similitud en la nomenclatura se debe sobre todo al aspecto parecido de la parte útil de la planta. Estos granos y semillas que la humanidad lleva utilizando desde hace miles y miles de años se procesan de manera muy similar: molidas como harina, o cocinadas solas, y utilizadas en multitud de productos como el pan.
Las propiedades de los pseudocereales
En general, los pseudocereales son más nutritivos que los cereales. Es especialmente interesante su aporte de proteína, muy completa por su elevada cantidad de diferentes aminoácidos, y que los convierte en una opción perfecta para incluir en dietas que no quieran/puedan contar con el aporte de proteínas de origen animal. Pero es que además resultan muy digestivos y cuentan con una característica diferenciadora y muy interesante respecto a la mayoría de los cereales: no contienen gluten.
De igual manera, tienen una elevada cantidad de fibra, hidratos de carbono de bajo índice glucémico (con lo que nos evitamos esos picos de glucosa en sangre que explicamos en este artículo sobre las harinas refinadas), vitaminas, minerales y además cuentan entre sus nutrientes con ácidos grasos insaturados, es decir, grasas que caen dentro del espectro de las saludables, un tema que ya tratamos en detalle aquí.
Los principales tipos de pseudocereales
La quinoa, uno de los más interesantes desde el punto de vista nutricional, cada vez está más de moda. Esta planta cultivada desde hace miles de años en los Andes, destaca especialmente porque, entre otras propiedades, contiene todos los aminoácidos esenciales.
El amaranto, también domesticada hace milenios y muy presente en diferentes culturas precolombinas, proviene de Centro y Sudamérica. Su valor proteico no es tan alto como el de la quinoa pero tiene un alto contenido en almidones, por lo que es muy interesante para utilizarse en forma de harina, y además resulta muy digestivo. Y por último, el trigo sarraceno o alforfón (que una vez más su nombre puede llevar a equivocación: no tiene nada que ver con el trigo), destaca también por su aporte en proteínas, es muy rico en minerales como el manganeso, magnesio y fósforo, y también tiene un alto poder antioxidante.
En definitiva, las propiedades de los pseudocereales son muy interesantes por su alto valor nutritivo. Trata de incorporarlos a tu dieta, por ejemplo siguiendo las recetas que nos ha enseñado nuestra chef Marta Verona en Saber Vivir: humus de alcachofa y crackers de quinoa, y estas tortitas de avena y quinoa