Estoy en la Fundación Mezquita de Sevilla con el profesor Joaquín Nieto o Jalid como le conoce la comunidad musulmana. Él tuvo un pasado intenso vinculado al cristianismo pero hace ya más de 20 años que decidió vivir La Shahada (Testimonio De Fe) para abrazar el Islam. Ahora vive como musulmán y forma a los jóvenes y no tan jóvenes que se interesan por esta religión.
Asisto a uno de los encuentros de formación que este padre de familia y abuelo realiza regularmente en la Mezquita de Sevilla junto a muchos hombres y una mujer que quieren conocer mejor en qué consiste vivir como musulmán. Algunos ya se han convertido al Islam, otros están en proceso o bien sólo quieren saber más de esta fé. Y la mayoría coincide en la poca complicidad que tienen de sus familias cuando deciden hacer público que van a profesar la religión musulmana. A su entorno le cuesta aceptarlo pero, en la mayoría de los casos, con el paso del tiempo se va asimiliando.
Hoy toca hablar de la circulación de la riqueza en el Islam y todos los asistentes se muestran atentos a las palabras de Jalid.
Resulta interesante conocer la esencia del Islam y por qué hay tantas personas que deciden convertirse a esta religión. Es necesario conocer para comprender porque el foco de atención debería estar precisamente en lo que nos une y en lo que podemos sumar en lugar de restar. Son muchas las personas musulamanas con las que compartimos a diario nuestras vidas sin darnos cuenta. Son nuestros amigos, colegas de trabajo, vecinos, familia incluso, que nada tienen que ver con las imágenes que nos llegan desde fuera y distorsionan la realidad.
