Los servicios de emergencias de Madrid y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado vivieron el 11 de marzo de 2004 lo inimaginable. ¿Cómo se supera algo así? Hablamos de ello con Emilio Sánchez, psiquiatra que estuvo en primera línea el día de los atentados del 11M. "En la carrera estudias aspectos generales de la psicología pero situaciones tan trágicas, tampoco estás preparado para ello. Actúas de manera instintiva", explica Emilio, que acababa de empezar a trabajar en el Gregorio Marañón unos meses antes de los atentados.
"El tiempo nos ha dado medida de la capacidad de respuesta que tuvo la sociedad en general y los recursos sanitarios", recuerda y explica que pacientes del propio hospital pidieron altas voluntarias para ceder sus camas a heridos muy graves que procedían de los atentados. Emilio estuvo en el pabellón al que llegaban los familiares de los desaparecidos: "La incertidumbre era muy dramática". Este psiquiatra nos cuenta la importancia de tratar esa angustia: "Poniendo un cierto orden y aportando información. Necesitaban certidumbre y un espacio de cierta calma y que confiaran en nuestra capacidad de ayudarlos", rememora. "Fue una gestión humana y de emociones, más que un tratamiento médico en sí", explica Emilio, que cuenta cómo iban evolucionando los sentimientos de los afectados.